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ATENAS – CAPÍTULO I

En la antigua Grecia, existía un noble guerrero, descendiente de los potenciales guardianes de Atenas, que defendían el antiguo tridente del dios del mar Poseidón, hermano de Zeus, Dios supremo, padre de todos los seres vivos y del trueno.

Se hacía llamar por Evander; portaba el escudo de su patria y dirigía un ligero, pero valeroso pelotón de soldados que se hacían llamar Hoplitas.

Era aún joven, apenas alcanzaba los 35 años y ya tenía una hermosa familia, una bella esposa, Astrid, y un muchacho sencillo pero valiente como su padre, llamado Eleo, de primaverales 17 años.

Atenas sufría en esa época constantes ataques provenientes del Mar Mediterráneo, el periodo de Paz había cesado y el gran sistema político griego se consumía: La Democracia.

Aun así, Evander no se doblegaba y con sus nobles compatriotas luchaban con capa y espada sin ningún escollo y detenimiento. Fue difícil, pero se lograba por lo menos una estabilidad en la ciudad, aunque lúgubre y temporal.

Se sabe que los ataques eran ocasionados por un General Pirata, proveniente de los estrechos Dardanelos, increíblemente, en un acto casi mítico, logró salir de las Puertas del Inframundo, y batir duelo con Estigia, la diosa infernal convertida en río, guardiana del suelo carbonífero y hostil que impregnaba el mismo Infierno,

Nemesis, así se llamaba, pero, curiosamente no se trata de un simple humano, mas bien, es la desgraciada combinación de un hombre y un toro: era un Minotauro.

Evander, por el contrario, sólo era un hombre común, que buscaba la solemnidad de su pueblo, pero podemos resaltar algo muy peculiar, pues poseía una inteligencia estratégica sin precedente, algo que el toro humanoide, no podía ofrecer.

ESTRATEGIA – CAPÍTULO II

Hubo una noche, cuando vislumbraban que las guerrillas se tranquilizaron, aunque consientes que son temporales, Evander se propuso a formular un plan estratégico, con el fin de provocar un contraataque; ordena la asamblea con todo su arsenal y lugartenientes posibles.

-- Formaremos guardias pretorias para la defensa de Atenas si existe un levantamiento durante la emboscada -- dijo Evander --Ortos, te encargarás de dirigir esta guardia.

-- ¡Sí señor! – contesta Ortos, un fiel almirante y valiente soldado que seguía los pasos de su general

-- Ayax, Emilio y yo nos encargaremos de refundir a ese asqueroso desecho de la naturaleza en su lugar de origen.

Estos dos personajes, eran comandantes de caballería en las legiones más importantes de toda Grecia: Festos e Ítaca.

--Mañana, antes que salga el sol, por gracia de Poseidón, lograremos obtener la paz que nuestro pueblo necesita… ¡Por Atenas!

--¡Sí señor! Gritaron todos al unísono, como si se tocaran los cuernos de la victoria que prescindían nuestros valientes guerreros.  

NEMESIS – CAPÍTULO III

Minos, el casi legendario rey de la provincia de Creta, tenía por esposa a una mujer muy bella, llamada Pasífae.

Antes de convertirse en rey, era un simple soberano, de edad muy prematura, que buscaba con ansia el poder supremo de su tierra, para lo cual, pidió ayuda a Poseidón para satisfacer su deseo, el dios lo concedió, pero con el favor de que cuidase un toro blanco por dos días, era tan hermoso y brillante, como si se tratase de una joya preciosa convertida en animal.

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