El poder de las palabras
Enviado por LUIS ALFONSO ANAYA • 4 de Abril de 2022 • Informe • 677 Palabras (3 Páginas) • 121 Visitas
El poder de las palabras Robert Dilts Presentado por LUIS ANAYA
Este libro argumenta que uno de los factores claves en la mentalidad positiva es la utilización de un lenguaje de poder, que generalmente mediante la mejora del sentido de empoderamiento personal del individuo (de fuentes externas o internas) se hace cada vez más fuerte. El uso del lenguaje programado es un elemento primario de empoderamiento, porque representa y objetiva el poder. El lenguaje arroja un sentido de orden, por ejemplo, al evitar las palabras y frases que desencadenan pensamientos negativos, como “ODIO eso”, “todo va a pasar HORRIBLEMENTE INCORRECTO”, “ESTOY TAN PREOCUPANTE por esto”. Estos hacen que nuestro cerebro piense en odio, duda y preocupación. En cambio, intercambia estas palabras por positivas. Así que “Odio eso” se convierte en “No me gusta eso”: intercambien juicios sobre “va mal” y “preocuparse”, que son conjeturas sobre cosas que de todos modos no han sucedido todavía, para expectativas positivas, que las cosas ser aún mejor de lo esperado.
A menudo, cuando a las personas se les hace la pregunta que cambia la vida: “¿Qué es lo que quieres?”, Aparece una respuesta de “Lo que quiero no puedo tenerlo” como “esto no va a ser así”. Estas palabras que parecen, a primera vista, realmente positivas, pero que de hecho desencadenan negativamente al cerebro cuando se refieren al estado negativo, pero sin mencionarlas directamente. Es importante destacar que quieres liberarte de algo. Esto atrae nuestra atención de nuevo hacia aquello de lo que queremos estar libres, a menudo la opresión, el estrés, etc., que cambia nuestro cerebro a los lugares menos felices. Buenos ejemplos para cuidar y tener todo el control, todo lo que necesitaremos si enfrentamos algo difícil, lo que hace que tu cerebro vuelva a enfocarse en la dificultad.
Otra cosa que suena un poco contradictorio, ya que estamos tan familiarizados con el uso de la pregunta “¿y por qué?”, Pero a menudo es la pregunta incorrecta, por ejemplo
¿y por qué no me amas? ¿y por qué eres tan crítico? ¿y por qué siempre cometo este tipo de errores? el tipo de respuestas que obtenemos de estas preguntas no son realmente tan útiles, y se centran en el problema y en encontrar el culpable. Evitemos esta trampa simplemente haciendo una pregunta “¿Cómo?”, por ejemplo, ¿Cómo puedo hacer para que me ames más? ¿Cómo puedo lidiar con esta crítica y de una manera más positiva? ¿Cómo puedo comunicarle que la crítica no es la forma más útil de apoyarme? ¿Cómo puedo comenzar de nuevo? Este tipo de afirmaciones adormece al creer que esto es cierto cuando la mayoría del tiempo no lo es, así que tomemos el tiempo para captar estas formas dañinas de pensar.
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