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Herramientas De Comunicación Oral Y Escrita En La Investigación.

mikealegria14 de Mayo de 2014

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Temario de la Tercera Unidad

3 Herramientas de comunicación oral y escrita en la investigación.

3.1 Normas y reglas ortográficas y de puntuación.

3.2 Técnicas de redacción (coherencia, cohesión concordancia, párrafo, conectores, claridad, sencillez y precisión).

3.3 Características del lenguaje científico (objetividad, universalidad y verificabilidad).

3.4 Tipología de textos Académicos como medios de difusión del conocimiento científico. (Monografía, ensayo, reseñas, reportes, tesis, protocolo e informe de investigación).

Objetivo de la Unidad

Analizar el desarrollo de su profesión con fundamento en ámbito local y nacional con

fundamento en la investigación científica.

Criterios de Evaluación

• Exposición 40%

• Resumen 35%

• Participación 15%

• Asistencia 10%

3 Herramientas de comunicación oral y escrita en la investigación.

3.1 Normas y reglas ortográficas y de puntuación.

Las reglas de puntuación. Es más difícil puntuar correctamente que colocar correctamente los acentos, porque si bien las reglas de los primeros son claras y obligatorias, las de los signos de puntuación son muchas veces optativas: una persona colocará una coma donde otro pondría un punto, un punto y coma, o quizá nada. Por ello, más que reglas, se debe hablar de recomendaciones en el uso de los signos de puntuación.

Los signos de puntuación intentan suplir en la escritura a la entonación y las pausas. Me explico: la misma oración estás acostado puede significar cosas distintas dependiendo de que tenga la entonación de una pregunta, de una afirmación o de una exclamación de sorpresa.

Necesitamos diferenciar estas entonaciones por medio de algún tipo de signo. Lo mismo sucede con las pausas: una coma puede hacer variar dramáticamente el significado de una oración. Se dice que el zar Pedro el Grande tenía unos impresos preparados en los que ponía matar no tener piedad con los que firmaba las penas de muerte o sus conmutaciones.

Si quería ejecutar al reo, ponía la coma tras matar: matar, no tener piedad; si por el contrario quería que la pena no fuera llevada a cabo, ponía la coma tras no: matar no, tener piedad. Sin llegar a estos extremos de truculencia, pensemos que no es lo mismo decir Elena, te llama Juan, que Elena te llama, Juan. La colocación de estos signos es, pues, portadora de un significado, por lo que hay que pensar muy seriamente si hay que colocar un signo o no y dónde.

Algo que hay que tener muy en cuenta es que, si bien todo signo de puntuación distinto de las comillas implica una pausa en la entonación, no toda pausa debe ser señalada por medio de una coma u otro signo, ya que hay pausas en el discurso que son puramente respiratorias, que se hacen independientemente de la puntuación para poder aspirar aire. No se deben escatimar las comas, pero un uso excesivo de ellas suele resultar agobiante por lo entrecortada que dejan la lectura.

3.2 Técnicas de redacción (coherencia, cohesión concordancia, párrafo, conectores, claridad, sencillez y precisión).

Coherencia: es una propiedad de los textos bien formados que permite concebirlos como entidades unitarias, de manera que las ideas secundarias aporten información relevante para llegar a la idea principal, o tema, de forma que el lector pueda encontrar el significado global del texto. Se dice que un texto es coherente, a pesar de la ausencia de enlaces, de verbos, de párrafos que recogen la idea principal y las secundarias, se tiene un texto claro, breve, original, completo y correcto que interpretamos fácilmente.

Aspectos que incluyen la coherencia textual.

1. Cantidad de Información.

¿Cuál es la información pertinente o relevante para cada tipo de texto? ¿Se dicen todos los datos que se deben decir, no hay exceso de información (repetición, redundancia, datos irrelevantes, etc.) ni defecto (lagunas en el significado, exceso de presuposición o datos implícitos que el receptor no domina)?

2. Calidad de la información.

¿Es buena la información del texto?

¿Las ideas son claras y comprensibles, se exponen de forma completa, progresiva y ordenada, con ejemplos apropiados, la terminología específica y las formulaciones precisas? ¿O por el contrario se detectan ideas oscuras, falta de concreción, enunciados demasiados teóricos o genéricos?

3. Estructura de la información.

¿Cómo se organiza la información de un texto?

¿Los datos se estructuran lógicamente según un orden determinado (cronológico, espacial, etc.)?

¿Cada idea se desarrolla en un párrafo o en una unidad independiente?

¿Hay una introducción inicial y un resumen final?

Cohesión

Es un factor textual tan importante en la lectura como en la escritura. Se le ha relacionado con el éxito en la comprensión de lectura, con la capacidad de resumir y de recordar textos, y con el procesamiento de la información. Las relaciones de cohesión que se establecen a través del texto, dan cuenta de la manera como la información vieja se relaciona con la información nueva para establecer una continuidad discursiva significativa .

Cohesión: se refiere al modo como los componentes de la estructura superficial de un texto están íntimamente conectados con la secuencia”. Esto quiere decir que la cohesión es una propiedad de carácter sintáctico, descansa sobre relaciones gramaticales o léxico-semánticas.

EJEMPLO:

“Se ha comprobado, que algunas enfermedades de carácter nervioso como la esquizofrenia, es causada por alteraciones del organismo de carácter químico, y éste sólo puede ser curado con tratamientos de ciertos productos por medio de fármacos”. Ahora observemos estos mismos textos, pero con los recursos cohesivos adecuados: “.

"Se ha comprobado que algunas enfermedades de carácter nervioso, como la esquizofrenia, por ejemplo, son causadas por alteraciones químicas del organismo. Por esta razón, dichas enfermedades sólo pueden ser curadas mediante tratamientos con determinadas drogas”.

Concordancia

La concordancia es la conformidad de accidentes gramaticales, la lógica entre los distintos elementos que debe regir para que un texto pueda interpretarse adecuadamente.

El sujeto y el predicado deben concordar en número y persona.

Como recordarás el número es el accidente gramatical que clasifica a los seres de acuerdo a la cantidad (uno o varios), y que se llama singular si se trata de un solo ser y plural si se trata de dos o más.

La persona es el pronombre que se puede asignar a cada verbo conjugado.

En términos generales cualquier oración puede servir como ejemplo para estudiar esto:

Ármand es un vampiro.

Vemos que hay un sujeto: Ármand, un nombre propio singular y del que se habla, es una tercera persona.

Así mismo hay un verbo: " ser " conjugado en el singular de la tercera persona (él es).

Finalmente tenemos aquí un predicado nominal, un vampiro, que corresponde también al singular de la tercera persona.

Verás que es evidente que si alteramos esta construcción el sentido no será claro y la calidad de nuestra redacción bajará, por ejemplo si decimos:

Ármand son un vampiro

Nos damos cuenta de inmediato que hay una falta de concordancia de número entre el sujeto y el predicado que son singulares, y el verbo que está conjugado en plural. Lo mismo ocurriría si dijéramos:

Ármand es unos vampiros

Sólo que en esta ocasión la falta de concordancia no está en el verbo sino en el complemento nominal.

Peor aún es cuando cometemos una falta de concordancia de persona en la conjugación del verbo, mira qué pasaría si dijéramos:

Ármand soy un vampiro.

Resultaría que podríamos suponer o que yo soy Ármand, o igual de malo, que falta una coma para convertir a Ármand en vocativo (ver uso de la coma) y que le estoy hablando a él para decirle que soy un vampiro. La verdad es que no lo soy, al menos hasta donde yo entiendo, es Ármand el vampiro, no yo, pero un descuido puede tener consecuencias tan graves como ésta y, te lo aseguro, debes tener cuidado con este particular a menos que quieras amanecer un día con una estaca en el corazón.

Por otra parte, como ya podrás suponer, debe existir también una estricta concordancia entre el género y la persona del sustantivo y el adjetivo que lo puede determinar o calificar.

Esto significa que si usaste un sustantivo singular y masculino, debes calificarlo con un adjetivo singular y masculino también, por ejemplo:

Perro tonto

Si te fijas (y es claro al observar los morfemas, además, señalados por la tipografía) ambos términos son masculinos y singulares. Observa los siguientes casos y verás que en realidad la costumbre y el oído nos son muy útiles para detectar este tipo de imprecisiones:

Perro tonta

Perra tonto

Perros tontas

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