Filosofia Etica
Enviado por karle • 22 de Abril de 2013 • 4.310 Palabras (18 Páginas) • 549 Visitas
EL PENSAMIENTO HUMANISTA LATINOAMERICANO
Antecedente:
El pensamiento humanista de Simón Bolívar
En la época colonial la educación y la cultura fueron fiel reflejo de la sociedad en que se enmarcaba, permaneció aristocrática, dirigida a los españoles, criollos y mestizos con posesiones. "… la sociedad blanca (en las colonias) trataba de edificarse sobre los mismos valores y pautas que la española europea: importancia de los títulos, honores y jerarquías, desprecio por el trabajo manual…" Se creaba una sociedad segregacionista erigida sobre pilares de ignorancia. En ese orden de cosas, el Libertador valoró a la ignorancia como una de las peores calamidades de una sociedad. La ignorancia sume a los hombres en la cultura de la dependencia, el desarraigo, la degradación y la maldad. "La instrucción es una felicidad de la vida –apuntó Bolívar en carta dirigida a su hermana María Antonia, desde Lima el 25 de abril de 1825- y el ignorante está próximo a revolverse en el lodo de las tinieblas y la servidumbre."
De acuerdo a tal situación es comprensible que el Libertador consideró la instrucción como algo muy necesario en la formación del hombre. De aquí que en su concepto del papel reformador de costumbres de los pueblos que deben jugar los gobiernos, considere un punto esencial la educación pública. En su ya citado Discurso de Angostura, expresó: "La educación popular debe ser el cuidado primogénito del alma paternal del Congreso. Moral y luces son los dos polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades."
Para Bolívar la educación popular era una necesidad elemental para el desarrollo de toda la nación y especialmente en nuestras tierras americanas. Se necesitan; luces, conocimientos, ciencia, sabiduría y entendimiento; y moral, virtud y decoro que expresen en el hombre una conducta civilizada en oposición a los prejuicios y la corrupción establecida por siglos. El Libertador estableció una relación directa entre el nivel de desarrollo de la educación y la grandeza nacional.
"La nación será sabia, virtuosa, guerrera, si los principios de la educación son sabios, virtuosos y militares; ella será imbécil, supersticiosa, afeminada y fanática si se cría en la escuela de los errores. Por esto es que las sociedades han puesto siempre a la educación entre las bases de sus instituciones políticas. Véase La República de Platón. ¿Mas para qué hemos de examinar teorías? Véase Atenas, la madre de las ciencias y de las artes; a Roma la señora del mundo; a la virtuosa e invencible Esparta, a la República de los Estados Unidos, el trono de la libertad y el asilo de las virtudes. ¿De donde sacaron lo que han sido y que son? En efecto, las naciones marchan hacia el término de su grandeza con el mismo paso con el que camina la educación. Ellos vuelan si ella vuela; retrogradan, si retrograda; se precipitan y se hunden en la oscuridad, si se corrompe o absolutamente se abandona".
Esta convicción sustenta la base de la obra realizada por el Libertador a favor de la educación, pues esto, significa avance, desarrollo y civilismo en tierras donde el despotismo y las vejaciones al derecho del hombre natural habían sido práctica común desde el mismo inicio de la conquista del continente, por ello estableció varios decretos, apéndices y disposiciones legales encaminadas a legitimar los derechos de la población indígena estimular el derecho y el desarrollo de la educación pública.
A nuestro juicio, uno de los decretos más importantes en materia educacional, de los emitidos por el Libertador, fue el establecido el 11 de diciembre de 1825 en Chuquisaca, donde determinó la necesidad de establecer con carácter urgente la educación popular, su uniformidad y generalidad, bajo el control estatal cuidando la formación y la moralidad de los ciudadanos.
Esta concepción confía un gran peso de responsabilidades morigerantes a la educación en una región plagada de grandes diferencias sociales, oscurantismo y subdesarrollo; ello también evidencia su filiación iluminista.
Como parte de su concepción sobre la educación y la cultura, el Libertador reconoció con carácter de prioridad la necesidad de introducir y divulgar en América la ciencia y la técnica como medios efectivos de impulsar la paz y el progreso. En carta fechada en Lima, el 20 de febrero de 1826, le escribe al Rector de la Universidad de Caracas: "... después de aliviar a los que aún sufren por la guerra, nada puede interesarme más que la propagación de las ciencias."
Quizás quienes primero optaron por llamarle Libertador a Bolívar, lo hicieron en alusión directa de reconocimiento a sus abundantes y victoriosas campañas militares, pero tal denominación alude -también de forma directa- a su obra por difundir ciencias, la nueva ética, liberar conciencias oprimidas y formar virtudes para los americanos.
Como hombre de Estado decretó reformas y cambios esenciales en las bases sociales, estatutos, organización de los estudios y tipo de los mismos en las Universidades La Junta Gubernativa de la Universidad de Caracas, no olvidó los beneficios fundadores que debía a Bolívar y el 9 de Julio de 1841, su Rector proponía un homenaje a la memoria
"... del héroe bienhechor y magnánimo que usando del poder que le estaba confiado en una época de calamidad y angustia para la República, consagró su atención al engrandecimiento y prosperidad de este campo literario (...) dio a esta ilustre Universidad todo el esplendor y grandeza de que hoy disfruta, sumido este cuerpo entonces en la anonadación y la miseria, empeñados sus menguados fondos; a él se debe la regeneración de sus estatutos, la extensión de sus estudios..."
Dicho homenaje reúne el sentir de profunda gratitud y admiración que guardó aquel claustro universitario por Bolívar, que propició la oportuna y necesaria transformación de la alta casa de estudios caraqueña. Sus actos convocan a la acción y a la continuidad de la obra realizada en favor de tales empeños libertadores.
Cintio Vitier ha apuntado que Bolívar y su ejemplo es "el más poderoso estímulo que recibió la educación revolucionaria de José Martí". Bolívar echó a caballo todo un continente en lucha ejemplar contra el colonialismo, el despotismo y la cultura de la dependencia. Hacer nacer y andar nuestras naciones fue acaso el empeño mayor del padre americano. Bolívar legó el mejor ejemplo de espíritu independentista y voluntad de integración latinoamericana, como una solución política y alternativa de desarrollo para Latinoamérica. La imagen que de él brindó Martí subraya, su obra sembradora de pueblos y naciones, la alusión directa a sus numerosas y ejemplares
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