Relación entre fe y razón

RELACIÓN ENTRE FE Y RAZÓN

Todo comenzó cuando Roma conquistó a Grecia. Esto ocasionó muchos problemas, ya que algunos detestaban la idea de aceptar a la nueva religión, en este caso fue el cristianismo; fueron más los autores griegos quienes estaban en desacuerdo y criticaban los conceptos de la encarnación de Dios. Se dice que la filosofía solo atacó al cristianismo porque fue el quien se opuso ante la filosofía. En este problema es donde surge la disputa acerca de la relación entre la fe y la razón.

La iglesia cristiana después de conquistar el imperio romano tomó el control tanto político como cultural, al igual que de la ciencia y la filosofía, en esto es donde nace la teología.

La iglesia reprimió la filosofía griega porque había pensamientos que estaban en contra de la existencia de Dios y eso lo consideraban como herejía. El cristianismo casi destruyó los escritos de Aristóteles, Platón y Sócrates.

La escolástica fue la filosofía de la sociedad cristiana. Se llama así porque inició en las escuelas medievales donde estaban los estudios filosóficos patrísticos y poco a poco se aplicó más el aristotelismo para construir las doctrinas. Se llama escolástica a la filosofía y la teología que se enseñó durante el período de la Edad Media, a la denominada filosofía medieval, era la ciencia que se enseñaba en la escuela: primero las artes liberales y luego la filosofía y la teología.

La Patrística se caracteriza por la defensa racional del cristianismo frente a los ataques de la filosofía pagana y por la aceptación de las verdades filosóficas que convienen con la revelación cristiana. La patrística intentó juntar a la religión cristiana y a la filosofía.

Entre esta revuelta, hubieron filósofos cristianos que querían resolver el problema mientras que hubieron otros que querían separar ambos temas; hasta que gracias a autores como San Agustín de Hipona, se fue dando a conocer la síntesis acerca de razón y fe.

Los pensamientos de Agustín de Hipona están influenciados por el platonismo. Para este filósofo existen tres tipos de conocimientos: el sensible, el racional inferior y el racional superior.

El conocimiento sensible necesita de lo corporal para realizarse, no genera ciencia sino solo opinión. El conocimiento racional inferior capta la universalidad de la realidad sensible, percibiendo patrones y regularidades en el mundo; este tipo de conocimiento sí puede generar ciencia como las matemáticas pero aún depende del mundo mutable para actualizarse. El conocimiento racional superior es el conocimiento de las ideas.

Para Agustín de Hipona no existía una diferencia entre razón y fe cada vez que la religión cristiana revelaba una verdad, ya que la razón solo es útil para conocer mejor la verdad y penetrar más en ella; también decía que sin la creencia en los dogmas de la fe no podríamos adquirir verdadera sabiduría. De ahí surge su famosa frase  “cree para comprender”.

Para la segunda etapa de la escolástica, un ejemplo es Tomás de Aquino, el replanteó la relación entre la fe y la razón. Hizo una teoría de la doble verdad, en donde decía que había una verdad para la teología y otra verdad para la filosofía. La verdad de la razón puede coincidir con la verdad de la fe, o no. La filosofía se ocupará del conocimiento de las verdades naturales, que pueden ser alcanzadas por la luz natural de la razón; y la teología se ocupará del conocimiento de las verdades reveladas, de las verdades que sólo puede ser conocidas mediante la luz de la revelación divina. Tomás aceptaba la existencia de un terreno común a la filosofía y a la teología, que está representado por los preámbulos de la fe. En ese terreno, la filosofía seguiría siendo un auxiliar útil a la teología y, en ese sentido, Tomás se refiere a ella todavía como la criada de la teología. La religión da a los hombres una serie de verdades para ser creídas por fe, algunas de estas verdades el hombre las podría alcanzar con ayuda de su razón natural aunque otras están más allá de su capacidad. Un ejemplo puede ser cuando la fe nos trasmite la existencia de Dios pero para Tomás la existencia de Dios también la podemos demostrar por la razón.

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