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Las vacaciones del pequeño Nicolás

AUTOR: RENÉ GOSCIN

TRADUCCIÓN: ESTHER BENÍTEZ

ILUSTRACIÓN: SÉMPE

RESUMEN:

Todo empezó el día que tenían que elegir donde iban de vacaciones. Este año le tocaba elegir al padre de Nicolás, pero se torcieron las cosas y como siempre volvió a elegir la madre, eligió un hotel de un pueblecito de Inglaterra.

Nicolás se lo pasó muy bien con sus amigos nuevos, uno de sus amigos del hotel se parecía mucho a Alcestes, ya que era muy gordo y comía mucho. Hicieron muchas trastadas como: pegarse con los otros niños de otros hoteles, tirar ceniceros y platos del restaurante, provocaron el despido del profesor de gimnasia que tenían en la playa... Por lo que siempre se quedaban sin postre, justamente los días en los que había tarta de chocolate. Los padres de Nicolás conocieron a un matrimonio, con los que quedaron para ir a la Isla de Brumas. Mientras llegaban el padre de Nicolás y el otro hombre se pusieron a contarse chistes, y las madres a hablar, no pudieron hacer el viaje porque el capitán del barco se puso enfermo, lo que ha Nicolás no le gustó. El día en el que se tenían que ir Nicolás se despidió de todos sus amigos, y volvió a su casa, sus amigos del colegio aún no habían llegado de vacaciones y se aburrió mucho.

El pequeño Nicolás no iba este año a un hotel de vacaciones, sino que iba a un campamento. El día que tocaba irse en el tren con los demás niños, se formó un gran jaleo en la estación, a cada niño se le caía la maleta y a Nicolás se le olvidó en el coche. Cuando se fueron todos los padres se pusieron a llorar mientras que ellos se lo pasaron bomba con sus nuevos amigos nuevos. En el tren, hicieron equipos y el suyo se llamaba "ojo de lince", en su equipo había un niño con gafas que lloraba mucho que se parecía a Agnan, un niño de su clase muy listo que era el ojito derecho de la profesora. Tenían un monitor de 16 años, al que llamaban jefe. Siempre era lo mismo levantarse muy pronto, vestirse, desayunar, ir a la playa, comer, echarse la siesta. Esto último a Nicolás no le gustó nada por lo que mandó varias cartas a sus padres pidiendo que pusieran una queja. Un día, los mandaron a dormir pero al poco tiempo el monitor los llamó diciendo que había juego nocturno, tenían que encontrar al secretario del campamento, que estaba en algún lugar del bosque con una bandera, el primer equipo que consiguiera la bandera ganaba el juego, se puso a llover y no pudieron encontrar al secretario del campamento. Al día siguiente, se dieron cuenta que el secretario no había vuelto, más tarde se enteraron que se perdió por el bosque y acabó en una granja, donde el granjero lo llevó al campamento con el coche. Tocaba irse y Nicolás hizo lo mismo que en el hotel, se despidió de todos sus amigos y abrazó muy fuerte a sus padres que le esperaban en la estación. Como de costumbre

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