El Alma del Mundo
Enviado por 12709946 • 12 de Junio de 2019 • Monografía • 6.373 Palabras (26 Páginas) • 202 Visitas
EL ALMA DEL MUNDO
IVÁN DARÍO QUINTERO DE LA PAVA
ORDEN ROSA-CRUZ KABALISTA
EL ALMA DEL MUNDO
IVÁN DARÍO QUINTERO DE LA PAVA
ISSN 0123—2185
PUBLICACIONES “LUZ EN EL SENDERO”
DE LA ORDEN ROSA CRUZ KABALISTA DE COLOMBIA
No. 31
Marzo del 2010
Santiago de Cali, Colombia.
INTRODUCCIÓN
La Vida en sus múltiples manifestaciones ha hecho posible que la evolución sea la razón de ser de toda actividad, de todo progreso, de todo perfeccionamiento, y que toda vida manifestada tenga la posibilidad de ir adquiriendo mayores posibilidades de consciencia, de sensibilidad, de acción fecunda, de todas las infinitas posibilidades que el Universo tiene reservado para toda vida que se encuentre en las diferentes etapas de la evolución en el sendero infinito del progreso.
Ese sendero del progreso forma parte de la Vida Cósmica que los Rosa-Cruces llaman el Alma del Mundo, lo que se ha conocido desde el punto de vista de la religión como Dios, el Eterno, el Insondable, lo Absoluto, Razón de Ser de Todo cuanto existe y que es absolutamente imposible para nosotros conceptuar tal grandeza, tal magnitud de quien es la Razón de Ser de Todo el Universo.
Estos son los conocimientos legados por los sabios Atlantes a los Caldeos, de ellos a Egipto y a la India, de Egipto a Grecia, luego a Europa y a América en donde se vinculó con el conocimiento atlante que guardaron nuestros antepasados aborígenes. Letra muerta para muchos, pero fuerza viva para otros, quizás pocos.
EL ALMA DEL MUNDO
Según las enseñanzas esotéricas, el“Alma del Mundo” (Anima Mundi) es la esencia divina que todo lo llena, penetra, anima e informa, desde el átomo mas diminuto de materia hasta el hombre y el dios. En cierto sentido es la esencia de los siete planos de sensibilidad, conciencia y diferenciación moral y física. En su aspecto mas elevado, es el Nirvâna[1] y en el inferior es la Luz Astral. Entre los primitivos cristianos y los nazarenos era considerada femenina y bisexual entre las demás sectas que la consideraban solamente en sus cuatro planos inferiores. De naturaleza ígnea, etérea en el mundo objetivo, y divina y espiritual en sus tres planos mas elevados.
Cuando se dice que cada alma humana nacía desprendiéndose del Anima Mundi, significa esotéricamente que nuestro Yo superior (Espíritu) es de una esencia idéntica al Alma del Mundo, que es una radiación de lo ABSOLUTO Universal siempre desconocido. Esa energía, lo Dios, se convierte en un Sistema Solar en el aspecto Cristo, el Verbo, que nos recuerda los primeros versículos del evangelio de San Juan que dice que “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas; y sin Él nada de lo que es hecho, fue hecho. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz en las tinieblas resplandece; mas las tinieblas no la comprendieron”.[2]
El Verbo Cósmico es el mediador entre esa energía Omnipresente, Omnipotente y Espiritual del Padre-Madre o Alma del Mundo en lo Cósmico, siendo en lo micro cósmico el ser humano como una pequeña chispa de las energías del Alma del Mundo.
Eso es nuestro Espíritu o centro de consciencia, una concreción, una partícula misma de lo Divino, de las energías del Alma del Mundo, por lo tanto somos vórtices de aquella Santa y Divina Energía. Somos parte de la misma, pero por falta de evolución, por falta de capacidad, por falta de conocimiento y por falta de una dirección adecuada a las energías internas no hemos aún logrado despertar a la magnitud espiritual que esta verdad encierra.
En nosotros existen latentes, en potencia, todas las magnas posibilidades de Dios, y el Logos Solar, el Cristo Cósmico, que tiene su punto de contacto en un Sistema Solar, ha sido el responsable de que esa Vida Cósmica pueda manifestarse en todos y en cada uno de los planetas en los cuales la vida desde algún punto de vista está evolucionando. Por eso San Pablo dijo hablando del cuerpo como el templo de la Divinidad: “¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?… porque el santuario de Dios es sagrado, y vosotros sois ese santuario”.[3] No vamos a progresar espiritualmente, no vamos a educir la divina sensibilidad y la consciencia arrodillándonos al frente de estatuas yertas que no tienen ningún poder ni rindiéndole culto a ningún ser por excelso que sea o que haya sido. Es rindiéndole culto a la Vida, comprendiendo que nuestro cuerpo es templo de la Divinidad.
En nuestro planeta somos nosotros, chispas divinas, parte de la Consciencia Cósmica, que estamos en este momento imbuidos dentro de los diferentes vehículos de evolución llamados cuerpos[4], los cuales nos permiten adquirir experiencia, la que se logra a partir de la armonía de los contrarios, porque para que exista la evolución y el perfeccionamiento siempre tiene que existir una doble polaridad, lo masculino y lo femenino, el día y la noche, el calor y el frío y así sucesivamente.
Si no fuera por esa ley dual, eterna, sería imposible que pudiéramos adquirir experiencia, porque no podríamos conocer lo que es el frío si solamente conociéramos lo que es el calor, no podríamos conocer lo duro si solamente conociéramos lo blando, no sabríamos lo que es el aspecto femenino de la Seidad, la mujer, si solamente estuviéramos los varones, etc.
Es la energía del Alma del Mundo la cual a través de esa eterna dualidad permite que la evolución exista. Esto lo simbolizaron desde los antiguos tiempos todos los Hierofantes que han guiado a la humanidad peregrina a lo largo y ancho del planeta enseñándole el poder sublime de la cruz. Por eso los antiguos hicieron los templos en forma de cruz emulando el cuerpo humano, tal como la realiza una persona con los brazos levantados a la altura de los hombros. Y, ¿en dónde se encontraba o dónde se encuentra el altar en los legendarios templos que dejaron estos grandes constructores en Europa? En el centro de la cruz que es donde simbólicamente los Rosa-Cruces colocan la Rosa que debe florecer sobre la Cruz. La Rosa es el Alma, es el Cristo, la Cruz, es el cuerpo.
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