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Ensayo Sobre El Diálogo Titulado: "Entre Razón Y Fe"


Enviado por   •  24 de Abril de 2014  •  3.371 Palabras (14 Páginas)  •  512 Visitas

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Ensayo sobre el diálogo titulado: “Entre Razón y Fe

(Debate entre Habermas y Ratzinger)”

• Afirmaciones que conforman la propuesta de Habermas.

Para el filósofo alemán Jürgen Habermas, es válida la posibilidad de justificar de manera secular del poder político; es decir, permaneciendo ajeno a una interpretación religiosa y atendiendo al singular uso de la razón.

Habermas deja claro que la legitimación ideológica del Estado liberal actual, del cual se considera un defensor y promotor, proviene de fuentes no religiosas, donde la democracia se muestra como el elemento que produce su sustentación.

A su vez, la democracia entendida como el instrumento que procura resolver las condiciones necesarias para la construcción de una voluntad colectiva, que asume las características de ser incluyente, y con el objetivo de abonar a un equilibrio armónico entre ésta y los derechos de cada individuo, conforma la estrategia para la configuración de una constitución auto impuesta por parte de los ciudadanos.

Sin embargo, Habermas se refiera a esta constitución no como aquella que funciona de manera ordinaria para regular las autoridades estatales ya fundadas, sino que, por el contrario, hace referencia a quien instituye la autoridad estatal misma, cimentando su legitimidad a partir de la legalidad generada con el ejercicio democrático. Con dicha fundamentación de los principios constitucionales, se abonan a la “pretensión de ser racionalmente aceptable para todos los ciudadanos.”

Habermas introduce de manera concatenada a ésta idea, una premisa relativa a que los individuos quienes conforman estas comunidades políticas y establecen Estados democráticos, corresponden en compartir un compromiso de “colegisladores” a través de ejercer activamente sus derechos en la participación para la conformación de lo público, como ciudadanos que son, a saber, un elemento de la dinámica constante del Estado, procurando en todo los intereses colectivos.

Las características que abarcan compartir una lengua, una religión y hasta una conciencia nacional, Habermas las llega a considerar incluso “útiles para el surgimiento de la solidaridad ciudadana”, sin embargo declara que su relevancia ha ido disminuyendo sobre las convicciones republicanas del ciudadano teniendo ya poco que ver con éstas construcciones pre-políticas.

El autor concluye entonces que “la naturaleza secular del Estado Democrático constitucional, no muestra ninguna debilidad inherente al sistema político como tal” estando su legitimación satisfecha de modo autosuficiente.

Más adelante en el texto, se realiza la precisión sobe la conveniencia del trato respetuoso a ciertas “fuentes culturales”, entre ellas la religión, al interior de la comunidad política, en párrafos anteriores el autor se muestra crítico sobre el uso de las premisas religiosas para fundamentar el actual Estado democrático constitucional asumiendo en ellas el sustrato sobre el cual brotaron las instituciones estatales, no obstante del mismo modo el autor promueve la idea fundamental de la solidaridad como característica estructural del colectivo social, a través de algo que llega a denominar como virtudes públicas.

A partir de ello, reconoce que estas “fuentes culturales” “nutren la conciencia normativa y la solidaridad de los ciudadanos”, sin embargo establece que la religión, atendiendo al contexto secular sobre el cual persiste, ha tenido que sufrir alteraciones, comenzando por abandonar su pretensión de interpretar y organizar, por medio de su doctrina, todos los aspectos que conforman la vida de los individuos.

Tal afirmación deja en claro el autor, a través de su referencia sobre “la diferenciación funcional de los sistemas sociales parciales”, es decir esta disgregación de los distintos roles que una misma personas en sociedad desempeña, pues un individuo no vincula ya de forma directa sus ideas sobre la construcción del poder político, con las premisas que conforman su propia doctrina religiosa.

A pesar de ello, el también sociólogo alemán, apunta que la moral social de la comunidad debe de la misma manera poder ser insertada en otros contextos de fundamentación, dicho de otra manera, que las base ideológicas seculares deben contener el carácter de neutralidad.

Ello implica que el Estado Liberal a de guardar una política de tolerancia frente la pluralidad existente entre los individuos que la conforman, la cual es innegable y de forma más evidente en nuestro tiempo.

El Estado liberar así conceptualizado por Habermas promueve el tratamiento positivo del desacuerdo, elemento persistentes e inherente en una sociedad pluralista, con los cual no solo se garantiza el respeto de opiniones contrarias entre si, también inhibe el monopolio de visiones totalizadoras de cualquier naturaleza, ya sea secular o religiosa, que asfixie toda acometida distinta de la imperante que suprima tolerancia, elemento que caracteriza y define al propio Estado liberal.

• Afirmaciones que conforman la propuesta de Ratzinger.

El cardenal en aquel entonces Joseph Ratzinger, en primera instancia señala tres elementos que de manera general caracterizan el desarrollo contemporáneo de la sociedad. En primer lugar muestra la idea de cómo los poderes existentes en la actualidad (poderes económicos, políticos y culturales) se han convertido en una entramado interdependiente que generan puntos de interacción e interpretación mutua.

Como segundo elemento señala la idea de las nuevas posibilidades humanas a partir del nuevo poder que ha adquirido para crear, pero también al reforzar su capacidad destructiva, no siempre teniendo la primera una connotación positiva. El tercer y último elemento es la dilapidación del fundamento ético de la sociedad causado por los encuentro entre diversas culturas.

De igual modo la ciencia, caracterizada en acuerdo a Ratzinger, por una incapacidad de generar una ética, contribuye a que se trastoquen postuladas morales hasta ahora preservados, ocasionado por un avance dinámico en la ciencia que va configurando en ese proceso nueva visión del mundo y de la propia naturaleza humanan, no siempre provechosa para la reivindicación de la dignidad humana.

El autor establece una idea fundamental respecto de la política, al establecer que “es tarea de la política someter el poder al control de la ley a fin de que se haga un uso razonable de él” deja claro que la única manera de a hacer frente al fenómeno de la arbitrariedad y del despotismo solo es a través de apego a la ley.

Ratzinger apoya la idea de libertad como la auto ordenación que se impone la propia sociedad a través de leyes de la cual participaron todos en su formación,

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