Vivencias En La Clase De Español

“No sé si es importante, pero nunca es demasiado tarde para ser quienes queremos ser. No hay límite en el tiempo, puedes empezar cuando quieras. Puedes cambiar o seguir siendo el mismo. No hay reglas para tal cosa. Podemos aprovechar oportunidades o echar todo a perder. Espero que hagas lo mejor. Espero que veas cosas que te asombren. Espero que sientas cosas que nunca sentiste antes. Espero que conozcas a gente con un punto de vista diferente. Espero que vivas una vida de la que estés orgullosa. Y si te das cuenta de que no es así, espero que tengas el valor de empezar de cero.”(El curioso caso de BenjaminButton)

Sin ahondar en temas filosóficos está claro que en esencia no siempre somos lo mismo, como organismos vivos siempre estamos evolucionando, por tanto es fácil distinguir lo que éramos de niños con lo que somos de adultos. Claro, hay un proceso de crecimiento biológico, pero, no nos quedemos allí, ese proceso de crecimiento también implica un desarrollo del pensamiento. Crecer no se da en un solo plano, como humanos nos construimos desde una multiplicidad de dimensiones.

Cuando nos preguntamos quienes somos solemos encerrarnos en una sola faceta de nuestro ser, es decir, nos definimos como estudiantes o deportistas o cualquier otro aspecto en el que concentremos nuestra conciencia, pero resulta ser un fenómeno asociado al entorno. Cuando se escucha a alguien que está en una protesta, se le oye decir: soy estudiante de universidad pública, soy trabajador, campesino, en fin, su ser está condicionado por el entorno que le exige una identidad inmediata. Hay que tener en cuenta esto, porque la idea es no perder la noción de todo el espectro del ser, que somos responsable de nosotros mismos, de nosotros como ciudadano, como hijo, como padre, como amigo, como profesional, como pareja, como creyente o no creyente, porque no se puede actuar de una manera en la que se considera solo una condición de éstas.

Un científico ejerciendo precisamente su labor científica no puede herir a tercero bajo el pretexto de hacer ciencia, hay una responsabilidad moral, con la sociedad y consigo mismo cada vez que ejecutamos un acto, comprometiendo nuestro desempeño en cada una de las dimensiones del ser. Siempre estamos cambiando, físicamente, intelectualmente, espiritualmente, en relación con nuestra familia, con nuestros vecinos, con quienes no conocemos pero sabemos que afectan con lo que hacemos, con el planeta, pero el cambio no implica que necesariamente sea para bien. Para Rousseau la naturaleza del hombre es no tener naturaleza, somos moldeables, capaces de convertirnos en ángeles o demonios, es ese el reto, cambiar para bien. ¿Pero que es el bien y el mal? Eso depende de la moral de cada uno, pero lo que deberías intentar es no traicionar esto con lo que haces, intentando mejorar siempre, siempre tratando de ser una mejor persona, mejor ser humano.

El ejercicio

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