Un Cuento
Enviado por andrehita20.17 • 14 de Noviembre de 2012 • 727 Palabras (3 Páginas) • 354 Visitas
YESIKA ANDREA BELTRAN CRISTIANO
1002
UNA PRINCESA DIFERENTE
EDICION –BOGOTA D.C
28_DEOCTUBRE DE _2012
UNA PRINCESA DIFERENTE
Hace mucho tiempo en un lejano país vivía una hermosa joven llamada Leonora, un ser bondadoso, con la mirada mas dulce y tierna que nadie ha tenido jamás, al juzgar por su, apariencia podríamos decir que era un ser sencillo y humilde como los demás pero, atraves de esa cara de inocencia y bondad se escondía un ser prepotente y altanero, su padre cansado de su forma de ser decidió darle una lección a su hija.
Leonora como todos las demás personas ganaría el pan de cada día con el sudor de su frente trabajando en las cocinas de un hermoso castillo por petición de su padre, El rey esto lo había sugerido por castigar la soberbia y altivez de su hija, ya que antes había sido una princesa ofensiva y humillativa con los demás su padre para darle una lección la había enviado por esto a las cocinas con la condición de que vestiría como sus sirvientes y que por ningún motivo nadie se enteraría de la verdad ya que sus arapos no dejaban ver su belleza, también le había prometido que cualquier granjero o persona humilde que la pidiese en matrimonio la obtendría como su esposa ella muy disgustada le dijo a su padre que no lo haría pero el Rey le dijo que era una orden y como tal debería cumplirse .
Un día, estando en sus actividades diarias se escucho la voz de un herrero el cual le decía a los sirvientes deseaba ver al Rey para pedir la mano de su hija, La cual con temor le decía a su padre que no la entregara en matrimonio a ese herrero pero el padre la envió con el herrero y él se la llevo al lugar humilde donde el habitaba el herrero .Debía trabajar todos los días en el castillo pero antes le había enseñado a ella a fabricar unas hermosas canastas las cuales ella haría mientras él no se encontraba en la casa.
La princesa Leonora tratando de hacerlas se dio un latigazo en su rostro con el material de la cesta ya que era algo rígido y difícil de manipular, al anochecer llego el herrero su esposo; diciéndole que ella no servía para nada y que morirían de hambre si no aprendía a hacer las cestas entonces, el herrero le pidió la comida a su esposa y al ver que no había nada le dijo que al día siguiente iría al castillo a trabajar mas arduamente para que así les dieran las sobras de la comida, Leonora ya resignada a su suerte acepto lo que le sugería su esposo así pasaron algunos meses ella trabajaba y el también.
Leonora
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