Proyecto Horticola
Enviado por 124roxi • 4 de Mayo de 2015 • 1.362 Palabras (6 Páginas) • 213 Visitas
romoción de la Salud
CONCLUSIONES: lo que hay que hacer.
La llegada del nuevo milenio brinda una oportunidad singular para mejorar la salud y el bienestar de la población del mundo. Nuevas tecnologías, mejores comunicaciones y el deseo de efectuar reformas sociales y económicas suministran el marco para mejorar la salud de una manera radical y creativa. La comunidad internacional, los organismos de desarrollo y los gobiernos deben hacer esfuerzos decididos para velar por que estas oportunidades estén al alcance de los países y grupos de población menos favorecidos de todo el mundo. Las inequidades, ya sean de naturaleza sanitaria, social o económica, deben reducirse drásticamente dentro y entre las naciones. Esta es una condición fundamental para las inversiones y el desarrollo sostenibles.
Por lo tanto, los gobiernos de los países deben contraer un compromiso explícito para invertir en salud como parte integral de una política de desarrollo y regeneración. Deberían crear las condiciones que facultan a las entidades locales y regionales y les exigen que inviertan en favor de la salud. Los gobiernos, a todos los niveles, deberían además velar por que todas las decisiones de política, en todos los ministerios, están concebidas para tener un impacto positivo sobre la salud de todos los grupos de población. Los gobiernos deben aclarar con precisión los mecanismos de rendición de cuentas relativos al mejoramiento de la salud en cada departamento gubernamental (no sólo en el ministerio de salud). En esta tarea, el establecimiento de un mecanismo claro para coordinar la formulación de políticas en todos los departamentos gubernamentales es de importancia fundamental para llevar a la práctica un enfoque destinado a las inversiones en favor de la salud.
Para que los principios de la inversión en favor de la salud sean aplicados eficazmente, hay que cambiar los enfoques tradicionales de formulación de políticas. Se necesitarán nuevos compromisos y destrezas para trabajar dentro y, lo que es más importante, fuera del sector sanitario, así como nueva capacidad de análisis y evaluación normativa. Todos los proyectos de demostración y las evaluaciones nacionales de inversión en favor de la salud a que se ha hecho referencia en este documento, ponen de relieve que no debe subestimarse la dificultad de pasar del conocimiento de lo que significa la inversión en favor de la salud a su aplicación práctica. No sólo hay que reconocer la realidad de los vínculos entre la salud y el desarrollo económico y social, sino conseguir que otros, y nosotros mismos, cambiemos de forma de actuar. Es una tarea enorme. Todo cambio es arduo, y la inercia es difícil de vencer, pero los beneficios que pueden derivarse de la inversión en favor de la salud son enormes. Podemos preguntamos: ¿cómo podemos preparar el terreno para cultivar la inversión en favor de la salud en la práctica? - La respuesta es que deben ocurrir una serie de cambios esenciales:
1. Hay que dar prioridad política a la salud. La salud no puede seguir considerándose como algo que corresponde a los doctores, enfermeras, sus pacientes y el Ministerio de Salud. El compromiso para la inversión en favor de la salud no puede quedarse en teoría y palabras. Los políticos tienen que comprender mejor los factores que llevan a la buena salud y la enfermedad, y la forma de lidiar con ellos. Para los ministerios de salud esta es una oportunidad sin igual para tomar las riendas y defender la causa en el seno del gobierno. Pueden alentar a sus colegas de otros ministerios a apreciar la pertinencia del programa de salud en su propia esfera de actividades e intereses, y ayudarles a desarrollar la destreza política idónea para que tomen decisiones que mejoren la salud.
2. Aparte de la prioridad política, tiene que haber una clara rendición de c entes respecto a las mejoras en salud por parte de todos los sectores y departamentos. La expresión "La salud del pueblo atañe a todos" tiene que dejar de ser un cliché. Hay que exigir responsabilidad por los resultados en el terreno político, al igual que ocurre en el ámbito empresarial. Pero si se exige que los ministros, las autoridades normativas y los gerentes den cuenta de sus éxitos y fracasos en el mejoramiento
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