Historia de la lectura

Historia de la lectura

El libro leído en voz alta o en silencio escrito en un pergamino, papiro o papel ha sido un signo de la civilización occidental. La expansión de occidente no se puede explicar sin el libro, desde aquel ejemplar de la Ilíada anotado por Aristóteles que acompañaba a Alejandro Magno en sus campañas militares hasta el más reciente Best Seller que inunda las librerías de los cinco continentes,  el libro siempre ha sido un vehículo ideal para determinarla información, las ideas y la imaginación, es económico, portátil, durable y en ocasiones también hermoso como objetos, junto con el alfabeto y la imprenta el libro ha sido una de las herramientas básicas para la acumulación de conocimientos que es la base de toda prosperidad sustentable.

Comencemos hablando acerca de la escritura…

Más que para transmitir ideas la escritura comenzó como un sistema contable que solo después iba a derivar en algo más completo y sofisticado, sin escritura las transacciones comerciales no podrían ser más que mínimas  porque si no había manera de dejarlas por escrito era muy difícil ampliar y diversificar el comercio, quien le puede prestar algo a otra persona si no hay manera a de dejar constancia del monto de dicho préstamo, por eso no es de extrañar que uno de los primeros pictogramas de la palabra interés hay sido un becerro ya que el becerro era un pago que se daba como interés anual cuando se prestaba una vaca. Los pictogramas además tenían la ventaja que podían ser comprendidos por personas que no hablaban el mismo idioma.

La escritura más antigua del mundo fue la cuneiforme que trata de unos 3500 a.C., pero la escritura cuneiforme y muchos otros sistemas de escritura que le sucedieron estaban muy lejos de ser un alfabeto, invención que corresponde a los griegos del siglo VIII a.C., esto quiere decir que durante miles de años,  la humanidad se las arreglo con sistemas de escritura que carecían de vocales , ni el sumerio, ni el arameo, ni el antiguo hebreo ni el lineal A de los minaros tenían vocales, aquellos sistemas de escritura eran muy eficientes para registrar transacciones comerciales y cosas que ya se conocían previamente como plegarias religiosas o los nombres de reyes o jefes militares, pero no servían para comunicar ideas nuevas a personas que no se conocen.

El alfabeto cambio las reglas del juego al menos para Grecia y la Cultura Occidental, el alfabeto hizo posible la lectura suceder y la prosa misma en la que están escritos la mayoría de nuestros libros.

Ya no se trataba de escribir simplemente para no olvidar sino que se podía escribir para inventar, para comunicar nueva y variada información, el milagro griego que nos heredó la investigación histórica, la investigación científica y la separación del poder religioso y el poder político, el control de los militares por los civiles, la idea de vivir como adulto responsable bajo un conjunto de leyes y no como niños bajo la tutela de un poderoso líder, además de nuestra primera literatura épica y dramática y las cumbres de Homero, Safo,  Sófocles, habría sido imposible sin el alfabeto , cuando pensamos en una lectura alfabética pensamos en un texto como lo conocemos ahora, pero los antiguos escritos griegos eran muy diferentes, en primer lugar nadie había decidido si se escribía de izquierda a derecha o de derecha a izquierda así que se hacía de las dos formas, también se escribía en bustrófedon que significa que se avanza en un sentido, al llegar al final del renglón se cambia el sentido de la escritura, también se escribía en arados o en espirales, total que los vanguardistas del siglo 20 no tenían mucho que enseñarle a los primeros escritores griegos.

Tampoco se hacía ninguna separación entre palabras, ni se usaban signos de puntuación, estas innovaciones llegaron mucho más tarde, los primeros escritos griegos eran rollos de hasta 6 metros de largo y estaban escritos en scriptio continua, es decir, sin espacios entre las palabras, tampoco existían los índices, ni la numeración de las paginas o de los renglones.

Al parecer fue Aristófanes de Bizancio director de la Biblioteca de Alejandría al rededor del año 200 a.C. el primero en proponer algunos signos de puntuación, se trataba de puntos arriba, en medio y abajo del texto que indicaban tipos de pausas, como lo hacen la coma, nuestro punto y nuestro punto y coma.

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