La Fidelidad

La fidelidad

La ventana es una obra del autor costarricense: Carlos Salazar Herrera, la cual trata de la espera de una mujer. Una mujer esperando a su amado, una espera que tardo alrededor de siete años. (“Hacía… ¡siete años! Que tenía ganas…”).

Es una mujer la cuál vive en una choza. Su amado ha permanecido en una cárcel, la cual por deducción se cree que es la cárcel de la Isla San Lucas, ya que se describe una cárcel con “agua que era tibia y salobre…” (El mar).

El autor describe a la mujer como una mujer enamorada, dado al escenario que ella construyo para la llegada de su enamorado. La choza se describe como una casa sencilla, pero con pequeños detalles nos indican el significado de cada cosa. Como por ejemplo: la imagen de San Antonio (santo de los enamorados) que estaba negro del humo de las candelas (la mujer velaba al santo), se describen unas santa lucías (flor aromática), la falta de barrotes en la ventana(los cuales significaban libertad).

La pregunta que uno se hace al leer esta obra es ¿por qué, la mujer, espero por el hombre cuando podría seguir con su vida y encontrar a otra persona? Ahí es cuando viene el concepto de fidelidad o ser fiel. La palabra fiel se define como la capacidad de apoyar a otra persona en las buenas y en las malas. La mujer que del relato es una mujer enamorada, y una mujer enamorada es como un cachorro siempre va a ser fiel a su amo o dueño, en el caso de la mujer ella le es fiel al dueño de su corazón.

La casa es descrita como una parte de la mujer, ya que en toda la casa hay señales de felicidad, sentimiento el cual está pasando la dueña de casa. (“La llama sobre el pabilo daba saltitos sin caerse”. Felicidad, alegría.)

Según el relato el hombre era un prisionero, el cuál después de siete años de espera, regresa a su casa. (“¡Su hogar!”). La mujer al entender el sentimiento de su enamorado hace todo lo posible por él, para que su amado se sintiera cómodo en su visita.

Esta obra describe la espera de una mujer por la llegada, de su amado. El autor describe su alegría, sus nervios, su sufrimiento y toda clase de sentimientos mezclados.

De acuerdo a la obra todo estaba preparado para la llegada del hombre, los barrotes no existían, el agua estaba lista, las candelas encendidas, la melodía del agua en la tinaja….Solo quedaba esperar por el hombre, esperar por el hombre, esperar a que el hombre entrara por el umbral de la puerta principal, y la espera se le hizo eterna a la pobre mujer. Quién había estado esperando por aquel hombre poco más de siete años. Siete años estancada, sin poder seguir con su vida, por la interminable espera.

Y la mujer espero y espero, sin embargo fue recompensada con la presencia de su hombre al fin de todo.

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