Graduación
Enviado por sergiochalio • 6 de Mayo de 2015 • 1.663 Palabras (7 Páginas) • 191 Visitas
DISCURSO DE ERICA GOLDSON, la mejor estudiante de la escuela secundaria de Coxsackie-Athens, al graduarse el pasado junio.
Hay una historia de un joven, pero serio estudiante de Zen que se acercó a su maestro, y le preguntó, “si yo trabajo muy duro y diligentemente, ¿cuánto me tomará encontrar el Zen? El Maestro pensó sobre esto, luego respondió, “Diez años…” El estudiante luego dijo, “Pero si trabajo muy, muy duro y realmente me dedico a aprender rápido – ¿Cuánto tiempo entonces?” El Maestro respondió, “Bueno, veinte años.” “Pero, si realmente, realmente trabajo en esto, ¿cuánto tiempo entonces?” preguntó el estudiante. “Treinta años” respondió el Maestro. “Pero, no entiendo” dijo decepcionado el estudiante. “Cada vez que digo que trabajaré más duro, tú me dices que me tomará más tiempo. ¿Por qué dices eso?” El Maestro respondió, “Cuando tienes un ojo puesto en la meta, tu solo tienes un ojo puesto en el camino.”
Este es el dilema que he enfrentado en el sistema de educación estadounidense. Estamos tan enfocados en la meta, ya sea pasar un examen, o graduarse primero de la clase. Aunque, de esta forma, no aprendemos realmente. Hacemos lo que sea necesario para lograr nuestro objetivo original.
Algunos de ustedes pueden estar pensando, “Bueno, si tu pasas un examen, o te conviertes en el primero de la clase, ¿no aprendiste algo? Bueno, si, aprendiste algo, pero no todo lo que podrías haber aprendido. Tal vez, tú solo aprendiste como memorizar nombres, lugares, y fechas para más tarde olvidar con el fin de limpiar tu mente para el siguiente examen. La escuela no es todo lo que podría ser. Ahora, es un lugar para la mayoría de las personas donde determinan que su meta es salir de esta lo más pronto posible.
Ahora estoy cumpliendo esa meta. Me estoy graduando. Debería mirar esto como una experiencia positiva, especialmente al ser primera de mi clase. Aunque, en retrospectiva, no puedo decir que soy más inteligente que mis pares. Puedo dar fe de que soy mejor haciendo lo que se me dice y trabajando el sistema. Aún así, aquí estoy, y se supone que debo de estar orgullosa de que he completado este periodo de adoctrinamiento. Me iré en el otoño para ir a la siguiente fase esperada de mí, con el fin de recibir un documento en papel que certifica que soy capaz de trabajar. Pero impugno que soy un ser humano, una pensadora, una aventurera – no un trabajador. Un trabajador es alguien atrapado en la repetición – un esclavo del sistema establecido antes que él. Pero ahora, yo he demostrado exitosamente que soy el mejor esclavo. Hice lo que se me dijo al extremo. Mientras otros se sentaban en clases y dibujaban para luego convertirse en grandes artistas, yo me sentaba en clases para tomar notas y convertirme en una gran tomadora de exámenes. Mientras otros vendrían a clases sin sus tareas hechas porque leían sobre un interés de ellos, yo nunca deje una tarea sin hacer. Mientras otros creaban música y escribían letras, yo decidí hacer créditos extras, aunque nunca lo necesité. Así, me pregunto, ¿por qué quise esta posición? Seguro, me la gané, ¿pero qué saldrá de ello? Cuando deje la institucionalidad educativa, ¿seré exitosa o por siempre perdida? No tengo idea de qué hacer con mi vida; no tengo intereses porque vi cada asignatura de estudio como un trabajo, y me destaqué en cada asignatura por el propósito de destacarme, no aprender. Y francamente, ahora estoy asustada.
John Taylor Gatto, un profesor de escuela retirado y activista crítico de la escolarización obligatoria, afirma, “Nosotros podríamos fomentar las mejores cualidades de la juventud – curiosidad, aventura, la resistencia, la capacidad para una introspección sorprendente simplemente al ser más flexibles sobre el tiempo, textos, y exámenes, al introducir a niños a ser adultos verdaderamente competentes, y al darle a cada estudiante la autonomía que él o ella necesita con el fin de tomar un riesgo de vez en cuando. Pero no hacemos eso.”Entre estas murallas, se espera que seamos todos iguales. Somos entrenados para obtener la máxima calificación en cada prueba estandarizada, y aquellos que se desvían y ven la luz a través de un lente distinto no tienen valor para el esquema de la educación pública, y por lo tanto son vistos con desprecio.
H. L. Mencken escribió en The American Mercury en abril de 1924 que el objetivo de la educación pública no es:
… llenar a los jóvenes de la especie con conocimientos y despertar su inteligencia… Nada puede estar más lejos de la verdad. El objetivo… es simplemente reducir a tanto individuos como sea posible al mismo nivel seguro, crear y formar una ciudadanía estandarizada, para sofocar la disidencia y la originalidad. Ese es el objetivo en los Estados Unidos.
Para ilustrar esta idea, no les perturba aprender sobre la idea del “pensar críticamente”. ¿Existe tal cosa como “pensar in-críticamente”? Pensar es procesar información con el fin de formar una opinión. Pero si no somos críticos cuando procesamos esta información, ¿estamos realmente pensando? ¿O aceptamos sin pensar
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