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Enviado por   •  7 de Octubre de 2015  •  Ensayo  •  2.901 Palabras (12 Páginas)  •  121 Visitas

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Renovando resultados en la calidad de la formación.

Financiamiento en la educación chilena:

¿Más dinero = más calidad?[pic 2]

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        Georggina Domínguez Contreras.


Renovando resultados en la calidad de la formación.

A lo largo de los últimos 20 años, el sistema educacional chileno ha experimentado una serie de cambios, que van desde modificaciones en las garantías del estado y los privados en la educación, pasando por nuevas implementaciones en el curriculum, recursos, infraestructura y por sobre todo reestructurando el sistema de financiamiento, desde la mirada de lograr la tan anhelada calidad educativa.

Esta búsqueda de la calidad en el último tiempo se ha transformado en el principal centro de interés educativo, ya que de una u otra manera se cree que la mayoría de las condiciones necesarias para el acceso al sistema educativo están cubiertas, por lo que ahora la mirada está enfocada en buscar factores cualitativos más que cuantitativos.

A pesar de la incorporación constante de programas que “mejoren la calidad educativa” los resultados muestran lo contrario, sigue existiendo disparidad por nivel socioeconómico y dependencia educativa, por lo que nuevamente las preguntas por el financiamiento se comienzan a revaluar. ¿La descentralización de la educación chilena logró los resultados esperados?  ¿El financiamiento igualitario por dependencia es justo? ¿El sector municipal ha evolucionado?

Estas interrogantes son las que de una u otra manera están presentes en nuestro día a día, en el cual se han marcado en el desarrollo histórico de la educación chilena desde la década del noventa al presente, pasando a ser un instrumento para evaluar su influencia en la calidad educativa.

Hago referencia a el término calidad como la mejora en los resultados cuantitativos que refleja la prueba de medición nacional como es el SIMCE (Sistema de Medición de la Calidad de la Educación), aunque se permite que dicha visión es sesgada; además cabe destacar que en la actualidad no hay consenso al momento de referirse a dicha terminología.

        El termino calidad es considerado un concepto ambiguo y tautológico, puesto que está fundamentado en “una forma de pensamiento circular que no permite avanzar y que además gira en torno a un concepto central que mantiene un status ambiguo”[1], ya que existe dificultad para establecer a qué alude este término. A pesar de ello son vastos los intentos por operacionalizar una definición del concepto calidad,  siendo una de ellas la expuesta por el PEIC (Primer Estudio Internacional Comparativo, UNESCO), quien definió calidad de educación “como un nivel aceptable en cuanto al rendimiento o logro académico, y se consideró como rendimiento o logro académico al puntaje que se obtiene de respuestas correctas en los ítems de Lenguaje y Matemática”[2].

Cabe mencionar que el término calidad ha ido variando a través del tiempo, debido a que en la década del 80 éste se concebía como un aumento en las tasas de matrícula, mayor cantidad de permanencia en el sistema escolar y alzas en las tasas de graduación, pero al cumplirse estas condiciones en el país, ya sea por nuevas políticas educacionales o renovaciones en el ámbito educativo ya no era posible concebir la calidad sólo desde estos ámbitos cuantitativos, es decir, también era necesario incorporar miradas cualitativas; a pesar de esto hasta el presente no se ha dejado de mirar la calidad desde una postura de medición.

Además de estas condiciones, es necesario tener presente que una de las características principales del período a trabajar, está referida a la reforma educacional que se presenta en la década que lo antecede, en donde se presentan profundas modificaciones en el sistema de financiamiento, debido a que, se produce un cambio en la estructura del sistema, el paso de una educación basada netamente en la función de educar a un sistema mercantil.

Debido a la transformación que sufrió el sistema educacional chileno, se genera cierta periodización en la época, destacándose tres principales etapas, la primera de ellas que se extiende desde 1990 a 1995 donde el énfasis se da en una “alta prioridad gubernamental al sector y construcción de confianzas y acuerdos respecto a la agenda de cambio en educación"[3], una segunda etapa se inaugura en 1996 con la incorporación de la JEC (Jornada Escolar Completa) y la implementación de la reforma curricular, y por último una tercera etapa que se da inicio a mediados del año 2000, en donde los resultados de aprendizaje son insatisfactorios,  nacional como internacionalmente, mostrando que “el sistema escolar logra pobres resultados respecto a estándares de aprendizaje competitivos en el mundo global”[4]

Con esto se denota que a pesar de todos los recursos destinados y las nuevas políticas educacionales implementadas para sentar las bases de este nuevo sistema escolar los aprendizajes que se obtienen en el sistema formal de educación continúan siendo deficientes, puesto que los resultados están lejos de lo “requerido por una sociedad integrada a un mundo globalizado y cada vez más exigente en términos de conocimiento y capacidades de las personas y las organizaciones” [5]

 Lo más fundamental de este período en materia de financiamiento, se refiere a  que, “mientras en el período pre-reforma la subvención se distribuía financiando la oferta educacional, en el período pos-reforma se subvenciona la demanda”[6], en este último punto es necesario detenerse, debido a que en este período, se realizan cambios drásticos con el fin de generar los incentivos adecuados para que mejorase la calidad y eficiencia, por ello se plantea la necesidad de  que sean las familias las que tengan mayor posibilidad de elegir el establecimiento educacional según sus intereses, por lo que se crea el sistema de subvenciones, el cual establecía ”un pago por alumno que asiste a clases en los establecimientos subvencionados, diferenciado por nivel y modalidad de enseñanza”[7] , por lo mismo al no haber mayor diferencias en los precios de las unidades educativas, éstas estarían obligadas a centrarse en la mejora de la calidad educativa, con el fin de atraer y mantener los alumnos, ya que lo recursos les serían entregados según la cantidad de alumnos que asistieran a clases.

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