Lectura Eficaz
Enviado por axayacatzin • 4 de Octubre de 2014 • 1.630 Palabras (7 Páginas) • 299 Visitas
DISGRESION es el efecto de romper el hilo del discurso con un cambio de tema intencionado.
"El gallo canta todas los dias por la manana. Y como no ha de hacerlo si viene de el pueblo de mi tio alla por Jalisco, don de por cierto se preparan unos quesos esquisitos y la gente todas las mananas van...."
REDUNDANCIA constituye factor comunicativo estratégico que consiste en intensificar, subrayar y repetir la información contenida en el mensaje. Es como decir lo mismo pero con otras palabras.
"Sube para arriba"
UNA EXPRESION AMBIGUA una oración o frase cuando tiene dos o más significados debido a la estructura, ya sea por el agrupamiento o la distinta función gramatical.
"Vio un hombre en un barco con un catalejo" Esta última puede significar que el hombre del barco tenia un catalejo o en cambio, que el hombre ha sido visto a través de un catalejo.
CONSEJOS PARA REDACTAR BIEN
El estilo mejor es el preciso: la precisión es la máxima cualidad que puede lucir quien escribe. Tras esta virtud, otras muy importantes son la concisión o brevedad, la claridad y la elegancia u ornato.
Ninguna de tales virtudes puede brillar sin una imprescindible: la corrección.
Escribir es la última tarea para un redactor: primero hay que hacer un borrador y oscurecerlo de correcciones (el llamado “castigo”); de él se sacará en limpio el escrito definitivo.
El BORRADOR consta de invención, o búsqueda de materiales en las fuentes; disposición u ordenación de las mismas en el orden más conveniente al propósito; y adorno, es decir, hacer elegante y agradable el texto a la imaginación con figuras retóricas, ingenio, gracia, alusiones a la actualidad e imaginación.
Hecho el borrador, somételo a las siguientes operaciones (el llamado “castigo” o depuración del estilo):
-Sustituir las palabras repetidas de la redacción por sinónimos más precisos o suprimirlas.
-Buscar las palabras ambiguas en tu redacción y reemplazarlas por vocablos más exactos.
-Preferir el adjetivo pospuesto al antepuesto.
-Suprimir adverbios en –mente o sustituirlos por un sintagma preposicional.
-Quitar los nexos cuando puedan ser reemplazados por signos de puntuación: eso permite más agilidad y concisión.
-Reducir las expresiones más largas; sustituirlas por otras igual de precisas, pero más cortas.
-Eliminar las rimas y cacofonías: los sonsonetes irritan y distraen al lector.
-Extirpar las inconsecuencias, esto es, las frases que no se siguen lógicamente de lo antes escrito y hacen aparecer desaliñado al escrito.
-Preferir el verbo al sustantivo y el sustantivo al adjetivo.
-Omitir expresiones vulgares o coloquiales: “bueno”, etc...
-Tachar los circunloquios o rodeos o poner algo sustancial en su lugar.
-Nada de introducciones: quitan tiempo; ve al grano, evitando expresiones como “Yo creo, pienso, opino que...”, etc... Evita transiciones largas de una idea a otra mediante signos de puntuación.
-Coloca los acentos que faltan a tu redacción.
-Evita las palabras demasiado inconcretas o “palabras baúl”, porque tienen un sentido tan general que no significan nada: “cosa”, “tener”, “hacer...”. También las muletillas o expresiones propias repetidas: “y tal y cual”, “y todo eso” eiusdem palotis.
-No dejes frases sin terminar... sugieren pobreza de léxico.
-Corrige las faltas de concordancia entre sujeto y verbo, sustantivo y adjetivo, etc...
-Utiliza los tiempos verbales más exactos.
-Busca ejemplos y argumentos que apoyen cada uno de tus puntos de vista: no dejes tesis ni opiniones sin argumentos o pruebas después que los justifiquen. Si no, el escritor del texto parece infantil.
-Ordena tus argumentos del más simple al más complejo o viceversa.
-En las enumeraciones, sigue el orden alfabético.
-En las series de complementos, ordénalos por extensión del más corto al más largo o viceversa.
-Procura que tus oraciones tengan más o menos la misma longitud o sean simétricas. Un buen recurso es utilizar parejas de palabras o frases unidas por una conjunción: da precisión y ritmo a la frase.
-Dispón tus datos por orden cronológico cuando sea a propósito.
-Sitúa al principio de la frase la parte de la misma (sintagma o palabra) que más te interese destacar.
-Cuando quieras ser claro, sigue siempre este orden: sujeto, verbo, complementos (y los complementos ordénalos de mayor a menor en extensión o viceversa).
-Sitúa los adverbios lo más cerca posible del verbo, a ser posible después.
-Formula las tesis u opiniones que se pueden defender sobre un tema propuesto y escoge la que más se avenga con tu criterio.
-Simula pequeñas incertidumbres, hazte preguntas retóricas. Una pregunta retórica es una buena forma de empezar. Empieza siempre modestamente cuando te dirijas a grupos de personas.
-Separa en párrafos tu redacción. La presentación de un todo continuo fatiga la vista y sugiere desorden.
-Introduce cada uno de tus párrafos con una sangría inicial del primer renglón. (Una sangría es varios espacios en blanco)
-Pon un margen el doble de extenso a la izquierda del escrito que a la derecha.
VICIOS DEL LENGUAJE
Son: anacoluto, anfibología, arcaísmo, barbarismo, cacofonía, extranjerismo, hiato, idiotismo, impropiedad, neologismo, pleonasmo, redundancia, solecismo, ultracorrección, vulgarismo, dequeísmo, adequeísmo.
Anacoluto: cambio súbito de construcción sin modificar la frase, por ejemplo, no completar una concordancia, desordenar la frase o dejarla sin terminar.
INCORRECTO / CORRECTO
Toda la gente acudimos a la fiesta / Toda la gente acudió a la fiesta
Han habido disparos en la calle / Ha habido
...