LA COMUNICACIÓN O EL HABLAR DE LO FUNDAMENTAL EN LA EXISTENCIA

La comunicación o el hablar

de lo fundamental en la existencia

Artistic Experimentations on Canvas (Paul Klee)

Por: Javier A. Bosch Fossi

Dos realidades, se siente, se encuentran en un detenido mirar enfrentadas cuando se está ante lo humano. Esto es, la necesidad que cada ser tiene de los otros para respirar en compañía y en ello tejer un destino con puntos en común como proyecto conjunto de humanidad y, paradójicamente, la tensión, el hastío, el problema que representan esos otros en todo espacio, cualquiera sea, al tener que compartirlo. Esta parece ser entonces la tensión característica que se vive por doquier y que tiende a llegar a niveles críticos en espacios de convivencia.

En una apreciada obra teatral del filósofo francés Jean Paul Sartre, se plantea en este sentido una de sus tesis más sombrías: en “A puerta cerrada”, se genera el convencimiento que >el infierno son los otros<; idea original en el pensamiento existencialista del siglo XX y que introdujera una variante de pesadumbre a la sentencia de Tomas Hobbes según la cual, lo humano es lobo para lo humano. De esta manera, no se trata en Sartre de la destrucción y la expresión de lo amenazante que representa la humanidad para sí misma sino el eterno suplicio, el círculo repetitivo en el infierno de la convivencia en el que el ser humano generalmente inscribe y cursa una condena.

Se acepta que el existencialismo propio de la filosofía y más a fondo del interrogar sobre el sentido de la vida -confundido hoy el horizonte del mundo-, ha exacerbado la pretensión que requiere, que necesita de lo humano. Se le une la crisis que ha hecho la inmediatez que alienta superficialmente un proyecto de humanidad que se siente más que nunca como fracasado, sin encuentro humano, rumbo, facilidad de comunicarse... patéticamente desolado. ¿Qué es el origen de este encierro o falta de sentido en que se percibe abocado lo humano? Respuesta: El caudal de información que, en sí misma, no es comunicación.

Dígase, desde la perspectiva del moderno campo teórico de la comunicación, que verdaderamente no hay sentido, vida, sin comunicación. Pero ¿qué se entiende por comunicación en este pensar? Señálese: el acuerdo de dos o más, en torno al significado de lo dicho. Compleméntese: la comunicación -en un moderno explicar- es ya un proyecto -misma dirección-, en curso con un otro. Esto, un acuerdo: entenderse en torno a lo fundamental.

Comunicación y proyecto son en simultáneo en un vínculo que es el comprender. Pero aclárese a propósito de este discurrir, comunicación y proyecto no son necesariamente campo de racionalidad. Incluso, el infante más pequeño también está en comunicación porque él es en esta condición el proyecto mismo de la madre en compromiso. En esa dialéctica el niño es así un proyecto y en esto se comunica. Por ende, el proyecto es ante todo opción de vida en pos de transformarse y dígase, la comunicación es en ello el camino de la transformación y el cambio.

Hay una sentencia

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