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LOS IMPUESTOS


Enviado por   •  14 de Agosto de 2011  •  1.977 Palabras (8 Páginas)  •  592 Visitas

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Romanticismo y realismo

La revolución romántica

En el primer tercio del siglo XIX, la palabra romántico pasó a denominar toda la nueva literatura alejada de la perceptiva neoclásica.

El marco histórico del Romanticismo

Los acontecimientos que van desde 1789 hasta 1815 pueden considerarse determinantes del nacimiento del espíritu romántico en Europa. Una corriente de amor a la libertad individual y de exaltación del pueblo se abrió paso en toda Europa a raíz de la Revolución Francesa, en 1789.

La reacción nacionalista contra Napoleón fue otro de los factores que favorecieron el nacimiento del Romanticismo: lo francés pasó a representar lo impuesto; y lo nacional o propio, aunque fuera arcaico, se identificó como la libertad.

La derrota de Napoleón en Waterloo dio paso al Congreso de Viena (1815), que pretendió en vano que Europa volviera al estado anterior a la Revolución. Las ideas liberales de la Revolución habían cuajado ya de manera irreversible en los clubes, sociedades secretas, ateneos, partidos, etc. Así pues, el Congreso de Viena y sus consecuencias siguieron preparando el escenario que hizo posible la explosión romántica.

España y el Romanticismo

La historia de España del primer tercio del siglo XIX estuvo marcada por acontecimientos importantes:

Durante el final del reinado de Carlos IV, por los esfuerzos de las autoridades para que no encontraran entradas las ideas de la Revolución Francesa.

En los años del esplendor napoleónico, por una guerra cruel y desigual que los españoles sintieron como Guerra de la Independencia.

Durante el reinado de Fernando VII, por la derogación de la Constitución liberal de 1812 y la represión absolutista del monarca, que llevó al exilio a muchos escritores.

El sentimiento antifrancés fue la causa de que cualquier ideología modernizadora fuera sospechosa de afrancesamiento, y en consecuencia, rechazada. El Romanticismo, por todas estas circunstancias, nació en España con un peso de nacionalismo superior al de otros países europeos.

España, país romántico

Los escritores ingleses y de otros países pusieron la vista en España como país que colmaba sus aspiraciones estéticas: valoraba la libertad, ofrecía un paisaje arcaicamente natural y lleno de vestigios del pasado, tenía una histórica heroica que se reflejaba en una literatura riquísima y, sobre todo, estaba rodeada de un halo de misterio, favorecido por el aislamiento y la mezcla de culturas.

La visión historicista de los románticos europeos encontró en nuestra literatura medieval y de los siglos de oro una vena inagotable de inspiración: descubrieron la riqueza del Romancero; encontraron en El Quijote un ejemplo vivo de lucha que mantiene el espíritu individual contra la colectividad; estudiaron y valoraron el teatro de Lope y Calderón; etc.

Penetración del Romanticismo en España

La vuelta de Fernando VII a España, que había despertado tantas esperanzas, fue nefasta para los politos y escritores liberales. Como consecuencia de la represión absolutista inspirada por el monarca, mucho escritores se vieron obligados a exiliarse.

El Trienio Liberal (1820-1823) fue un periodo demasiado breve para que las ideas liberal-románticas pudieran arraigar en España; sin embargo, al final del Trienio apuntaban ya síntomas de lo que podía haber sido la implantación del Romanticismo, como la impresión de la primera novela histórica original, Ramiro, conde de Lucena, o la aparición de la revista El Europeo (1823-1824), que encarnaba los ideales del liberalismo.

Durante la Década Ominosa absolutista (1824-1833), mientras los políticos y escritores liberales estaban en el exilio, en España se ejercitó la censura férrea sobre cualquier impreso o representación teatral. Sin embargo, en tertulias y reuniones como la de “El Parnasillo”, a la que acudían Mesonero Romanos, Larra y Espronceda, se preparaba ya la llegada irremediable de la estética romántica.

El estreno de Don Álvaro o la fuerza del sino (1835) es considerado como el acontecimiento que marca el triunfo definitivo del Romanticismo.

Los caracteres de la literatura romántica

Aunque el romanticismo propiamente dicho comprende a los autores que escriben sus obras fundamentales entre 1830 y 1850, hay que extender el concepto de generación romántica a muchos escritores nacidos entre 1805 y 1865.

Los temas

Los temas que eligieron los románticos españoles para sus obras fueron los mismos que en el resto de las literaturas europeas:

Historia nacional. Los románticos encuentran sus temas en personajes españoles histórico-legendarios, sobre todo en aquellos que presentaban un lado misterioso en su historia: el rey godo Rodrigo, Pedro el Cruel, Boabdil, Felipe II y su hijo don Carlos, etc.

La exaltación de los sentimientos. Los temas en torno a los sentimientos, eternos en la literatura, adquirieron en el Romanticismo notas muy personales.

El amor es tratado como sentimiento incontrolable que o bien produce a la melancolía y a un estado de tristeza íntima, o bien es pasión irrefrenable que conduce a la desesperación y a la muerte. Ejemplo pueden ser el drama Los amantes de Teruel, de Hartzenbusckh, o los versos de las Rimas de Bécquer.

El sentimiento religioso se hace insincero e incluso rebelde ante Dios. La literatura reivindica la figura del diablo o se hace eco del anticlericalismo creciente de la sociedad. Pero también exalta el sentimiento religioso tradicional, adscrito a ciertos templos o imágenes.

Los románticos contemplan la vida como un mal ante la cual el artista se siente atormentado y triste porque no puede alcanzar un ideal que no sabe muy bien cómo definir. Este desprecio por la vida se refleja en el héroe literario que busca la aventura y el peligro para llenar el vacío de su existencia.

La actualidad social y política. En el Romanticismo asistimos al nacimiento del oficio del escritor como profesión liberal. La consecuencia social más importante es el acercamiento del escritor a la sociedad, que le hace asumir muchas veces una misión de portavoz de sus preocupaciones.

La nueva estética

Las características típicas de la obra literaria romántica en general son:

El lenguaje expresivo. El buen gusto neoclásico se sustituye por la libertad del escritor: todos los registros son posibles con tal que sean expresivos. El énfasis llena las páginas románticas de

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