La Pobreza

Desde las primeras nociones de sociedad, la gestación de una estructuración en las actividades humanas y su interacción entre ellas, el hombre ha recurrido de diferentes y disímiles herramientas para lograr intervenir los recursos que este mismo ha producido o recolectado, trayendo así la idea de compartir lo propio (Marx llamaría a esto “Comunismo primitivo(1)”), un sistema que se modificó al entrar a colación la necesidad de cualificar dichos recursos y entender cómo quizás algunos tengan más valor que otros. Es aquí donde surge la concepción de dinero.

Tan rústico y primitivo como el comunismo primitivo de dicha época, el trueque (2) fue el primer acercamiento del hombre hacia un método una nueva forma de obtener propiedades que no sean propiedad del mismo. Seguido a esto, se empezaron a acuñar las primeras monedas en lo que ahora es Turquía, lo cual marcó un hito en la forma de cómo se relacionan la producción de un producto y la inherente necesidad de obtener otros servicios o productos que con la propia mano no se obtendrían.

De aquí en adelante, el dinero empezó tomar cada vez más relevancia y respeto como lo evidenciaron las burguesías en el Renacimiento, donde el dinero se convertía en la guía moral, la autoridad de las personas de aquella época.

A partir de allí, se empieza a forjar en las grandes sociedades una diferenciación entre los distintos grupos y entes transformadores que afectan la normatividad de aquella sociedad, una diferenciación enfocada hacia el modelado al que las diferentes culturas y sociedades a lo largo del planeta realizaban, focalizándose en el dinero.

El vínculo que se genera entre posesión material de bienes y una mejora en la calidad de vida, acompañada de distintos comportamientos sociales que, como el pavo real exhibe sus presuntuosas y coloridas alas con el único fin de atraer a las hembras, tiene como objetivo focalizar las miradas y conversaciones cotidianas de todo una ciudad en la persona que posee la mayor cantidad de dinero y bienes.

Con esto llega una diferenciación inherente sobre qué tanto o qué tan poco tengo yo y de qué forma la sociedad puede ver esto, la idea de pobreza y riqueza. Sin embargo en el presente ensayo nos centraremos específicamente al variopinto paradigma al que la pobreza se ha insertado a través de la historia.

Se encuentra por ello necesario, menester de la investigación social, política y científica comprender cómo dichos paradigmas afectan la mentalidad de todos los que hacen parte de un grupo organizado de personas, en las que cada uno desempeña un labor al que, independientemente de la causa, se le ha asignado realizar.

Nos encontramos aquí con un embrollo en el que una idea que en lo general parece aceptada y tenida en cuenta de una forma resulta siendo un factor inmerso en el desconocimiento de los entes propios de la sociedad generando, a partir de la ignorancia, incertidumbre y desconsuelo, a saber, que la pobreza difiere tanto positiva como peyorativamente de muchas de las preconcepciones que en culturas como la nuestra aún muchos de sus integrantes y elementos principales mantienen férreas dentro de sus creencias personales.

Para entender la magnitud de dicho problema vamos a comprender tres aspectos en los que se ha malinterpretado la interacción de la concepción de la pobreza con la real situación mundial: El terrorismo, la vivienda y la juventud.

Con sucesos como el ocurrido el 11 de Septiembre de 2002, con la caída de las

...