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Razon Zocial Emergente


Enviado por   •  3 de Junio de 2014  •  855 Palabras (4 Páginas)  •  197 Visitas

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Dedico esta obra a la memoria de mis queridos amigos

Zachary Goln (1918-1953)

Jacques Ibapralik (1906-1966)

Existe una escala en la disolución y la sensualidad, que estos pueblos han superado, y que permanece totalmente desconocida e ignorada para las demás naciones cuyas costumbres se han estudiado desde el principio del mundo hasta la actualidad, y que ninguna imaginación seria capaz de concebir.

James CooK

Relato de un viaje alrededor del mundo 1773

Al fin estamos aislados del mundo exterior... aquí; en estas islas de coral, a las que he dado el nombre de Las Tres Sirenas, realizar‚ mi experimento... para demostrar de una vez por todas que el matrimonio tal como se practica en Europa es contrario a la naturaleza humana, mientras que mi Sistema, unido al sistema polinesio, puede crear una forma de matrimonio radicalmente nueva e infinitamente superior a todo cuanto se conoce en la tierra. Dará resultado. Tiene que darlo. Aquí; lejos del fanatismo propio del Trono y la Censura, lejos de los malditos entrometidos de Coventry... aquí, entre seres libres, desnudos y sin trabas... y con infinitas bendiciones del Señor... mi Sistema completo afrontará al fin la Prueba.

DANIEL WRIGHT.

Diario. Anotación del 3 de junio de 1796

Fue la primera de las cartas que Maud Hayden tomó de la copiosa correspondencia que aquella mañana encontró sobre la carpeta de su escritorio. Lo que le obligó a tomarla, según tuvo que reconocer, fue la hilera de sellos exóticos pegados en la parte superior del sobre. En ellos estaba reproducido el caballo blanco de Gauguin en verde, rojo e índigo y la inscripción rezaba: "Polynesie Francaise... Poste Aerienne".

Desde la cumbre de sus años, Maud se percataba dolorosamente de que sus placeres se hacían cada vez menos ostensibles y eran distintos cada nuevo otoño. Los Grandes Placeres continuaban siendo retadoramente claros: sus estudios e investigaciones con Adley (que aún respetaba); su entrega al trabajo (que seguía sin flaquear); su hijo Marc (que seguía los pasos de su padre... hasta cierto punto); su reciente nuera, Claire (apacible, encantadora, demasiado buena para que fuese verdad). Eran los Pequeños Placeres los que se iban convirtiendo en algo tan esquivo e invisible como la juventud. El vigorizante paseo matinal bajo el sol de California, especialmente cuando Adley aún vivía, fue una consciente conmemoración del nacimiento de cada nuevo día. Mas a la sazón únicamente servía para recordar su artritis. La vista de la fina cinta de carretera que conducía de Los Ángeles a San Francisco, con la playa de Santa Bárbara y las espumeantes aguas del océano al fondo, especialmente contempladas desde la ventana de su estudio, situado en el primer piso, siempre le había parecido de una gran belleza. Pero entonces, al mirar por la ventana, únicamente vio

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