Lectura Historia
Enviado por carloscochard • 20 de Abril de 2014 • 574 Palabras (3 Páginas) • 359 Visitas
La historia de la peseta se inicia con el Decreto Ley de 19 de octubre de 1868, que la creó como elemento visible de una reforma monetaria llevada a cabo por nuestras autoridades económicas. Dicha reforma pretendía, por un lado, diseñar para nuestro país un patrón bimetálico oro-plata y, por otro, la incorporación española al marco institucional de la Unión Monetaria Latina, lo cual implicaba alinear nuestro sistema monetario con el de otros países europeos que, como Francia, contaban con sistemas bimetalistas y habían creado uniones monetarias con el fin de resolver problemas comunes referidos a la
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cotización de sus monedas. Pero los patrones bimetálicos, a pesar de contar con la ventaja de una mayor base monetaria que servía de acompañamiento al crecimiento económico, planteaban un permanente problema que llevó a su abandono y a que los países fueran adoptando sistemas monometálicos: cuando se producía abundancia o escasez de alguno de los metales en función de los nuevos yacimientos encontrados, su precio de mercado podía llevar a importantes divergencias respecto a su relación legal.
Por lo que respecta a la peseta en particular, que nunca llegó finalmente a incorporarse a la Unión Monetaria Latina, los desequilibrios de la economía española, tanto en el ámbito interno como externo, se tradujeron en una pérdida de reservas que contribuyó a que en 1883 se suspendiera definitivamente la convertibilidad oro del papel moneda, quedando el sistema monetario español constituido por billetes y monedas de plata, ambos elementos con un valor legal superior a su valor "real". Ello situaba a nuestro país en un sistema de carácter fiduciario, en el que el valor de la moneda fluctuaría en los mercados dependiendo de la evolución de los indicadores económicos nacionales en relación con los de otros países. La existencia de un tipo de cambio flexible para la peseta a partir de los primeros ochenta colocó a nuestro signo monetario en una posición heterodoxa -aunque no fue la única moneda que fluctuó- con respecto al contexto internacional dominante, en el que los tipos de cambio eran fijos como consecuencia de la adopción por parte de los principales países, desde los años setenta del siglo XIX, del régimen de patrón oro, el cual presidió la escena monetaria y financiera internacional hasta 1914, año en que, con el advenimiento de la Primera Guerra Mundial, los países se vieron obligados a abandonarlo.
Así, nuestra divisa, después de un período inicial posterior a su creación en el que intentó mantenerse dentro de la ortodoxia de un patrón bimetálico, lo abandonó en 1883, comenzando a fluctuar frente a las más importantes divisas que permanecieron en el marco institucional del patrón oro. De esta forma, las autoridades monetarias españolas optan durante este período por situarse al margen del contexto institucional monetario dominante, pero no es menos
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