Viaje a través de las palabras

Viaje a través de las palabras

Acercarse al mundo de los libros es entrar en un universo de fantasías, realidades, ensueños, utopías, todas las cosas que la imaginación puede crear, es aventurarse, ir más allá del pensamiento, todo esto es posible simplemente por medio de las palabras plasmadas, que perduran a lo largo de los tiempos ya sea porque las mentes humanas lo recuerdan y las pasan de generación en generación, o porque su belleza las hace inmortales.

Hace poco tuve la oportunidad de ir a un evento que se hace en Medellín en honor a los libros, es la fiesta del libro y la cultura, la cual fue del 7 al 16 de septiembre en el norte de dicha ciudad, la sede principal era el jardín botánico, yo asistí el jueves 13, a eso de las 5 de la tarde hasta las 8 de la noche, en el transcurso de este tiempo hice varias cosas, además de que observe y analicé cuanto pude, puesto que estaba asombrada por ver como los seres humanos pueden ingeniar cosas estupendas.

Al entrar había un callejón en circunferencia, en las paredes de este estaban pegadas las primeras cien páginas del periódico El Colombiano; una de esas era la que informaba sobre el ataque de las torres gemelas en Estados Unidos el 11 de septiembre del 2001, también habían noticias sobre deporte y religión, estas eran las que encabezaban la página… ¡en fin! habían variedades de noticias; al final de ese camino, se podía divisar varios sitios, yo decidí ir hacia mi izquierda, mas adelante vi. varios lugares donde exhibían muchos libros, en uno de ellos me llamo la atención entre tantos que habían uno del escritor francés Voltaire, no lo compré porque quise mirar más, cuando seguí mi trayecto vi que había algo que llamaron el bibliocirco, entré y me senté a esperar intrigada lo que iba a suceder, después de un rato anunciaron a dos personas que iban a leer un cuento de Las mil y una noches, ese fue Alí Babá y los 40 ladrones, el lugar era cómodo y confortable, un hombre y una mujer empezaron a leer el relato en medio del ruido de los niños que habían (aunque yo también me considero uno en cierta manera, me encontraba callada y atenta a lo que decían estos jóvenes) me pareció muy creativo como la mujer representaba la caída de la noche con una luna dibujada, y la llegada del alba con un sol en papel, mientras ella hacia esto, el hombre pasaba sus falanges en una flauta, que producía melodías, a veces entre cortadas, no sé si eran los nervios, pero era un sonido un poco apagado, aunque las notas en compás sonaban bien, la respiración de éste las desligaba. Cuando terminaron de leer el cuento yo me fui a seguir investigando el sitio, mas adelante me di cuenta de que el jardín estaba lleno de libros, había cantidades de éstos y a precios muy favorables.

En medio de mi indagación visual, me quedé afuera de un café viendo como unos infantes bailaban tango, para mi sorpresa lo hicieron bien, mas adelante

...