Mi Primer Dia De Clases
Enviado por realyt68 • 11 de Abril de 2013 • 442 Palabras (2 Páginas) • 833 Visitas
¿Cómo recuerdas tu primer día de clases en el colegio?
No creo que haya existido en el mundo ningún niño más llorón que yo. Estuve tres años en el nido y todas las mañanas, cuando cruzaba la puerta, me ponía a chillar. Nunca terminé de entender el porqué de mi terror, aunque si recuerdo que hasta mis compañeros se acostumbraron a mi ritual diario. Y a veces algún solidario se sumaba. Cuando entré al colegio toda mi familia apostó que volvería locos a los profesores con mi costumbre. Pero me curé. Llegué a mi casa tras el primer día de clases y todos me preguntaron: «¿Lloraste?» Y yo les dije que ya era grande, que ya estaba en el colegio.
¿Crees que el colegio es el primer espacio en donde uno recibe un curso acelerado de adaptación y supervivencia?
El colegio es la primera experiencia tribal. La primera vez en que uno se convierte en parte de un grupo y aparece la comparación como forma de mirar el mundo. Porque la adaptación y la supervivencia nacen de allí, de comparase con los demás y de entender qué lugar ocupa cada uno en la tribu. La supervivencia depende de la intuición que uno tenga para entender la dinámica del grupo, y con quién se hacen las alianzas.
¿Qué te dio el colegio y que no te dio?
Estuve en dos colegios muy opuestos. Uno te exigía que vayas a misa los domingos y el otro te exigía pensar. En uno te llaman por tu apellido y en el otro por tu nombre. En uno la disciplina era el valor más importante y en el otro la creatividad. Pasé de ser un recluta a ser una persona. Y creo que ese equilibrio fue perfecto. Porque después de haber vivido dos vidas escolares tan diferentes podía valorar y entender que el mundo también tiene esos matices.
¿Qué habilidades tuviste que aprender fuera del colegio y que hoy utilizas para sobrevivir?
El ejercicio más difícil de todos: el de la empatía. Practicar ese juego en el que hay que ponerse en los zapatos del otro para tratar de entenderlo y luchar contra la vocación tan humanamente egoísta siempre es difícil.
¿Tienes algún recuerdo de un maestro inolvidable?
Tuve dos. Uno era un tipo que enseñaba Lengua y que nos leía poesía, nos enseñaba a jugar ajedrez y nos hacía memorizar palabras en latín, cuando estábamos en quinto grado de primaria. El otro era un profesor de física, medio loco, que mientras estaba en la secundaria financió un proyecto que le presenté y que además terminó por exonerarme de sus clases con tal de verme trabajar en el laboratorio durante muchas horas.
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