Sicologia

“La Educación en tiempos de cambio: llave para un futuro mejor”

A partir de 1990, durante el periodo de transición a la democracia, después de diecisiete años de dictadura militar, Chile introdujo políticas destinadas a reformar su sistema educacional en un refuerzo por mejorar sustancialmente su calidad y equidad. Pero es durante los últimos años, especialmente a partir del movimiento de los estudiantes secundarios en el 2006 –la llamada “revolución pingüina”– que la discusión sobre la educación se ha vuelto intensa y en ocasiones apasionada. Renace desde sus propias cenizas, como el ave fénix, para intentar transformarse en la llave de un futuro mejor.

Bajo esta mirada, la educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de personas y sociedades. Además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos. Al observar la situación nacional y de acuerdo al programa Educación 2020, la realidad de la educación chilena, si bien exhibe bastantes logros, especialmente en cobertura, tiene deudas en ámbitos fundamentales: calidad del sistema parvulario y la educación inicial; calidad de los aprendizajes integrales en el sistema escolar; mejoramiento de la deteriorada carrera docente, que debiera ser la profesión más respetada y socialmente valorada del país; equidad de resultados entre las personas de más recursos y las más vulnerables; caída de matrícula de la educación pública; un sistema educativo marcado por la extrema segregación social; y un sistema de educación superior en el que abundan los abusos producto de una desregulación casi total. Así es, como con legítima preocupación diversos actores del sistema escolar (docentes, estudiantes, asistentes de la educación, centros de formación de profesores, sostenedores de colegios, apoderados y autoridades de nivel local y nacional) y otros actores sociales (partidos políticos, iglesias, organizaciones académicas y sociales) han realizado críticas a las medidas propuestas por el gobierno y planteado contribuciones en torno a nuevas disposiciones que, según sus opiniones, deberían tomarse para revitalizar y posicionar a la educación como herramienta fundamental en el crecimiento integral de una sociedad.

Si analizamos específicamente el contexto de la educación superior, donde se forman nuestros profesionales y técnicos, observamos que está conformado por instituciones de diversa naturaleza. Existen universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica, además de instituciones bajo la tutela de las fuerzas armadas y de orden. Dichas entidades, tanto públicas como privadas, se disputan recursos, estudiantes y prestigio.
 Actualmente, “la universidad” que hoy comienza a gestarse y gestionarse en diversos rincones del planeta va adquiriendo paulatinamente el estatuto propio

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