La noche

Me desperté aterrado lleno de sudor, lo único que lograba escuchar eran las gotas de lluvia cayendo del cielo y los truenos que las acompañaban, mi corazón latía muy rápido y mi respiración estaba muy acelerada. Mire a todos lados para asegurarme de que me encontraba en mi habitación y aunque todo estaba lleno de oscuridad, la poca luz que daba la luna al colarse por entre las nubes que cubrían el cielo, me permitió ver que en realidad estaba en mi habitación, todo fue un sueño, solo fue un mal sueño.

Me recargue en la cabecera de la cama intentado tranquilizarme, toque mi frente y estaba llena de sudor, era la primera vez que un sueño me hacía sudar, pero como no iba a ser así si todo parecía tan real. Después de un par de minutos finalmente pude tranquilizarme, mi respiración y mi ritmo cardiaco volvieron a la normalidad, tome mi celular para revisar la hora, solo tenía 3% de batería así que lo conecte al cargador, pero al parecer no había luz, la tormenta debió de haber provocado un corto circuito o algo por el estilo. Aunque mi celular estaba a punto de morir logre ver la hora, eran las tres de la mañana, una hora muy inoportuna para estar despierto ya que muchos dicen que es la hora favorita de los espíritus, de las animas, de los demonios, dicen que es la hora perfecta en la que ellos se pueden divertir, pero yo no creo en eso, pueden llamarme escéptico o lo que quieran, pero no soy de las personas que creen en fantasmas y ese tipo de cosas.

 De repente empecé a sentir mucha sed, mi garganta estaba seca así que decidí bajar a la cocina por un poco de agua, pero por alguna rara razón tenía miedo, no quería salir de mi habitación, pensaba que había alguien esperándome afuera de mi habitación, era como si alguien supiera que en cualquier momento saldría de mi habitación y cuando lo hiciera me estaría esperando. Espere un par de minutos y decidí salir, me levante de la cama y empecé a buscar mis sandalias, pero casi no podía ver nada así que tuve que caminar descalzo, con cada paso que daba podía sentir el frio suelo. Me acerque a la puerta y cuando estaba a punto de girar el picaporte escuche algo detrás de donde estaba, voltee lentamente para ver quién o qué era, pero no era nada solo era la rama de un árbol que golpeaba la ventana, por alguna razón tenía miedo, le tenía miedo a la noche, miedo a la oscuridad. Giré el picaporte y lentamente abrí la puerta esperando lo peor, pero no había nada el pasillo estaba totalmente solo, lo único que podía ver eran las escaleras a un par de metros de la puerta de mi habitación.

Caminé lentamente hacia ellas procurando no tropezar con algo, la ventana que estaba al final del pasillo dejaba entrar la escasa luz que brindaba la luna pues estaba casi totalmente nublado. Baje lentamente por las escaleras apoyándome en la pared con mi mano izquierda, cuando pise el último escalón mire hacia atrás pues sentía que alguien me estaba siguiendo, pero no era así, estaba solo o eso era lo que creía, cuando llegue a la sala escuche que algo golpeo la ventana, voltee rápidamente y vi la silueta de una persona, di un pequeño salto del susto y cerré los ojos por un par de segundos deseando que todo fuera parte de mi imaginación, cuando abrí mis ojos mire por la ventana y la silueta había desaparecido ya no había nada en la ventana.

Seguí caminando hacia la cocina mirando a todos lados, con cada trueno que caía creaba un gran resplandor de luz que iluminaba la casa por un par de segundos, las sombras que creaba parecían moverse como si tuviesen vida propia, pero no era así no eran más que simples sombras comunes y corrientes. Cuando llegue a la cocina tome un vaso que se encontraba arriba de la mesa de madera que estaba a mitad de la cocina, me acerque al lavabo, gire la llave del agua y llene mi vaso, pero algo estaba mal conmigo, estaba temblando y casi derramaba el agua. Algo me estaba pasando, mi mente estaba jugando conmigo.

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