La Formación Del Maestro En Contexto De Crisis Social.
Enviado por denyhernandez • 30 de Noviembre de 2013 • 692 Palabras (3 Páginas) • 601 Visitas
Educar “Es forjar individuos, capaces de una autonomía intelectual y moral y que respeten esa autonomía del prójimo, en virtud precisamente de la regla de la reciprocidad” (Piaget).
Educar es un gran desafío para los maestros, no se trata solamente de proporcionar conocimientos científicos a los alumnos y que ellos los reciban sin ser capaces de dar sus propios criterios sobre los mismos; educar, enseñar es preparar para que los educandos puedan o tengan armas para defenderse de los obstáculos que se le presenten a lo largo de su vida, que puedan reclamar y expresar de forma convincente sus opiniones ante incumplimientos o maltratos a los que en algunas ocasiones son sometidos.
La formación del docente siempre ha sido un tema de gran preocupación que va en busca de mejoras, pero si nos ponemos a pensar, tanto el maestro como el alumno están sujetos a normas que deben cumplir, esto crea ambientes de presión, tensión y estrés, lo que conlleva a que la formación del maestro sea solo por obligación y no por vocación, en este proceso su manera de impartir clase solo se sujeta a formar a los alumnos en conocimientos científicos, más no morales y mucho menos guiar para una educación subjetiva donde el niño pueda interactuar.
La educación actual quiere romper con el tradicionalismo donde el maestro es una autoridad omnipotente y el alumno un sujeto pasivo que solo cumple las disposiciones del maestro. Esta educación nueva, es la que facilita el conocimiento a través de las vivencias o experiencias del niño, de tal manera que se conquiste el desarrollo en el pensamiento y socialización, logrando así una persona independiente, llena de respeto y con la capacidad de aceptación de los demás.
Al hablar de nuestro país podemos ver que existen muchos hogares con una multiplicidad de problemas, entre estos violencia familiar, maltrato físico, intelectual, entre otros; los niños de estas familias acuden a la escuela para vivir nuevas experiencias y poder tener su educación como una salida para su superación y es aquí donde el papel del mediador debería ir más allá de una formación científica, con el propósito de que el niño se sienta seguro al saber que prepararse será forjar una nueva forma de vida y que además tiene un guía que le da seguridad y confianza en sí mismo.
Una manera ética de que el maestro ayude a sus alumnos es empleando el método lúdico, donde el niño aprende jugando y desarrolla un pensamiento íntegro y un ambiente armonioso, los resultados son muy eficaces siempre y cuando sean empleados de la mejor manera. Al entrar en un espacio de juego el niño empieza a relacionarse como un ser social en donde obtendrá experiencias, ilusiones, desilusiones, triunfos o derrotas por las que el niño necesita pasar para presentarse ente la vida.
¿Pero qué sucede si el maestro impone autoridad en el juego? ¿Podrá el niño expresar y sentirse libre?
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