Poemas Varios
Enviado por NatashaRomanoff • 1 de Junio de 2015 • 888 Palabras (4 Páginas) • 188 Visitas
Prisma de Manuel Maples Arce
Yo soy un punto muerto en medio de la hora,
equidistante al grito náufrago de una estrella.
Un parque de manubrio se engarrota en la sombra,
y la luna sin cuerda
me oprime en las vidrieras.
Margaritas de oro
deshojadas al viento.
La ciudad insurrecta de anuncios luminosos
flota en los almanaques,
y allá de tarde en tarde,
por la calle planchada se desangra un eléctrico.
El insomnio, lo mismo que una enredadera,
se abraza a los andamios sinoples del telégrafo,
y mientras que los ruidos descerrajan las puertas,
la noche ha enflaquecido lamiendo su recuerdo.
El silencio amarillo suena sobre mis ojos.
¡Prisma, diáfana mía, para sentirlo todo!
Yo departí sus manos,
pero en aquella hora
gris de las estaciones,
las palabras mojadas se me echaron al cuello,
y una locomotora
sedienta de kilómetros la arrancó de mis brazos.
Hoy suenan sus palabras más heladas que nunca.
¡Y la locura de Edison a manos de la lluvia!
El cielo es un obstáculo para el hotel inverso
refractado en las lunas sombrías de los espejos;
los violines se suben como la champaña,
y mientras las ojeras sondean la madrugada,
el invierno huesoso tirita en los percheros.
Mis nervios se derraman.
La estrella del recuerdo
naufragada en el agua
del silencio.
Tú y yo
coincidimos
en la noche terrible,
meditación temática
deshojada en jardines.
Locomotoras, gritos,
arsenales, telégrafos.
El amor y la vida
son hoy sindicalistas,
y todo se dilata en círculos concéntricos.
Abrazarte de Filipo Tommaso Marinetti
Cuando me dijeron que te habías marchado
a donde no se vuelve
Lo primero que lamenté fue no haberte abrazado más veces
Muchas más
Muchas más veces muchas más
La muerte te llevó y me dejó
Tan solo
Tan solo
Tan muerto yo también
Es curioso,
Cuando se pierde alguien del círculo de poder
Que nos-ata-a-la vida,
Ese redondel donde sólo caben cuatro,
Ese redondel,
Nos atacan reproches (vanos)
Alegrías
del teatro
Que es guarida
para hermanos
Y una pena, pena que no cabe dentro
de uno
Y una pena, pena que nos ahoga
Es curioso,
Cuando tu vida se transforma en antes y después de,
Por fuera pareces el mismo
por dentro te partes en dos
Y una de ellas
se esconde dormida en tu pecho
En tu pecho
como lecho
Y es para siempre jamás
No va más
En la vida
Querida
La vida
Qué tristeza no poder
Envejecer
Contigo.
Inscripción sobre un sepulcro de Tristan Tzara
Y sentía tu alma pulcra y triste
como sientes la luna que se desliza calladamente
detrás de los visillos corridos.
Y sentía tu alma pobre y encogida,
como un mendigo, con la mano tendida delante de la puerta,
sin atreverse a llamar y entrar,
y sentía tu alma frágil y humilde
...