Tradiciones de chuao
Enviado por ALBANIA2015 • 13 de Noviembre de 2014 • Tesis • 2.320 Palabras (10 Páginas) • 1.480 Visitas
Tradiciones de chuao
Chuao
Enclavado en el Parque Henri Pittier, en pleno litoral central venezolano, se encuentra Chuao, uno de los pueblos más pintorescos de Venezuela y de mayor renombre mundial gracias al Cacao que allí se produce. A este peculiar pueblo se llega por medio del mar, ya que el acceso terrestre es complicado y largo. De hecho, en el pueblo sólo hay doce automóviles.
El pueblo de Chuao ha sido famoso desde la colonia por su Cacao, uno de los más finos del mundo y más apreciados por los grandes Chocolatiers internacionales, los cuales los utilizan para preparar los postres más exquisitos. En el camino de la playa al pueblo, se puede observar la cosecha de este preciado fruto.
Al entrar a la plaza central, además de la Iglesia se pueden ver las semillas del cacao secándose al sol, mostrando así la importancia del cultivo de este fruto para la economía del pueblo.
En el medio del pueblo, al lado de la Iglesia, se encuentra un pequeño museo en el cual se pueden ver muestras del folklore, la artesanía y la cultura popular de la zona.
Vista externa del museo
Vista interna del museo
Las bodegas de Cepe
Vista de la playa desde el camino al pueblo
Muchachos nativos de Chuao
Tal como sucede en Puerto Colombia, en Chuao se puede disfrutar tanto de la playa como del río y de los pozos que se forman en su curso.
Vista de la Playa
La población de Chuao está ubicada en el tramo central de la costa venezolana, en el Municipio Santiago Mariño del Estado Aragua. Fue fundada en el siglo XVI, y desde entonces ha gozado de mucho prestigio debido a que sus tierras producen un cacao excelente, de los mejores del mundo.
A Chuao sólo se le puede llegar por mar, veinte minutos en peñero desde Puerto Colombia, pasando el pueblo de Choroní, o bien caminando a través de la montaña. El pueblo, que se localiza al fondo de un valle flanqueado por estribaciones de la Cordillera de La Costa, parece haber sido construido alrededor de un amplio y viejo patio al frente de la iglesia, en donde, por siglos, se ha puesto a secar el grano del cacao. La iglesia, que data de 1785, fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1960. En su interior se guardan valiosas imágenes religiosas pertenecientes a la época de la colonia.
Los pobladores de Chuao, en su gran mayoría, son descendientes de los antiguos esclavos africanos que fueron traídos para cultivar el cacao a comienzos del siglo XVII. Es un pueblo próspero, alegre, cuyos habitantes se dedican a la pesca artesanal, al cultivo del cacao, del plátano y del café; aunque éste último en menor medida. Otros, desde luego, buscan su sustento dentro del sector turismo, el cual ha experimentado un gran crecimiento en la región.
La playa de Chuao es hermosa, espectacular. Se extiende a lo largo de una gran bahía con forma de medialuna, con un pequeño río que desagua hacia la parte izquierda de la misma (visto desde el mar), justo en donde comienza la carretera que conduce al pueblo y se alza el malecón. Ambos extremos de la bahía son rocosos, ya que son los sitios en donde finalizan las montañas que marcan los límites del valle y que se prolongan desde las alturas del Parque Nacional Henri Pittier hasta caer abruptamente al mar. La playa está cubierta de arenas blancas que los pobladores limpian con regularidad para satisfacción del turista. Al fondo de la misma hay cocoteros y otros árboles característicos de las áreas costeras. Esto, a primera vista, pareciera indicarnos el lugar más apropiado para montar las carpas... pero la existencia de un área cenagosa justo detrás de los árboles favorece la proliferación de zancudos y jejenes. Para no pasar un mal rato, si usted piensa acampar, no olvide llevar entonces un repelente para insectos; tanto en crema como en aerosol.
En la playa hay muchos lugares para comer, pero la mayoría no abre sino los fines de semana. Hay también algunas duchas y sanitarios públicos a lo largo de la playa. Para usarlos deberá pagar algo, como contribución para la limpieza.
La distancia entre la playa y el pueblo de Chuao es de cuatro kilómetros, y ambos se conectan a través de una carretera que hasta hace muy poco era de tierra. El camino se interna a través de un valle cubierto por un bosque tropical bastante denso, con árboles de gran tamaño y en medio de amplias plantaciones de cacao y plátano. Para llegar al pueblo, desde la playa, puede tomar un pequeño camión que hace las veces de transporte público o, si lo prefiere, y dada la corta distancia y lo agradable del paseo, puede optar por ir caminando. Es sólo una hora de marcha.
Sin embargo, lo peculiar de éste pueblo, al igual que como ocurre en la vecina población deCepe, es que ninguno de los dos posee carreteras que los comuniquen entre sí o con otros centros poblados de la costa o del interior del país. Sin embargo, allí podrá ver motos y camiones recorriendo diariamente el trayecto entre la playa y el pueblo; bien sea llevando personas de un sitio a otro o transportando víveres y mercancías en general. Llevar éstos vehículos allí, por medio de barcazas, ha sido toda una muestra de arrojo y trabajo comunitario.
Una calle del pueblo
Desembocadura del río de Chuao
En el malecón y al comienzo de la carretera hacia el pueblo encontrará algunas posadas y restaurantes; un pequeño abasto y un par de licorerías en donde también venden hielo. En el pueblo hay otras posadas (más bien casas familiares que disponen de varias habitaciones y han destinado algunas para alquilar a los visitantes), hay abastos, una medicatura y una biblioteca con conexión a Internet.
Si va en la víspera del Corpus Christi no deje de ver a los Diablos Danzantes de Chuao, son famosos en toda la costa. El origen de ésta celebración no se conoce con exactitud, pero se remonta a la época de la colonia. Es toda una tradición. Otra cosa que no podemos dejar de señalar es que Chuao es uno de los pueblos más seguros del país; sus habitantes se sienten orgullosos de ello y se empeñan en que siga siendo así. Pero Chuao no sólo es playa, es también montañas y selvas... Una visita obligada para quienes disfrutan del ejercicio y el contacto con la naturaleza es ir al Chorrerón; una espectacular caída de agua de unos setenta metros de altura. Se llega caminando a través de la selva, cruzando innumerables veces el río El Duro. El trayecto hasta la cascada es de dos a tres horas, y
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