Que Es Identidad
Enviado por yesyponce • 19 de Marzo de 2015 • 2.337 Palabras (10 Páginas) • 177 Visitas
¿Qué es identidad y como se conserva?
Palabras clave: identidad, cultura, contexto, contemporáneo, tradición.
Preservar la identidad cultural: una necesidad en la actualidad
En los albores del siglo XXI, en un contexto en el que la ciencia y la técnica han alcanzado logros insospechados, la humanidad está muy lejos de satisfacer sus expectativas. El hombre, día a día, se enfrenta con su bregar a las complejas condiciones de un mundo unipolar, que avanza hacia la globalización neoliberal.
En medio de un contexto tan complejo, se debe proyectar, para hacer frente a esa problemática, una política cultural consecuente, la cual descanse en presupuestos objetivos y se encamine a la defensa de los valores culturales más auténticos. La cultura nacional, portadora de los anhelos del pueblo, de sus valores, de su ser, parte inseparable de la identidad, desempeña un importante papel en la vida de los pueblos. Atendiendo a esta particularidad el crítico Leopoldo Zea ha expresado:”La cultura es por esencia liberadora de los obstáculos que impiden a los hombres y pueblos realizar sus proyectos”.
En el contexto contemporáneo se debe responder sabiamente al reto que significa preservar la cultura en condiciones tan hostiles, fomentarla, sin renunciar al necesario desarrollo material. Cultura y desarrollo, a pesar de que no avanzan coherentemente, no pueden verse como términos contrapuestos. Dentro de los esfuerzos realizados para enfocar de manera humanista este aspecto, debe citarse que desde 1992 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, con el respaldo de la Asamblea General, constituyó la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo. En el informe presentado, por esa comisión, en 1995, puede leerse:
“[…] es inútil hablar de cultura y desarrollo como si fueran dos cosas separadas, cuando en realidad el desarrollo y la economía son elementos, o aspectos de la cultura de un pueblo. La cultura no es pues un instrumento del progreso material: es el fin y el objetivo del desarrollo, entendido en el sentido de realización de la existencia humana en todas sus formas y en toda su plenitud”.
Para muchos países es sombría la situación en la actualidad, pues deben alcanzar niveles más altos en su base material, ponerse en contacto con el desarrollo tecnológico, lo que agudiza su dependencia de los centros de poder y además preservar su propia cultura, la cual sufre el embate de la que se va imponiendo a nivel global; deben defender su identidad en un ámbito económico que tiende a la pérdida del sentido de las fronteras nacionales.
A tal efecto es esclarecedor el criterio del economista Osvaldo Martínez cuando expresa: “Se nos habla de una nueva “economía mundo” en la que los estados nacionales casi se han disuelto y perdido el sentido de soberanía nacional, en virtud de unas tendencias universales”. Como se sabe, la circulación indiscriminada e irreflexiva de valores culturales foráneos puede afectar, e incluso tender a anular una determinada tradición cultural. La penetración cultural, al imponer otros modelos, deforma la identidad.
Resultan variadas las posiciones que asumen teóricos de diversas disciplinas ante un término tan polémico como el de identidad. Son abundantes las definiciones aportadas por diferentes investigadores, dentro de los que pueden citarse: Adolfo Sánchez Vázquez, Leopoldo Zea, Horacio Cerutti, Graziella Pogolotti, Enrique Ubieta. Carolina de la Torre, Víctor Casaus, Ambrosio Fornet, Mario Bello y Milagros Flores, Marta Pérez ... et al, Heinz Dieterich.
Para los investigadores Bello y Flores la identidad cultural “Expresa aquellos rasgos propios, comunes, específicos, que caracterizan a una determinada región o zona del mundo. Refleja, además, las diferencias dinámicas de un pueblo respecto a otro”. La investigadora Marta Pérez, por su parte, afirma: “Es posible afirmar que un pueblo tiene una identidad cuando sus individuos comparten representaciones en torno a tradiciones, historias, raíces comunes, formas de vida, motivaciones, creencias, valores, costumbres, actitudes y rasgos. Junto a ello deben tener conciencia de ser un pueblo con características diferentes a las de otros pueblos”.
Independientemente de las peculiaridades que los investigadores imprimen a las definiciones que han elaborado, de ellas se infiere que señalan como elementos esenciales para la identidad las condiciones subjetivas que caracterizan al individuo o al grupo de que se trate y la capacidad para reconocer lo propio y asumirlo como tal. Sin desconocer el valor de estos y otros acercamientos al término identidad se asume, por su amplitud y por su valor metodológico, la definición aportada por las investigadoras Maritza García Alonso y Cristina Baeza Martín, quienes han señalado: “Llámese identidad cultural de un grupo social determinado (o de un sujeto determinado de la cultura) a la producción de respuestas y valores que como heredero y trasmisor, actor y autor de su cultura, este realiza en su contexto histórico dado como consecuencia del principio sociopsicológico de diferenciación-identificación en relación con otro(s) grupo(s) o sujeto(s) culturalmente definido(s)”.
Estudiar el tema de la identidad implica tratar aspectos concernientes a la memoria histórica; la que debe conservarse, aun en las más difíciles condiciones, pues como considera el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel: “La memoria no es para quedarnos en el pasado. La memoria es para iluminar el presente.”
Cuando un pueblo carece de memoria, de referentes históricos, no puede ocupar el lugar que le pertenece, ni garantizar su sobrevivencia en el tiempo, pues “Cancelar la historia, bloquear la memoria es una forma terrible de abandonar nuestros valores, de abandonarnos [...] Memoria viva ha dicho Eduardo Galeano, porque nos impulsa a reflexionar sobre nuestro pasado lejano y reciente. Hay que rescatar lo activo de la memoria y no dar cabida a la nostalgia paralizadora del pasado”.
Un elemento importante a tener en cuenta al analizar el tema de la identidad, como se apunta en las definiciones ofrecidas, es el sentido de pertenencia a un entorno determinado. Asumir este criterio es vital, pues existen, en las corrientes de pensamiento afines a la globalización, ideas agresivas que abogan por la “desterritorialización” de la cultura, como consecuencia del uso indiscriminado de los más sofisticados medios de comunicación. Para ideólogos de estas tendencias es muy polémico el enfoque de los términos identidad cultural y nacional, que pretenden desautorizar.
Es significativa la importancia que tiene para el individuo reconocerse como parte de una zona determinada, de su localidad, lo que no implica perder los lazos con la nación
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