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EL PROBLEMA DEL HOMBRE Y LA SOCIEDAD EN TOMÁS DE AQUINO


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2022  •  Resumen  •  1.196 Palabras (5 Páginas)  •  97 Visitas

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UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL ESCUELA UNIVERSITARIA DE EDUCACIÓN A DISTANCIA – EUDED
FACULTAD DE ADMINISTRACIÓN

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CURSO: FILOSOFÍA Y LÓGICA

PROFESOR: EDDY DÍAZ SALVATIERRA

TEMA: EL PROBLEMA DEL HOMBRE Y LA SOCIEDAD EN TOMÁS DE AQUINO

ANÁLISIS DE LECTURA

GONZALES PICON CARMEN ROSA

NOVIEMBRE DE 2017

El problema del hombre y la sociedad en Tomás de Aquino

Análisis de lectura

  1. El hombre

Según el texto de Felipe Giménez, el alma del hombre pertenece al ámbito de los seres inmateriales, pero mal haríamos si consideramos su alma como inteligencia pura (como el caso de los ángeles). Debemos entenderla como simple intelecto. Según la teoría del actus essendi de Tomás de Aquino, algunos seres son creados sin poseer materia alguna, compuestos de potencia y acto, respecto de la forma misma. En el último grado de esta jerarquía se halla el alma del hombre, a modo de puente entre lo material y lo espiritual, ya que esta alma es forma de un cuerpo. Por ello, por ser forma de un cuerpo, el alma no es inteligencia, sino que conoce por medio de su limitada inteligencia.

Por otro lado, por ser substancia espiritual, el alma subsiste aunque se separe del cuerpo. Cuando está unida al cuerpo, su conocimiento está condicionado por los sentidos, pero el alma misma es capaz de un conocimiento no sensible.

Siguiendo a Aristóteles, Tomás de Aquino señala que el hombre no es alma sola o cuerpo solo, sino una síntesis de ambos. No obstante, su perspectiva cristiana supera la doctrina aristotélica, pues afirma que el alma humana no se agota en ser forma  del compuesto orgánico, sino que es una realidad irreductible a la materia y sus procesos, siendo de origen divino y capaz de subsistencia. El alma para el Aquinate no está condicionada al cuerpo para existir, ya que sobrevive a la muerte del cuerpo.

Otro aspecto en que sigue a Aristóteles es en la visión que tiene del alma como “el primer principio de las cosas vivas que se hallan entre nosotros”. De allí la división entre alma vegetativa, alma sensitiva y alma racional. Cada ser vivo posee únicamente un tipo de alma. Asimismo, el alma existe porque Dios la creó después de haberse consumado el acto de la generación. Tomás de Aquino no explica cuándo tiene lugar ese acto creativo, sino que señala ambiguamente que Dios infundió el alma en la materia cuando ésta estaba lista para recibirla.

A diferencia de otros pensadores, para quienes era un castigo la unión del espíritu con la materia, el Aquinate considera un bien el hecho de que el alma esté unida al cuerpo.

  1. El conocimiento

Para Tomás de Aquino el entendimiento es preferible a la voluntad. Y esta facultad de entender es posible gracias al auxilio de los sentidos. En ello discrepa con San Agustín, quien creía que la “iluminación” era una forma de conocimiento natural.

Si bien el conocimiento iniciaba con la información que nos brindaban los sentidos, se llegaba al conocimiento intelectual por medio de la abstracción. El tipo de conocimiento más elevado es aquél que prescinde de lo material. Sin embargo, no es posible ningún tipo de conocimiento sin la percepción sensible.

Tomás de Aquino distingue, a su vez, entre sentidos externos e internos, siendo el sentido interno el que sintetiza la información obtenida por medio de los sentidos externos. Los sentidos externos nos dan noticia de las formas sensibles de las cosas (species sensibilis) y el sentido común (sensus communis) permite al hombre distinguir y confrontar los datos captados por los sentidos.

Sólo el entendimiento humano es capaz de formar conceptos universales, pues tales conceptos universales son posibles porque el hombre los crea a través de una abstracción intelectiva. Esta capacidad de abstracción nos dice que el entendimiento no es de carácter paciente, sino de naturaleza activa. Pero no es que en el hombre existan dos tipos de entendimiento (pasivo y activo), sino que ambos son los modos en que actúa el entendimiento humano. El entendimiento activo “ilumina” la imagen de los objetos captados por los sentidos para formar los conceptos universales. El entendimiento activo (agente) es distinto en casa persona, lo cual es aprovechado por Tomás para defender la tesis de la inmortalidad es una cuestión individual, es decir, que responde a cada alma.

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