Proyecto De Pescado

Queridos conciudadanos:

Me presento aquí hoy humildemente pero agradecido por la confianza que han dado.

Hoy estamos reunidos aquí porque quiero hacerle saber que han sabido escoger la esperanza de Colombia. Y por eso desde ahora le prometo que todo bajara, todos tendrán casas propias, los alimento llagaran a sus casa y habrá más empleo para que así no haya más desempleados en nuestro país.

También prometo que habrá más seguridad para que así no haya más violencia, habrá más servicios de salud y más hospitales para no tener más enfermos en nuestro país. Pero eso si con al pasar el tiempo seremos el país con menor enfermos en el mundo.

Nosotros seguimos siendo una nación joven, pero, como dicen las Escrituras, ha llegado la hora de dejar a un lado las cosas infantiles. Ha llegado la hora de reafirmar nuestro espíritu de resistencia; de escoger lo mejor que tiene nuestra historia; de llevar adelante ese precioso don, esa noble idea, transmitida de generación en generación: y también sabemos que Dios dijo de que todos somos iguales, todos somos libres, y todos merecemos una oportunidad de buscar toda la felicidad que nos sea posible en nuestras vida.

Nuestros retos pueden ser nuevos. Los instrumentos con los que los afrontamos pueden ser nuevos. Pero los valores de los que depende nuestro éxito -el esfuerzo y la honradez, el valor y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo- son algo viejo. Son cosas reales. Han sido el callado motor de nuestro progreso a lo largo de la historia. Por eso, lo que se necesita es volver a estas verdades. Lo que se nos exige ahora es una nueva era de responsabilidad, un reconocimiento, por parte de cada Colombiano, de que tenemos obligaciones con nosotros mismos, nuestro país y el mundo; unas obligaciones que no aceptamos sino que asumimos de buen grado, con la firme convicción de que no existe nada tan satisfactorio para el espíritu, que defina tan bien nuestro carácter, como la entrega total a una tarea difícil.

Éste es el precio y la promesa de la ciudadanía.

Ésta es la fuente de nuestra confianza; la seguridad de que Dios nos pide que dejemos huella en un destino incierto.

Éste es el significado de nuestra libertad y nuestro credo, por lo que hombres, mujeres y niños de todas las razas y todas las creencias pueden unirse en celebración en este grandioso día y puedan observar el juramento más sagrado.

Gracias, que Dios nos bendiga y que Dios bendiga a Colombia.

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