Ensayo Fe y Razón

Introducción

En este ensayo hablaremos de la relación que en un tiempo la filosofía, la religión y la ciencia tuvieron, haciéndolas contradecirse entre ellas mismas. Muchos decían, por ejemplo, que la filosofía no tenía ninguna conexión con la religión, hasta que en la Edad Media se dio a conocer como erróneo este pensamiento; sin embargo, esto no duró demasiado hasta que llegaron otros filósofos y católicos que volvieron a separar estas dos ramas.

Además, hablaremos y señalaremos las diferentes formas de pensar de autores que estaban en contra, o a favor, de que la filosofía se relacionara con la religión o con la ciencia. ¿Una se puede llevar de la mano con otra?

De igual manera, hablaremos de qué forma la filosofía, tan gran ciencia, nos ayuda o aporta de alguna manera en nuestra formación individual (personal), académica y profesional. Y, ¿será posible que nos ayude de alguna manera a la materia de Habilidades del pensamiento deductivo?

Glosario

• Demiúrgico: perteneciente a la filosofía de los platónicos y alejandrinos, dios creador.

• Eludir: Evitar con astucia una dificultad o una obligación.

• Empírico: perteneciente o relativo a la experiencia

• Epistemología: doctrina de los fundamentos métodos del conocimiento científico.

• Esotérico: dicho de una cosa: Que es impenetrable o de difícil acceso para la mente.

• Fecundo: que crea abundantes obras o produce buenos resultados.

• Inefable: que no se puede explicar con palabras.

• Intrínseco: íntimo, esencial.

• Mecanicista: perteneciente a la doctrina según la cual toda realidad natural tiene una estructura semejante a la de una máquina y puede explicarse mecánicamente.

• Morfogenético: conjunto de procesos elementales responsables del modelado del relieve que se pueden combinar de forma distinta.

• Nihilismo: negación de todo principio religioso, político y social.

• Teogonía: generación de los dioses del paganismo.

 “Filosofía, Razón y Religión”

La filosofía surgió en la antigua Grecia, con el intento de explicar la existencia del mundo a la luz de la razón. Al principio, los hombres habían recurrido a los mitos, con los cuales atribuían, divinizaban objetos y fenómenos de la naturaleza. Así mismo, desde sus orígenes, y a lo largo de toda su historia, buscará pautas de conducta para el hombre y para la sociedad. El cristianismo fue en el mundo occidental el único elemento unificador y el poder más estable e influyente. Con la cual, al relacionarse como tal con la filosofía, preparó un camino al pensamiento moderno.

De tal manera, la filosofía buscó aluna forma de tener juicio o relación con la ciencia, de tal forma que esta podría ser aceptada por grades pensadores y científicos; con esto, sugerirían más pensadores o filósofos que quisieron relacionar la ciencia y la filosofía. El camino hacia esto no fue fácil, sino ardo; ya que muchos pensaban; ¿la filosofía siendo una ciencia que busca la verdad a través de la razón, tiene que ver con la ciencias la cual es empírica?, y con empírica me refiero a que necesita de sustentos de investigación y de experimentación.

El primer filósofo que es conocido como el fundador de la filosofía de la religión, es un teólogo cuyo pensamiento filosófico se encuentra en sus obras, San Agustín de Hipona. Él dice que la búsqueda de la verdad le llevó a frecuentar los círculos de la divinidad y a estudiar la filosofía de Platón. San Agustín trató de conciliar la razón y la fe. Decía: “Si Dios es la Verdad con cuya iluminación puede el hombre conocer todas las verdades menores, la fe en Dios es el camino más seguro para que el hombre pueda comprender” (San Agustín de Hipona, 354 d.C – 430 d.C). Con esta pequeña introducción al pensamiento de San Agustín, quiero referirme a que la fe y la razón son dos aspectos o ámbitos que, aunque muchos no lo vean, van de la mano. La iglesia no podía, de alguna manera, tener sustento de la palabra de Dios, de ser aceptada o verídica de cierta forma por la comunidad; pero, con la llegada de la filosofía, se dio un sustento que la hizo solidarse y poder revelar y compartir la palabra de Dios, por ejemplo como dice Juan Pablo  II en su libro Fides et Ratio: “La primera y más urgente tarea era el anuncio de Cristo resucitado mediante un encuentro personal capaz de llevar al interlocutor a la conversación del corazón y a la petición del Bautismo” (1998).

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