Lengua y publicidad

LENGUA Y PUBLICIDAD

No es un secreto que en los últimos 30 años, los programas de televisión pasan de contenidos educativos a explotar principalmente la violencia y el sexo. Actualmente escuchamos que a los doce años, un niño ha visto diez mil asesinatos y sabe más sobre sexo que su padre. Y sucedió también con internet. Solo en YouTube, el contenido más visto son los videos musicales, seguidos de la comedia.

Estas otras fuentes de formación tienen un problema "sorpresa": el mal uso del lenguaje. No solo hablamos de grosería o vulgaridad; nos referimos al mal uso del lenguaje: uso incorrecto de las palabras, sintaxis pobre, jerga entre otros, distorsionar el uso correcto del lenguaje, y lo peor de todo es que el uso de este medio no lo nota. Se convierte en la normalidad.

Este problema va más allá. Este lenguaje pobre, esta comunicación pobre, aplicada en cualquier organización (escuela, gobierno, negocios o empresas) obstruye el desarrollo de las actividades necesarias.

¿Por qué? Porque, por un lado, las formas de comunicación de la persona son distorsionantes; entonces, un mensaje no es tan efectivo como puede ser.

Por otro lado, la pereza para leer, codificar y decodificar información escrita (muchos prefieren buscar un video tutorial).

Golpea en la productividad de la organización. Es como un teléfono disfuncional: a veces podemos reconstruir un mensaje malo, pero a veces no podemos entender el contexto.

El ingrediente final. ¿Y por qué la "otra" formación supera la escuela? Esto se debe a dos factores. En primer lugar, la facilidad de adquisición. La formación escolar necesita hacer cumplir para comprender la información, codificar y decodificar para asimilar el conocimiento.

 Comparativamente, la información audiovisual se asimila tan fácilmente, porque es una muestra en vivo de cómo se hace algo, el "cómo". Como dijo Platón, "El conocimiento a través de teorías es largo y tedioso, breve y efectivo con ejemplos".

El segundo es la continuidad. Si podemos preguntarle a la gente, podemos ver que el conocimiento escolar es visto como una obligación, algo inútil y vacío. Desafortunadamente, la mayoría de los maestros ahogan la curiosidad de los niños, lo que hace que el estudio y la adquisición de conocimientos sean una carga y no un placer o una ganancia. Por el contrario, la televisión y ahora Internet están siempre ahí: fáciles de ver, sin gran esfuerzo y fáciles de asimilar. Están allí prácticamente hasta que la persona está muerta.

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