Los Talleres Literarios

Este libro (porque me pareció un libro completo, no una lectura y hasta me dolió) propone básicamente el uso del taller literario para la enseñanza de la literatura en las aulas, como una opción al mecánico y aburrido historicismo. Para su propuesta, utiliza su propia experiencia, señalando lo difícil que resulta para algunos profesores, no sólo llevar a cabo una dinámica adecuada con sus alumnos, si no el simple contacto con ellos. De manera que la enseñanza categórica de la literatura por épocas, corrientes, etc. o bien llamado historicismo, se convierte en una excelente máscara que protege al maestro de los alumnos y por consecuencia, a los alumnos del conocimiento vivencial. El autor desacredita también la utilidad de los manuales, algo parecido a los programas de aquí, por ser una herramienta que guía favorablemente al profesor y le pide exigir de su alumno un conocimiento más elevado del que posee, pero que a la vez, favorece la enseñanza categórica que desacredita. También señala, obviamente, que no existe una unidad para las escuelas, todas son diferentes y los alumnos se desenvuelven también en diferente forma, por lo tanto, es imposible también intentar unificarlas en lo que enseñan.

Por eso, el autor sugiere la utilización del taller literario, o del taller literario llevado a la clase en el cual, por medio de ejercicios, se accesan a los conceptos más difíciles para que el alumno los comprenda y en el que, por medio del ejercicio literario, los alumnos pueden acercarse a diversos géneros, además de ser para ellos más accesible los fundamentos teóricos, para que después los alumnos los apliquen en sus posteriores lecturas.

También señala que las experiencias previas preparan al alumno con una actitud positiva o negativa para recibir este nuevo modelo de enseñanza: cuando habla de la importancia de enseñar adecuadamente la poesía en los primeros niveles, como un medio de sensibilización al individuo y enriquecimiento y maduración del lenguaje. Muchas veces este proceso no se lleva a cabo de la forma adecuada, y cuando los alumnos llegan al bachillerato y se les intenta hacer escribir poesía, lo sienten pesado y difícil . De ahí que siempre debemos tomar en cuenta el impacto que nuestra enseñanza tendrá en futuras generaciones o peor aún, en la aceptación o rechazo de nuestros alumnos hacia la literatura.

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