LOS NIÑOS DEL BOSQUE
Enviado por AZantos Diaz Salazar • 7 de Septiembre de 2021 • Resumen • 750 Palabras (3 Páginas) • 136 Visitas
LOS NIÑOS DEL BOSQUE
En un gran palacio situado a la entrada de un bosque, vivían antiguamente dos niños, cuyos padres, de quienes eran amados con ternura, poseían bastantes riquezas para comprarles juguetes y golosinas en abundancia. Los dos niños se pasaban el día correteando y divirtiéndose en un hermoso jardín, donde iban aprendiendo los gorjeos de los pájaros y penetrando el secreto de las llores, hasta que un día, un día triste y melancólico, el padre y la madre se fueron para siempre al cielo, dejando solos y abandonados en la tierra a los pobres niños.
Desde entonces el niño, pues se trataba de un niño y una niña, cuidó de su hermanita con esmero; pero vinieron días tristes, y otros habían de venir peores, aunque no pudieran preverlo los dos huerfanitos.
Éstos tenían un tío a quien no habían visto nunca. Vivía lejos, al otro lado de los mares; pero tan pronto como tuvo noticia de la muerte de su hermano, padre de los pequeños, apresuró su regreso y presentose en su casa. Comprendió desde luego que, habiendo muerto el padre, a poder de los niños iría todo el dinero, de suerte que si el tío conseguía desembarazarse de los dos hermanitos, la herencia iba a ser suya.
Y cuanto más pensaba en el dinero, tanto más se aficionaba a la idea de apropiárselo, hasta que vino a dar en un proyecto espantoso: matar a los niños y apoderarse de su fortuna.
Al efecto buscó a dos bandidos, a quienes pagó bien, para que se llevaran a los pequeños a un lugar solitario del bosque y allí los mataran.
Una hermosa mañana de sol, cuando el gorjeo de los pájaros era más alegre, deslizáronse los bandidos sigilosamente por el jardín donde los niños estaban jugando y se apoderaron de ellos. Los malhechores eran robustos, fuertes y de tosco aspecto y maneras, de modo que los niños sintiéronse sobrecogidos de miedo; pero como les dijeran aquellos hombres que los enviaba su tío, los pequeños no se atrevieron a replicar. Llevándolos cogidos de la mano, los bandidos acompañaron a las inocentes criaturas fuera del jardín y luego se internaron con ellas en el bosque, hasta llegar a un paraje solitario. Habían hecho una larga caminata; y los niños estaban fatigados, rendidos. Sentáronse en el tronco de un árbol, mientras los bandidos se hacían a un lado a fin de conversar en voz muy baja.
Pero esta conversación degeneró luego en pendencia; los bandidos levantaron la voz y se hablaban a gritos, coléricamente, pudiendo los niños entender palabras que les hicieron temblar de terror.
-Se nos ha pagado para que los matemos, y hay que ganar el dinero -repetía uno de los bandidos.
Pero el otro, más humano y piadoso, replicaba:
-¿Y por qué matarlos? Dejémosles aquí y acaso puedan encontrar donde guarecerse.
La niña se apretaba contra su hermanito medrosamente.
-Van a matarnos -decía en voz baja y temblorosa.
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