TONY JUDT Algo va mal

“Algo va mal” es un testamento político del autor, Tony Judt, donde hace un análisis de la construcción histórica de los Estados de Bienestar en su doble visión anglosajona (de herencia keynesiana y laborista) y europea continental (de herencia socialdemócrata) y defiende la tesis de que para un mundo mejor sólo es posible el capitalismo reformado o controlado por alguna de estas herencias. Además hace una crítica sobre tres temas: el Estado del Bienestar, las falacias del neoliberalismo y las privatizaciones de los servicios públicos, en un mundo donde la gente es cada vez más egoísta, les importan más las cosas materiales que las personas, donde el Estado no trabaja por la igualdad de condiciones privilegiando a los más ricos han distorsionado el valor que se le da a los distintos tipos de actividad económica.

Un liberal es alguien que se opone al entrometimiento de asuntos ajenos, que es tolerante con la disconformidad y el comportamiento extraordinario. Históricamente los liberales han defendido que lo mejor es que los demás estén fuera de nuestras vidas, dejar que cada individuo tenga su espacio para vivir. En diferencia, los socialdemócratas comparten con los liberales la tolerancia religiosa y cultural, pero creen en la posibilidad colectiva para el bien común. También defienden la tributación progresiva como objetivo de financiar los servicios públicos.

En los primeros capítulos, el autor  explica que desde 1980, el Estado socialdemócrata protector que surgió después la Gran Depresión se rompe frente a una invasión de neoliberalismo que privatiza los servicios públicos al entender que no son rentables ni eficaces y que es mejor que los regule el mercado. Centra el problema en que la política ya no se hará en función de más Estado o más mercado, sino en qué tipo de Estado es el correcto, el que es muy intervencionista o el que tenemos actualmente de bienestar.
Además  investiga las diferencias entre Estados Unidos, individualista y con bajos impuestos, y Europa, socialdemócrata y con impuestos retributivos de la renta. El tema es que desde los años 80, las desigualdades sociales, según Tony Judt, han aumentado por culpa de esta política más centrada en el esfuerzo individual que en el esfuerzo colectivo.
Digamos entonces que el sistema neoliberal es individualista, el estado participa lo mínimo, el individuo actúa por sus propios intereses y necesidades. Al contrario el sistema social demócrata el estado intenta garantizar las necesidades mínimas de los individuos que se mueven por intereses y necesidades colectivas. Los social demócratas son los crearon el Estado del Bienestar.

La relación entre individuo, sociedad y Estado cambia dependiendo de la época, no es lo mismo con un ideario socialdemócrata que con unas ideas neoliberales. En la época dorada del bienestar entre 1945 y 1970 la relación era de confianza hacia el Estado al cual le dejaban intervenir y como consecuencia había una sociedad más igual. Pero, a partir de los años 60 la nueva generación de jóvenes, es decir, la nueva izquierda no tenía esta relación de confianza hacia el Estado, eran mucho más individualistas. Digamos que solo buscaban el beneficio propio, que estaban a favor de las privatizaciones y que no confiaban en el servicio público. La consecuencia de esta nueva izquierda es que tiran por la borda todos los años que sus antecedentes ha luchado por conseguir el Estado de Bienestar.

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