Relato: "Rodeado pajaros y buitres"
Enviado por Marco Adolfo • 30 de Marzo de 2019 • Tarea • 504 Palabras (3 Páginas) • 151 Visitas
Escritura de Relatos
Marco Adolfo Hernández Sánchez
CBTis no. 44 Lic. Vicente Lombardo Toledano
Febrero 26 de 2019
Notas del Autor
Marco Adolfo Hernández Sánchez, 2° “J” Ofimática, CBTis no. 44 Lic. Vicente Lombardo Toledano.
La correspondencia relacionada con este trabajo debe ser dirigida a Marco Adolfo Hernández Sánchez, CBTis no. 44 Lic. Vicente Lombardo Toledano, Av. Castaños, Arboledas de San Rafael, Fovissste, 73811 Teziutlán, Pue.
Contacto: marcoadolfo58@gmail.com
Rodeado de pájaros y buitres
En la mañana lo siguen cuando se adentra en el parque, porque sólo esperan que les de sus semillas o cualquier alimento que tenga.
Este señor todas las mañanas iba al parque a alimentar a las aves en unos pequeños comederos que había construido, a veces les tiraba la comida directamente en el pasto y los observaba comer.
El señor siempre tuvo una loca fascinación por las aves, las consideraba sus amigas, era una admiración por su forma de volar y ser libre.
Uno de sus deseos más grande era el de poder tocar a las aves y tal vez acercarse un poco más como para jugar con ellas. Pero curiosamente no lo lograba, a pesar de que las aves sabían exactamente quién era y que hacía por ellas, su único instinto al verlo acercarse era salir volando, claro, sin antes llevarse toda la comida posible.
El señor de las aves era una persona muy agradable, nunca supo por que no podía hacer amigos, ni siquiera de esas pequeñas criaturas a las que tanto admiraba, aunque él pensaba que estaba rodeado de amigos, que analizándolo bien eran más desconocidos que otra cosa.
El señor de las aves reflexionaba acerca de eso mientras estaba en la banca rodeado de los animalito
Veamos de las pocas personas a las que considero amigos están…Tina, la conozco desde la primaria, siempre pasaba horas ayudándola a hacer sus tareas, pero ahora nunca me ha dicho más que “buenos días” o “por favor te encargo este papeleo, gracias”.
A David le ayude a salir con esa chica que tanto me gustaba en la secundaria, ahora solo pasa frente a mí con su hijo en brazos y diciéndome “Hola” y “Adiós”.
Mi “mejor amigo” de la preparatoria sólo me pide dinero a cada rato, creo que si le cobrará juntaría todo lo que gasto en esas antisociales aves.
Y sobre todo esas apáticas aves a las que cuide por años, se burlan de mí volando lejos, sin que yo pueda alcanzarlas. Ahora por fin comprendo, todos a los que ayude alguna vez son aves, que volaron tan lejos de mi tan pronto se acabaron mis semillas y surgieron mis ganas de acercarme. Ahora sólo quisiera haber comprado un rifle antes de darme cuenta que estaba vacía.
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