La Eneida
Enviado por linaperez1992 • 13 de Noviembre de 2014 • 2.347 Palabras (10 Páginas) • 177 Visitas
Introducción.
Inspirándose en las obras homéricas la “Ilíada” y la “Odisea”, el autor Publio Virgilio Maro llevó a cabo la escritura de “La Eneida”, la gran epopeya nacional romana. Las narraciones de los viajes y conflictos en los que se ve envuelto el héroe troyano Eneas tras su precipitada huida de la ciudad de Troya son una de las mejores muestras de la literatura épica latina. La obra se encuentra dividida en cantos o libros, siendo doce en total. Los seis primeros beben directamente en términos estilísticos de la “Odisea” mientras que los seis últimos se inspiran más en la “Ilíada” y en la resolución de los conflictos que se le plantean al personaje. Es la resolución de esos conflictos y sobre todo el esfuerzo que conllevan uno de los temas centrales de la obra. La epopeya de Eneas está plagada de toda clase de obstáculos a los que el héroe consigue imponerse y superar gracias a su tenacidad, esfuerzo y determinación. En todo momento Virgilio pretende ensalzar a la figura de Eneas dado que en su obra lo convierte en el primer pilar de lo que será la fundación futura de Roma.
DE QUE TRATA EL LIBRO
La Eneida es un poema imperfecto escrito por el autor Virgilio; para él escribir esta obra se basa en la Ilíada y la Odisea; está dividida en cantos o libros; en el libro I, Virgilio narra los episodios que dieron lugar a la guerra de Troya y la caída de la ciudad en poder de los griegos. Luego hace hablar a Eneas mismo de sus aventuras, hasta el libro III. A partir de esto el autor narra los hechos que pasan al transcurrir la obra.
Está obra se fundamenta en los héroes, los príncipes, reyes, reinas, damiselas, guerreros, dioses etcétera, en donde nos presentan historias emocionantes. Alegres, tristes y en fin diversidad de sensaciones, las cuales hacen que el libro sea de interés al lector.
Biografía del autor y otras obras.
Publio Virgilio Maro nació en los Andes, hoy Pie tole, actual Italia, aproximadamente en el 70 a.C. Aunque hijo de padres modestos, estudió retórica y lengua y filosofía griegas en Cremona, Milán, Roma y Nápoles. Si bien no intervino directamente en política, desde muy pronto disfrutó del apoyo de importantes mecenas y amigos, como Cayo Mecenas, el poeta Horacio e incluso Octavio, el futuro emperador Augusto, en parte propiciado por el éxito de su primera obra mayor, las “Bucólicas”, en las que desarrolla muchos temas de la tradición pastoril, tomados sobre todo de los “Idilios” de Teócrito, aunque introdujo numerosas alusiones a personajes y situaciones de su época. Incitado por sus protectores, escribió las “Geórgicas”, en apoyo de la política imperial de relanzar la agricultura en Italia, en las cuales recrea la belleza de la vida campesina y sus distintos aspectos: labranza, ganadería y apicultura. La vertiente pública de su poesía llegó a su cima cuando afrontó la tarea de escribir un ambicioso poema patriótico a imagen de las grandes epopeyas homéricas, la “Eneida”, que debía cantar las virtudes del pueblo romano y cimentar una mitología propia para la nación. Para ello escogió la conocida figura legendaria del héroe troyano Eneas. Durante otros doce años trabajó en la composición de esta su obra maestra. Según Virgilio, el linaje romano procede del hijo de Eneas, Ascanio. Sin embargo, el poeta no pudo terminar su obra, pues en el 19 a.C. emprendió un viaje por Grecia y Asia con la intención de corroborar sobre el terreno las referencias paisajísticas y geográficas de su obra maestra, prácticamente finalizada para entonces, y para profundizar en el estudio de la filosofía. Durante el viaje enfermó gravemente, y en su lecho de muerte pidió a sus amigos Vario y Plocio que destruyeran la “Eneida”, por considerarla imperfecta, ruego que no fue atendido por orden de Augusto. Se atribuye así mismo a Virgilio la composición de un conjunto de obras menores de carácter épico, elegíaco y didáctico, conocido como el “Appendix vergiliana”, que quizás podrían ser obras de juventud, aunque no está bien dilucidada su autoría. El renombre de que gozó fue enorme no sólo en su época, sino a lo largo de toda la Edad Media, que le consideró como un cristiano anticipado, e incluso se llegó a ver en una de sus “Bucólicas” una profecía de la llegada del Mesías. En su “Divina Comedia”, Dante lo convirtió en su guía a través del Infierno y el Purgatorio, y le consideró su maestro.
Análisis y Estructura de la obra.
En cierto sentido Virgilio concibió la obra como una “Odisea” y una “Iliada” combinadas pero aún así diferenciadas dentro de la estructura final, sirviéndose del Libro VI como punto de inflexión que marca la diferencia entre las dos principales fuentes de inspiración estilísticas y temáticas de la “Eneida”. A su vez debemos observar la distribución de los temas en los capítulos según su importancia, estando aquellos más relevantes en los capítulos pares y los temas menores en los impares. Virgilio siguió el modelo homérico concibiendo cada uno de los doce libros que componen la obra como una unidad, y siguiendo a un tiempo los mismos esquemas alejandrinos y neotéricos que ya había usado en otras obras como las “Bucólicas” o las “Geórgicas”.
En la primera parte de la obra, inspirada en la “Odisea” y que abarca del Libro I al VI se centra sobre todo en los viajes de Eneas y su tripulación, su estancia en diversas tierras -sobre todo Cartago- e incluso un descenso a los infiernos que como ya hemos dicho marca el punto en que la narración deriva hacia una mayor inspiración en la “Iliada”. Y es que la segunda parte de la obra es conocida también como la “Iliada itálica”, abarcando los Libros VII a XII, comenzando con la llegada de Eneas al Lacio, la tierra donde deberá asentarse, y continuando con la guerra y conflictos en que se ve envuelto debido a las intrigas de Juno, la diosa que le ha obstaculizado durante todo el viaje. Pese a su clara influencia homérica, Virgilio introduce una serie de innovaciones y cambios, sobre todo estilísticos, que pese a su clara relación con la poesía homérica se presentan como muy diferentes. Su lenguaje y estilo son elegantes, armoniosos, siguiendo siempre el tono justo, sirviéndose de un buen uso de las comparaciones, los epítetos, el ritmo y otros recursos poéticos propios de la épica. Pese a ser una obra en cierto sentido “inacabada” (Virgilio no estaba del todo contento con el resultado y pretendía retocarlo antes de morir, cosa que no pudo hacer), la “Eneida” cumple con creces su papel de gran poema épico latino. La influencia de Virgilio en la poesía latina posterior es inimaginable, provocando que su obra pasara a los campos académicos muy rápidamente. Su fama fue tal que aún en la Edad Media
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