ETICA Y HUMANISMO. HUMANITAS COMO AMBIGÜEDAD Y HUMANITAS COMO VIRTUD

¿Cómo entender Humanitas?

Entiéndase no como un espécimen, sino como alguien que puede ser libre de ataduras por su grado de conciencia.

¿Condición humana o humanitas?

Por ser la realización algo personal, ésta no puede darse en el colectivo, sino que se da de manera individual, y de acuerdo con los estratos sociales, culturales e históricos de la persona. Es entonces que se puede catalogar como de opción y virtud.

Humanitas como ambigüedad

El hombre es libre en su ser mismo y es esta condición la que explica su ambivalencia radical. Esta libertad le permite actos buenos y malos de acuerdo con la moral social en la que se encuentre inmiscuido. La ambigüedad radica pues en la capacidad de decidir entre lo bueno y malo. Mientras que una decisión de bondad lleva a edificar ideales sociales, una decisión de maldad lo soslaya a la parte última de la misma sociedad. Por tanto, la humanidad vive en esa dualidad donde el imperante sigue siendo la justa medianía de las condiciones sociales que se vivan. Cuando se habla de humanidad, de humano, no quedan claros los límites entre esencia y naturaleza, en decir conciencia e instinto y tratar de poner límites siempre será complicado.

Dentro del humanitas y condición humana puede catalogarse como una opción y una virtud.

De acuerdo con el texto, las condiciones categóricas no limitan al ser humano, sin embargo, si lo definen de manera inicial. Es decir mientras que las posibilidades se abren para alguien con condiciones económicas, sociales, culturales diferentes, para alguien que nace dentro de una sociedad cerrada y limitada por la geografía ciertamente le será mas complicado acentuar y desarrollar su potencial humano en todas sus vertientes, sin embargo es capaz de ella puesto que la condición humana no se limita a las características antes mencionadas, pero si condiciona el tiempo y los recursos que se necesitan para lograr las metas que como individuo o sociedad se plantean.

Humanismo en el renacimiento

La idea de dignidad humana se centra en la idea de que el hombre es capaz para bien o para mal, de introducir cambios decisivos en su propio ser y en su destino histórico. Es decir, la capacidad de decidir, la libertad es propia y rompe con los límites espaciales y temporales, intensificados la conciencia y la vivencia de libertad. Posicionó al hombre en el centro y no el mundo, donde el hombre recobra su alma. En este pensamiento el hombre puede desarrollarse en cualquier ámbito no limitativo, ni específico.

El hombre centro

El hombre es capaz de todo, en cuanto a su condición humana, en cuanto a su capacidad creativa, en cuanto al hecho de que es capaz, cuando se habla de capacidad se refiere a que el hombre no tiene límites en ningún ámbito social y posible. La conciencia del hombre como centro en el sentido de que tanto la virtud como el vicio son parte de la conciencia humana. Es parte de la condición humana y al final permite la elevación de la razón como principio fundamental de esta etapa de la historia de la humanidad.

Humanitas – hombre centro - virtud

La condición del humano y su posibilidad de ascenso, en donde se halla, en este otro sentido, “lo propiamente humano”, solo se centra en la trascendencia de la ambigüedad y de la alternativa, en la opción y realización de la vía de ascenso. La humanitas no es indiferente. Es virtud. En otras palabras, el hombre tiene en su esencia la capacidad de crear su propia condición y definirla como virtuosa.

Humanismo

Entendida como la capacidad, potencialidad, disposición, es excelencia, plenitud, perfección, cumplimiento pleno de las cualidades distintivas, de aquello que se es más propiamente inherente al ser humano. Es la naturaleza humana sin limitaciones.

Humanización

La humanitas consiste en la humanización del hombre, en otras palabras, la capacidad de reproducir actos sociales buenos a los ojos del hombre que se encuentra en constante movimiento.

Humanismo y terrenalidad

El humanismo cobra su sentido en la ética, y la ética no se alcanza sino a través de un gran trabajo. La terrenalidad del humanismo encuentra su sentido en le hecho de la capacidad humana de trascender y sobrepasar la naturaleza y de alcanzarla con la naturaleza, sin desprenderse de ella y proyectándose creadoramente hacia ella. Aun cuando la capacidad del hombre es ilimitada la existencia del hombre no lo es y por tanto el humanismo tiende hacia el hecho de que los valores trasciendan, y por tanto, los actos de reproducción social heredados le permiten al humanismo trascender tiempos y espacios como colectivos, no como individualidades aisladas.

Tolerancia

No se trata de asuntos aislados se configura la persona en lo individual y se eleva la sociedad como un acto social. No se puede crecer en sociedad sino es en el respeto del otro como individuo capaz de todo.

El humanismo concilia el micro y macrocosmos, individuo y todo, naturaleza y espíritu, razón y pasión.

El hombre no es un ser aislado, sino que las condiciones donde nace, crece, se reproduce y muere lo definen y no como individuo, sino como elemento social.