La Comedia Grecolatina
Enviado por popolinooo • 4 de Marzo de 2013 • 959 Palabras (4 Páginas) • 844 Visitas
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LA COMUNICACIÓN LITERARIA
La ciencia de la literatura no se ocupa de la literatura sino de qué hace que una obra sea obra literaria. (Jakobson).
- El texto literario como acto de comunicación
El texto literario funciona como un acto de comunicación que posee las siguientes características:
o Es resultado de una creación que el autor destina a que perdure y se conserve exactamente con la misma forma original.
o La comunicación que la obra literaria establece con el lector y oyente es unilateral, porque el mensaje no puede recibir respuesta inmediata del receptor.
o La obra no se dirige a un destinatario concreto, sino a receptores desconocidos, muchos o pocos, actuales o futuros (receptor universal).
o El lector u oyente no establece relación directa con el autor, sino sólo con el mensaje, con su obra (comunicación diferida). Y ello, cuando él lo desea. De esa manera, la iniciativa del contacto comunicativo corresponde al receptor.
o La comunicación literaria es desinteresada, no tiene una finalidad práctica inmediata. Por el contrario, posee una naturaleza estética, es decir, pretende producir las reacciones que en el ánimo suscita lo bello. Sin dejar de ser cierto lo anterior, no lo es menos que muchos autores escriben literatura para favorecer una determinada causa, para promover un cambio en la sociedad, para denunciar una situación.
- La comunicación literaria.
Lo que llamamos literatura (actos verbales estéticos: poemas, cuentos, novelas, dramas…) constituye un tipo de comunicación especial. Partamos del esquema de la comunicación:
- El emisor, en la comunicación literaria, es el autor. Hasta en las obras colectivas o populares y anónimas.
El emisor en realidad es una “máscara” tras la que una persona real se ha ocultado. Las manías, grandezas, preferencias, los sentimientos, etc., no han de corresponderse con los de la persona que está detrás. En los casos de coincidencia hablamos de “biografismo” o de “confesionalismo” (y aun así, pocas veces encontraremos sinceridad...).
* Más sobre el concepto de autor (ver bloque 1. Las instituciones literarias: el autor y la sociedad)
- El receptor no es, como en la comunicación ordinaria, un destinatario preciso, sino que se trata del público en general, que acepta voluntariamente esta comunicación, normalmente en busca de placer, entretenimiento o ilustración cultural o ideológica. Se trata de un receptor universal.
El receptor no es una persona concreta, sino una hipótesis exigida por el propio texto en sí. Por mucho que vaya dedicada una obra, en realidad se dirige a una construcción ideal que es ese ser que comprende idealmente todos los recovecos y claves de la obra, que se percata del sentido último del texto, de lo que quiere decir la obra. Este lector ideal es inalcanzable, y cuanto más acertada sea nuestra interpretación, más cerca estaremos del receptor ideal.
Algunos teóricos han denominado "lector implícito"
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