Críticas marxistas
Enviado por mj_1103 • 22 de Marzo de 2017 • Reseña • 1.516 Palabras (7 Páginas) • 240 Visitas
Críticas marxistas.
Hablar de críticas de marxistas a Marx es complicado, ya que casi toda la tradición marxista ha suscrito de manera unánime los puntos de análisis de Marx. Lo que sí es claro es que la tradición marxista no es homogénea y que las divergencias internas responden a dos aspectos centrales: por un lado, las diferencias interpretativas acerca de la teoría clásica de Marx; y por otro lado, el enfoque que pueda dársele a los aspectos teóricos para el análisis histórico, filosófico, sociológico y político en los diferentes periodos en que el marxismo ha tenido lugar como foco de análisis. En ese sentido, aunque es difícil hablar directamente de críticas marxistas a Marx, es posible hablar de diferencias interpretativas y de reconsideraciones en el núcleo de pensamiento marxista que toman distancia del marxismo clásico y de la propuesta inicial de Marx.
El historiador inglés Perry Anderson, por ejemplo, distingue entre “marxismo clásico” y “marxismo occidental”. El marxismo clásico comprende un periodo que va desde su gestación, y puntualmente desde la organización de la primera internacional obrera, en la cual participaron Marx y Engels, hasta la consolidación de la revolución de octubre en Rusia. El marxismo occidental se encuentra históricamente ubicado desde finales de la primera guerra mundial hasta finales de la década de 1960.
Para entender las diferencias entre estos dos tipos de marxismo es importante esbozar algunos elementos básicos del marxismo clásico. Esta primera etapa del pensamiento marxista se encontraba fuertemente marcada por la idea de pensar en la estructuración de un partido central de trabajadores y en los medios para alcanzar el poder estatal, el cual resultaba ser la fuente de legitimidad de la burguesía capitalista. A este interés del marxismo clásico subyacía la necesidad de subvertir a través de la apropiación del poder estatal las condiciones de producción y trabajo que estaban a la base del capitalismo industrial, que es el capitalismo en el cual Marx centra su atención. Así las cosas, el marxismo clásico se caracterizó por el fuerte enfoque había hacia lo que Marx llamaba infraestructura, es decir, la condiciones materiales que sostienen el desarrollo de la vida social en cualquier época, y que en el capitalismo están regidas por la apropiación burguesa de los medios de producción y la alienación obrera de la fuerza de trabajo.
Por el contrario, el marxismo occidental, que como ya dije surgió a finales de la primera guerra mundial, se enfrentaba a una circunstancia que Marx no previó y que resultó problemática para el análisis marxista de la sociedad, a saber, el poco progreso que había en la época en la consolidación de un partido de los trabajadores que se inscribiera como foco de lucha revolucionaria dentro de las sociedades industriales. Marx había considerado que la revolución proletaria tendría lugar únicamente en el escenario de una sociedad industrial consolidada, en la cual la burguesía hubiese estructurado su dominio económico sobre los vestigios del sistema productivo feudal. La relación dialéctica entre burguesía y proletariado tiene sentido en la medida que la burguesía aparezca como la clase auténticamente dominante. Esto, desde luego, solo podría ocurrir en una sociedad industrial en la que la división social del trabajo estuviese adecuadamente distribuida según la necesidad del capital y los intereses de la clase dominante. Pero lo que se observó al final de la primera guerra mundial fue precisamente que el único intento de revolución que había logrado alcanzar éxito había sido la revolución de octubre, en medio de una sociedad aún campesina y feudal como la de Rusia en ese entonces. Los intentos de formación de un partido de los trabajadores en sociedades industriales fueron en lo sucesivo continuamente opacadas: en Alemania, por la ascensión del partido nacional socialista; en Italia por el ascenso del fascismo; años más tarde en Francia por la invasión y el posterior armisticio con Alemania que dieron lugar a lo que se conoce como “Francia de Vichy”; también en España con la caída de la república al término de la guerra civil. Todos estos procesos fueron formando el territorio para la formación de lo que se ha dado en llamar “marxismo occidental”, el cual toma distancia de la propuesta crítica inicial del marxismo clásico y de la preponderancia que Marx le dio a la infraestructura en su modelo de análisis.
Para mostrar dos puntos de distancia de este marxismo occidental frente al marxismo clásico quisiera hablar primero de la Escuela de Frankfurt y de la teoría crítica como referentes de este nuevo marxismo. Fue el pensador alemán Max Horkheimer quien formuló la idea de una teoría crítica como una teoría en la
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