Mendicidad Infatil

La Mendicidad es un problema social que día a día va en aumento, principalmente se encuentra encasillado en los países con mayor índice de pobreza, donde las oportunidades laborales son insuficientes y el sujeto se ve obligado a realizar diversas labores para poder acrecentar el nivel económico de él y su familia. Dicho impedimento es valorado como problema social en la cual la pobreza gobierna la existencia de los desamparados. Este problema es una constante lucha por la sobrevivencia. A pesar de ello los niños han sido sujetos de trabajo arrebatándoles el derecho a tener un desarrollo digno, que sin duda alguna requieren para tener un óptimo crecimiento psicosocial. Lastimosamente aquellos pequeños que en mayor medida han sufrido este mal han sido aquellos que tienen bajos recursos. Ellos han caído en un mundo que no les ofrece sino pobreza y que los hace invisibles ante la sociedad, obligándolos a producir dinero y olvidándose de sus derechos. “Su casa se puede decir que es la calle, el cielo su techo, las baldosas su cama y los periódicos sus cobijas”

(Miguelangel Ibáñez Valdiviezo )

En primer lugar Sin duda en los últimos años han estado marcados por una deshumanización que poco preocupa ya a las personas. “Es inútil, es de nunca acabar. Parece que los gobiernos y la sociedad no encuentran la llave para abrir el candado” (Massat, 2007). Cada vez mayor de niños, niñas y adolescentes que piden caridad en las calles de las ciudades grandes del país: Quito, Guayaquil y Cuenca. Lamentablemente detrás de esa problemática no se esconde solamente la pobreza de las familias, sino el delito de trata de niños, niñas y adolescentes, con fines de mendicidad.´ Estimamos que muy comúnmente, en esa piedad del limosnero hay no poca hipocresía y siempre una concepción del mundo, según un tal orden preestablecido, que, “como pobre que no va nunca a dejar de serlo, hay que ayudarle”.

(Francisco Arias Solís)

Segundo lugar Los niños que piden dinero en las calles son en su mayoría menores de edad que carecen de residencia estable y en la mayoría de los casos de un núcleo familiar sólido. Los pequeños crecen en un medio que no les brinda seguridad, protección y cuidado, y donde lo único que les queda, es trabajar vendiendo diariamente en las calles, o en su defecto pidiendo dinero, exponiéndose a múltiples peligros que van desde los accidentes de tránsito a la violencia y el uso y abuso de Sustancias Psicoactivas.

(Massat,2007)

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