Práctica Oleanna

Práctica Oleanna

Víctor González Hidalgo

El propósito de este ensayo es ofrecer una lectura de “Oleanna” basada en el comportamiento emocional de los personajes. Las emociones juegan un papel importante en la  relación entre John y Carol. Ambos personajes sufren una interesante evolución a lo largo de la película. En un primer momento, observamos claramente como John se siente seguro, su posición privilegiada en la Universidad le otorga el poder y la autoridad suficiente para imponer su discurso; él controla la palabra y esta le permite dominar la situación. Más adelante, Carol gana la palabra y el poder de John empieza a tambalearse, este cuestionamiento de su autoridad tiene como consecuencia la pérdida del control sobre su vida: su futuro académico peligra por una acusación de Carol y está situación le sobrepasa, no entiende nada y al mismo tiempo siente que lo está perdiendo todo.

En la pizarra del profesor figuran dos emociones esenciales del ser humano: “miedo” e “ira”. Estas dos emociones se tornan imprescindibles para comprender el curso de la historia, especialmente la ira. Izard entiende la ira como una emoción primaria que se presenta cuando un organismo es bloqueado en la consecución de una meta o en la obtención o satisfacción de una necesidad. En este sentido, tal y como veremos con más detalle a continuación, la ira de Carol en el principio de la historia nace porque encuentra en el suspenso de John (o incluso en la persona de John) un obstáculo para la consecución de su meta que es aprobar su curso. Ahora bien, cabe remarcar que el sentimiento de la ira también proviene de lo que consideramos un trato injusto, una falta de respeto o un abuso. En este caso, Carol siente que las ideas novedosas de John sobre la educación son injustas y suponen una falta de respeto a la institución y a sus estudiantes.

John en su primer diálogo con la alumna repite en dos ocasiones la siguiente expresión: “creo que estás enojada”. Efectivamente, Carol está enfadada por un suspenso que no entiende y por ello acude al despacho de John a pedir exclamaciones. Esta rabia está ligada también al miedo, Carol tiene miedo de no aprobar el curso, no puede permitirse el lujo de suspender sabiendo todo lo que le ha costado llegar a la universidad. Ella se presenta entonces como alguien que viene de un nivel social y económico diferente y por ende que necesita aprobar. Por otro lado, las razones del enojo de Carol se encuentran en su convencimiento de que ese suspenso es injusto y en que hizo todo lo que él mando: “hice lo que usted me dijo. Lo hice, hice todo, leí su libro, usted me dijo que comprara su libro y lo leyera. Todo lo que usted dijo, lo hice”.

Por su parte, John no se muestra comprensivo y dice que nada pude hacer. La postura que defiende es que ambos están sometidos a un arbitraje, a ciertas formas institucionales: “tienes razón, podríamos decir que hay una severidad en la forma de calificar pero lo hemos aceptado ambos”. En esta primera escena, John se muestra intransigente y confiado; su seguridad nace de su posición económica y su reconocimiento en el ámbito académico. Tiene un trabajo estupendo en la universidad y está a punto de comprar una casa para su mujer y su hijo. Además, está nominado a ocupar una cátedra en la universidad. En este sentido, esta posición privilegiada que ocupa dentro del campo académico se transforma en poder. John tiene la palabra y por tanto el poder, puede decidir cómo dar su clase, el contenido, la forma de calificar; entre otras muchas cosas. En definitiva, él puede decidir dentro de su campo intelectual lo que es justo e injusto, independientemente de la opinión de sus alumnos. De este modo, John considera que su ensayo está suspenso y no posibilidad de cambiar ese hecho. Más adelante de la obra, si le ofrece otra opción.

Además, cabe añadir que John tiene un espacio propio de poder, su despacho, donde transcurre la mayor parte del drama. Este espacio de autoridad marca la diferencia entre alumno y profesor. Carol entra en un espacio ajeno, donde carece de poder y está sometida a la autoridad del profesor. En este sentido, este espacio físico junto al espacio del discurso establecen una distancia insalvable entre ambos. No hay empatía posible entre ellos, ninguno es capaz de comprender las razones del otro. Tampoco, hay diálogo; no hay comunicación entre ellos. Esta imposibilidad de comunicación se resuelve en los “no entiendo” o “no sé”.  Estas expresiones nos revelan la fractura que existe entre ambas conciencias, condenadas a no entenderse y a enfrascarse en una lucha fatal por el poder del discurso.

Por otra parte, John abusa de su poder, tal y como podemos comprobar en todas las veces que dice “siéntate”. Esta orden revela un abuso de poder, es una expresión de superioridad. Podemos decir que Carol se nos presenta al principio de la película como una especie de sujeto subalterno, que carece de voz propia y está al margen del discurso, fuera incluso de toda comprensión posible. Ella no entiende su libro, tampoco entiende a John, su lenguaje, opiniones, pedantería y expresiones abstractas. Por otro lado, vemos en la siguiente escena como hace un esfuerzo por entender: “quiero que me enseñe, quiero que me enseñe”. Para ella no es un simple libro y siente la necesidad de comprenderlo: “no, comprenda. Hay muchas personas que vinieron para aprender algo que ignoran, tienen la necesidad de comprender. Y necesitan a alguien que les ayude a progresar ¿Cómo dicen? Para “prosperar” en el mundo ¿Cómo puede hacer eso si fallo? Pero no entiendo. No entiendo. No entiendo lo que significa y doy vueltas de la mañana a la noche, pensando que soy una estúpida”.

Esta dificultad para comprender su libro se traduce en Carol en una creencia de que es estúpida, hecho que termina desatando su ira. Carol acaba maldiciendo su libro y John acaba solucionando el conflicto abusando de nuevo de su poder y obligándole a que tome asiento. En ese momento, John critica el papel de la educación como mera transmisión de conocimientos, piensa que los exámenes son solo simples pueblas para demostrar nuestra  habilidad para retener conocimiento y que no hablan de nuestro valor como personas. Ante la insistencia de Carol por aprobar el curso, John le propone como solución que se reúna con él en el despacho unas cuantas veces con el objetivo de despertar su conciencia crítica. No obstante, sus pensamientos sobre la educación no son aceptados por Carol, más bien despiertan su enojo o crispación. Ella rechaza que exista en prejuicio sobre que debamos ir a la universidad.

Es significativo el hecho de que casi inmediatamente después de que John escriba la palabra “anger”, Carol airada se levante de súbito provocando que la taza de té escape de sus manos y se rompa en pedazos. Esta reacción nerviosa de Carol se produce a causa del monopolio de la palabra que ostenta John, quien se ha apropiado del discurso y no deja intervenir a su alumna. De esta manera, Carol reclama la palabra, su derecho a expresarse, “por favor, estoy hablando”. Esta ruptura es simbólica y expresa una distancia insalvable entre ambos y que irá en aumento. A continuación, John  sostiene que la noción de la educación como un bien invaluable es tan fuerte para nosotros que cuando alguien la cuestiona nos enojamos. Esto mismo ocurre con Carol, lo que no podía imaginar de su alumna es su reacción futura. Por otro lado, John afirma que su trabajo es provocarla, enojarla para que se cuestione las cosas.

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