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Libertad y Ética (Filosofía)


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2017  •  Apuntes  •  3.187 Palabras (13 Páginas)  •  232 Visitas

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  1. Libertad:
  • Existencia: La libertad es una experiencia originaria. Experimentamos internamente: sabemos que algo que hemos hecho podríamos no haberlo hecho o que algo que no hicimos, lo podríamos haber hecho; es decir, nos damos cuenta de que no estamos absolutamente determinados, sino que tenemos que elegir, tenemos que tomar decisiones constantemente: vivir, para el ser humano, es, en cierto sentido, decidir. La corriente que niega la existencia de la libertad es el determinismo y sostiene que las personas no eligen, sino que hacen lo que tienen que hacer por impulsos bilógicos, sociológicos, económicos, etc.

  • Qué significa: Que la persona sea libre significa que cada mujer, cada hombre tiene dominio sobre sus propios actos. La persona puede moverse a sí misma, y no ser simplemente movida, por la moda, por la corriente, por los instintos, por el destino, por los astros, etc. La persona depende de sí misma y es responsable de sí misma, no es una marioneta o una mascota a la cual amaestrar. La persona es capaz de tomar sus propias decisiones, de hacer esto o esto otro (estudiar administración o literatura) de actuar o de no actuar (si yo no estudio, pienso, leo, etc., nadie lo va a hacer por mí, nadie puede reemplazarme u ocupar mi lugar en la tarea de ser yo mismo). Cada mujer, cada hombre es protagonista de su propia historia, sólo ella, sólo él, pueden dar lo que están llamados a dar. Por eso la libertad es algo muy serio: el valor de una persona depende, en última instancia, del uso que haga de su libertad.
  • La libertad, por tanto, no es un fin o, diciéndolo de otro modo, la libertad es ambivalente: la libertad se puede usar bien o se puede usar mal. Puedo usar mi libertad para explotar a mis trabajadores, para hacer trampa, para engañar y mentirle a las personas que quiero o puedo usarla para procurar el bien de quienes me rodean, para cuidar de la persona que dependen de mí, para hacer que el mundo sea un lugar más justo y más humano. En otras palabras, mediante la libertad puedo crecer como ser humano o puedo envilecerme o “echarme a perder”. La misma libertad se puede potenciar mediante las buenas decisiones o se puede dañar con las malas: los vicios que terminan por minar la capacidad de autodeterminarse empiezan por decisiones que terminan por arrasar con la propia voluntad y, por lo mismo, con la propia personalidad.

En otras palabras, yo puedo hacer lo que quiera, obvio. Pero también es obvio que hay acciones que me hacen más libres y mejor como persona y otras que me esclavizan y me transforman en una especie de zombi sin voluntad, sin carácter, sin espíritu, movido meramente por la búsqueda de una satisfacción egoísta y pasajera.

Por poner un ejemplo: ¿me puedo comer un pescado podrido?, por supuesto, pero ¿soy más libre por ello? No, al contrario, cualquier persona se da cuenta que comerse un pescado podrido es una estupidez que me va a hacer daño físicamente. Hay acciones que no sólo me dañan físicamente, sino en un sentido muchísimo más profundo, me dañan moral o éticamente, es decir, en mi ser persona. La libertad se potencia cuando rechazo todas aquellas acciones que atentan contra la dignidad ajena y contra la propia dignidad, contra la propia nobleza e incluso, contra la misma libertad.

Mucha gente piensa que ser libre es no tener ninguna restricción y siempre decir que sí a todos los apetitos, con respecto a la comida, a la bebida, a la sexualidad, a las redes sociales, al carrete, a las drogas, al juego, etc. Ahora bien, la gente que siempre dice que sí a todas estas cosas muchas veces termina esclavizada a esos mismos apetitos e inclinaciones y genera dependencias y adicciones que terminan por restringir brutalmente la propia libertad y la propia personalidad. Una libertad sin criterio, sin sentido, sin inteligencia, sin pensamiento es, como se suele decir en lenguaje coloquial, como un “mono con navaja” que puede hacer mucho daño a aquellos que le rodean y también a sí mismo. Una cosa es tener un auto y otra es tener a dónde ir; de que me sirve tener uno o dos o mil autos, cada uno más caro que el otro, si no tengo ningún lugar a donde ir, es decir, si no tengo un objetivo, una meta, un sentido, un fin. Cuando la libertad no tiene una razón, un sentido, una dirección se transforma en una fuente de aburrimiento y hastío insoportable que se intenta evadir a veces con las drogas, con el alcohol, con el juego, con el ruido permanente, con relaciones pasajeras y desechables, etc.

  1. ÉTICA:
  1. La ética es la parte de la filosofía que estudia la moralidad de los actos humanos; es decir, en cuanto son buenos o malos.

Actos humanos: El acto humano es aquel en el que intervienen las potencias superiores del hombre que son la inteligencia, la capacidad de pensar y la voluntad, la capacidad de decidir o elegir. Es decir, el acto humano es el acto libre o voluntario; el acto en el cual yo sé lo que estoy haciendo (advertencia) y lo quiero hacer (consentimiento). Sólo hay moralidad en los actos libres, en aquellos actos de los cuales somos autores y sobre los cuales, por lo mismo, somos responsables. Un pitbull no es responsable de atacar a un niño, está diseñado para el ataque, luego no podía haber hecho otra cosa. El acto del hombre es aquel en el que no intervienen estas potencias, por ejemplo, cuando un niño crece o cuando nos crece el pelo o el digerir la comida, etc.

La moralidad: Su ser buenos o malos, es decir, en tanto que perfeccionan y promueven a la persona o, más bien, la degradan o envilecen. La vida humana tiene un sentido u objeto, el acto bueno es aquel que conduce al hombre hacia la plenitud del sentido y por lo mismo hacia la verdadera felicidad. El acto malo es aquel que nos aleja del verdadero significado de nuestra existencia. 

 

  1. Distintas teorías acerca de la naturaleza de la bondad o maldad moral:

  • El relativismo ético:
  1. Qué postula: niega el conocimiento objetivo, es decir, el conocimiento originado en la realidad misma de las cosas. En el plano ético niega que haya acciones que por sí mismas sean buenas o malas: ej. La violación, la bomba atómica. Es decir, no existiría un bien y un mal objetivos, sino que todo depende o es relativo. En este sentido niega validez universal a cualquier contenido ético o, en otras palabras, yo no podría decir que tal o cual acción (la violación, la pedofilia, el genocidio…) es siempre y en todo lugar injusta o degradante.
  2. Tipos de relativismo:
  1. R. cultural: La verdad depende de la cultura. La verdad sería una creación cultural, por lo tanto, cada cultura tendría su verdad. Si fuésemos coherentes con este planteamiento no podríamos afirmar como verdadero que todos los hombres (varones y mujeres) son iguales en dignidad y derechos pues muchas culturas han considerado y siguen considerando que algunas personas, por su color o por su sexo o por su raza, son inferiores o subhumanos. Si la última verdad fuera solo la construida por una determinada cultura en un determinado momento, tan verdad como decir que todos los seres humanos son iguales en dignidad y derechos sería sostener que hay seres inferiores e infrahumanos.
  2. R. consecuencialista: Lo verdadero o bueno depende de las consecuencias. Por lo tanto, no existe propiamente una verdad sobre las cosas, sino que el fin justifica los medios y todo será verdadero o bueno en la medida que me permita alcanzar mis objetivos. Por ejemplo, según este relativismo la tortura no es ni buena ni mala en sí misma, será buena cuando produzca efectos buenos. Tirar una bomba atómica sobre una ciudad no será en sí mismo bueno ni malo, sino que dependerá de los efectos que ese acto produzca y si, por ejemplo, tirar la bomba atómica me permite poner fin a una guerra, entonces sería lo correcto y lo justo según el consecuencialismo.  
  3. R. Subjetivista: La verdad depende absolutamente de cada sujeto. Las cosas no tienen una realidad con independencia del sujeto, es decir, sería el sujeto el que hace que las cosas sean como son y lo que son o el que determina de modo absoluto lo que es bueno y lo que es malo, sin ningún criterio por sobre el propio yo. En este sentido si Hitler ha determinado que los arios son la raza superior y que todas las demás han de ser suprimidas, esto es así, ¿por qué? Porque él así lo piensa y lo quiere. Yo no podría decirle a Hitler que está equivocado pues para esto necesitaría un criterio que esté más allá del puro yo individual.
  1. Críticas o puntos débiles del relativismo: El relativismo tiene tres grandes dificultades.
  1. En primer lugar, se contradice a sí mismo, pues cuando dice que “no existe la verdad”, eso lo está afirmando como algo verdadero. Sería como decir: es verdad que no existe la verdad. Es decir, en el planteamiento relativista hay una contradicción interna.
  2. En segundo lugar, dificulta la afirmación de derechos humanos universales e inalienables, es decir, de derechos que pertenecen a cada mujer y a cada hombre por el sólo hecho de ser persona. Si no es posible sostener que la persona humana tiene unos derechos intrínsecos por el sólo hecho de ser persona es fácil que estos derechos sean sacrificados en el altar de las consecuencias o del “siempre ha sido así” o de los intereses puramente individuales y egoístas de unos pocos.
  3. Se opone al sentido común de la gente: La gente piensa en general que hay cosas que ninguna razón, circunstancia o contexto justifican, como por ejemplo la pedofilia, la violación, la corrupción, etc. Si el relativismo es verdadero se llegaría a la absurda conclusión de que acciones como las recién mencionadas serían buenas o legitimas en algunas circunstancias. La gente entiende que es mejor ser honesto que ser corrupto y que eso ES así, que no dependo o no es relativo.

 

  • El positivismo ético o positivismo jurídico: Plantea que lo bueno o justo es lo que está en la ley escrita por los distintos gobiernos por el sólo hecho de estar en la ley. Es decir, si está en la ley es bueno, dice el relativismo.

Esta postura tiene sus dificultades pues nos damos cuenta de que hay gobiernos que instituyen leyes que son injustas porque contrarían los derechos y libertades fundamentales de las personas. Una ley por ejemplo que prohíba la libertad religiosa o de pensamiento, o la libertad de prensa, de movimiento, etc. (Antígona). Parece claro que no necesariamente lo que está en la ley es bueno, por lo que la ley humana no puede ser la fuente última de moralidad o justicia.

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