PROCESO A DARWIN
Enviado por 1234567MRG • 27 de Abril de 2014 • 20.733 Palabras (83 Páginas) • 181 Visitas
Notas de
investigación
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E
stas notas dan una guía a las fuentes reales empleadas en la redacción de este libro, e intentan responder a preguntas que podrían ocurrírseles a científicos y a otros lectores familiarizados con la literatura profesional.
Capítulo Uno El marco legal
La citación legal oficial para la decisión del Tribunal Supremo en Aguillard v. Edwards es 484 U.S. 578 (1987). La ley de Lousiana fue reimprimida en el apéndice a la opinión del Tribunal de Apelación federal en la misma causa, 765 F.2d 1251, 1258-59 (5º Cir. 1985). Aquella resolución fue dictada por un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones; el tribunal en pleno rehusó conceder una nueva audiencia ante el pleno del tribunal, pero sólo por un voto de 8 a 7. Esta acción está registrada en 778 F.2d 225, junto con la enérgica opinión disidente del Juez Gee y la desconcertada respuesta del Juez Jolly, el autor de la decisión del panel.
En Edwards, el Tribunal Supremo aplicó lo que llama su criterio Lemon tridentado (anunciado por primera vez en la sentencia de 1971 en Lemon v. Kurtzman, 403 U.S. 602). Este criterio dice que una ley objeto de recusación se ajusta a la Cláusula de Establecimiento de la Primera Enmienda de la Constitución sólo si (1) la legislatura tenía un propósito secular; (2) el principal efecto de la ley no es ni impulsar ni inhibir la religión; y (3) la ley no involucra excesivamente al gobierno con la religión. Este criterio ha sido objeto de muchas críticas, y las críticas esenciales quedan cubiertas en la opinión discrepante del Juez Scalia en Edwards.
Yo presenté mi propio análisis de esta parte de la ley en mi artículo «Concepts and Compromise in First Amendment Religious Doctrine [Conceptos y Contemporizaciones en la Doctrina de la Primera Enmienda sobre la Religión]» en el volumen 72 de la revista California Law Review, pág. 817 (1984). Mi opinión es que el criterio de Lemon es un artificio para justificar una resolución después de haber sido adoptada por otras razones, porque sus criterios son vacíos y manipulables.
Además de Edwards, hay otras dos causas acerca de la evolución que valen la pena de considerarse. En Epperson v. Arkansas, 339 U.S. 99 (1968), el Tribunal Supremo declaró inconstitucional una ley estatal nunca aplicada que databa de hacía cuarenta años y que declaraba delito «enseñar la teoría o doctrina de que la humanidad ascendió o descendió de un orden inferior de animales». Una versión anterior de la legislación de trato equilibrado fue declarada inconstitucional por el Juez Overton, del distrito federal, en McLean v. Arkansas Board of Education, 529 E.Supp 1255 (E. D. Ark. 1982). A diferencia del Tribunal Supremo, el Juez Overton intentó definir qué era «ciencia». Su opinión la analizo en el Capítulo Nueve.
El panfleto exponiendo la posición oficial de la Academia Nacional de las Ciencias se publicó en 1984, con unas hermosas ilustraciones, bajo el título «Science and Creationism: A view from the National Academy of Sciences». Extractos de este artículo se emplearon en el alegato de amicus curiæ [amigo del tribunal] de la Academia en la causa ante el Tribunal Supremo.
Stephen Jay Gould comentó acerca de la decisión del Tribunal Supremo en su artículo «Justice Scalia's Misunderstanding», 5 Constitutional Commentary 1 (1988). Gould critica a Scalia por adoptar una perspectiva incorrecta acerca de la naturaleza de la ciencia y por escribir que, ante el expediente que tiene delante, el Tribunal no debería decir que «la evidencia científica en favor de la evolución es tan concluyente que nadie sería suficientemente crédulo para creer que haya ninguna verdadera evidencia científica en contra». Gould responde: «Pero esto es exactamente lo que yo, y todos los científicos, decimos». Aparentemente Gould no comprendió un punto legal que todos los Jueces daban por supuesto: los tribunales no pueden enfrentarse con una parte en una cuestión factual disputada (por ejemplo, si existe evidencia científica contra la evolución) sin dar oportunidad a la parte para presentar sus alegaciones y testigos expertos a un juicio. El tribunal había declarado inconstitucional la ley de Louisiana por su presunto propósito religioso, sin dar al estado oportunidad para exponer qué clase de datos presentarían los científicos creacionistas en las aulas, si se les daba la oportunidad. Por tanto, el Tribunal Supremo no habría tenido base alguna para descubrir que los datos pudieran ser fraudulentos o inexistentes.
La conferencia de Colin Patterson en 1981 no fue publicada, pero yo he tenido acceso a una transcripción, y Patterson reafirmó su postura, que yo designaría como «nihilismo evolucionista», que había expuesto en una entrevista con el periodista Tom Bethell. (Véase Bethell, «Deducing from Materialism [Deducciones a partir del Materialismo]», National Review, 29 Ago. 1986, pág. 43. Yo mismo hable de evolución durante varias horas con Patterson en Londres en 1988, y no se retractó de ninguna de las declaraciones escépticas que ha hecho, pero sí dijo que sigue aceptando la «evolución» como la única explicación concebible de ciertos rasgos del mundo natural.
El ensayo de Irving Kristol «Room for Darwin and the Bible [Espacio para Darwin y la Biblia]» apareció en la página de contribuciones de The New York Times el 30 de septiembre de 1986. Este título era poco acertado, porque la tesis de Kristol no era que se la Biblia debiera incluirse en las clases de ciencia, sino que el darwinismo se enseñase de manera menos dogmática. El ensayo de réplica de Stephen Jay Gould apareció en el número de enero de 1987 de la revista Discover con el título de «Darwinism Defined: The Difference between Fact and Theory [La definición del darwinismo: La diferencia entre Hecho y Teoría]».
Las citas atribuidas a Richard Dawkins proceden de su libro The Blind Watchmaker [El relojero ciego] (1986) y de su reseña en The New York Times acerca del libro Blueprints, de Donald Johanson y Maitland Edey.
Para descripciones del juicio de Scopes, véase Kevin Tierney, Darrow: A Biography (1979); L. Sprague de Camp, The Great Monkey Trial (1968); y Edward J. Larson, Trial and Error: The American Controversy over Creation and Evolution (ed. rev. 1989). La historia también se vuelve
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