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Política, Aristóteles


Enviado por   •  3 de Diciembre de 2016  •  Ensayo  •  4.106 Palabras (17 Páginas)  •  328 Visitas

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POLÍTICA

JESÚS LÓPEZ PINEDA

DOCTRINAS POLÍTICAS Y SOCIALES

FERNANDO DANEL JANET

ENSAYO FINAL

La obra de Aristóteles, llamada Política, es una de las obras que hablan e intentan, de manera fundamentada, en ocho libros o fragmentos, describir la política con mayor exactitud y detalle, logrando con esto una gran respuesta por parte de los lectores. Dado que son muchas las personas que han escrito algo sobre esta obra, ya sea a modo de jueces, dando una opinión, o como un estudioso más; ya que es un texto que se vuelve en extremo digerible y de utilidad para alguien que no tenga por entero necesidad de ser un experto, como para aquel que tiene como propósito, lograr el máximo entendimiento.

Tengo que comenzar por reconocer que aun para mí, que soy un apenas un nuevo lector, resultó del agrado esta obra. Abordando aspectos muy básicos, como es una ciudad, un ciudadano, quienes pueden y quienes no pueden ser ciudadanos, lo que es una comunidad, lo que son las familias y el papel que debe jugar cada uno de los miembros e integrantes de una familia para lograr con todo esto que desglosé, alcanzar el correcto ejemplo de una ciudad. Paso a paso nos explica cómo llegar a conformar una común relación, logrando el orden y una sana convivencia. Así es como yo lo entiendo, se tiene la intención de demostrar el por qué y cómo deberíamos ser todos y cada uno como supuestos ciudadanos, para lograr una correcta convivencia y con ello lograr también llenar en todo aspecto la palabra ciudadano y la ciudad.

“Quien por su inteligencia es capaz de previsión, es por naturaleza gobernante y por naturaleza señor, al paso que quien es capaz con su cuerpo de ejecutar aquellas providencias, es súbdito y esclavo por naturaleza, por lo cual el amo y el esclavo tiene el mismo interés” (Aristóteles 2013: Política, Libro I, p 210)   Partiendo de esta cita, podemos darnos cuenta la idea muy natural que tenía Aristóteles sobre lo que es el mandar y el obedecer, ya que él decía también que era natural hasta en los animales que fuera el macho y en el caso del humano, el varón, quien mandara, y la hembra sería quien acataría esas indicaciones. De ahí que nazca la explicación de esa cita, de la cual se entiende que será siempre gobernante aquel que sea más capaz, y que, como es natural, siempre quien sea inferior, será quien deba respetar ese régimen y atenderlo como actores principales.

 “Lo primero de todo es la casa y la mujer y el buey labrador” Esta cita de Hesíodo, que Aristóteles utiliza para ejemplificar también que la mujer es la parte hecha para atender la casa, muy claramente y en repetidas ocasiones hace ver que la mujer es inferior y es quien debe obedecer; es algo que yo no comparto por completo, partiendo de que la mujer es igual de capaz que un varón, pero lo que Aristóteles ocupa para decir esto, es que la mujer no tiene más grande labor en importancia y en tiempo de ocupación, que la de ser madre, atender hijos y crear y criar ahora más ciudadanos. Ahora, la parte en que hace referencia al buey labrador, se entiende si nos fijamos que según fuera la posición social, algunos, menos pudientes que otros, tenían a manera de auxilio o apoyo a las labores del hogar, a un buey en lugar de un esclavo que sí estaba al alcance de quienes tenían más recursos o mínimo los suficientes para pagar a quien pudiera auxiliarlos.

Por la capacidad de que sea el hombre, entre los animales, el único que tiene palabra, se vuelve patente lo provechoso y lo nocivo, de la misma forma que se vuelve lo justo y lo injusto; ahí está el asunto, que el hombre es el único que puede percibir lo que es bueno y lo que es malo, lo que es justo y lo que no lo es. Así comienza la relación entre familias, que en grupos se vuelven comunidades.

Cuando Aristóteles habla de la ciudad, del ciudadano y de los regímenes políticos, debemos comprender que estamos en la actualidad, muy lejos de cumplir con lo que él dice que es una ciudad, es algo complicado ya que se necesita el compromiso de todos y de cada uno de los miembros de la sociedad para lograr llamarla ciudad y ciudadanos. Que por obligación, la ciudad está conformada por ciudadanos, y ellos deberíamos ser todos cívicos, respetuosos, ocupados y atentos a nuestras obligaciones con la ciudad, no es labor de todos hacer política y entonces estamos fallando como ciudadanos al no hacerlo. Es ahí donde nace la ciudad, compuesta por puros hombres comprometidos. El gobierno es la relación que existe entre gobernante y gobernado. Uno, como ya está dicho, debería ser el más preparado, el conocedor de una materia y el que pueda por naturaleza ser un líder, el otro, por el contrario, deberá centrarse en atender las indicaciones al pie de la letra.

“Nuestro propósito es el de considerar cuál es la forma de asociación política que puede ser, entre todas, la mejor para quienes sean capaces de vivir lo más posible conforme a su ideal de vida” (Aristóteles 2013: Política, Libro II, p 230). Cuando se diste esto, debemos tener en cuenta que hay muchos tipos de constituciones, o mejor dicho, son muchos regímenes políticos y para encontrar el adecuado debemos considerarlos todos, tomando en cuenta cada una de sus características. Para ello debemos comenzar por lo que es su principio natural. Es preciso optar por uno de estos tres sistemas: o todos los ciudadano tienen todo en común, o no tienen nada, o tienen unas cosas y otras no. Es imposible decir que no se tiene nada en común, ya que el régimen de la ciudad es una comunidad, y hay que tener, para empezar, un lugar en común. Ahora una pregunta importante es saber si es mejor tener todo aquello que puede tenerse en común, o solo algunas cosas y otras no. Es tema de debate, cuando sabemos también que la ciudad por ser de muchas personas, debería existir en ella pluralidad, sino, sería una familia y de ahí pasaría a ser un hombre. Sabiendo que no todos pueden mandar y que no todos pueden obedecer si no hay quien mande.

 Cuando se estudia la naturaleza particular de las diversas clases de gobiernos, la primera cuestión que ocurre es saber qué se entiende por Estado. En el lenguaje común esta palabra es muy equívoca, y el acto que según unos proviene del Estado, otros le consideran como el acto de una minoría oligárquica o de un tirano. Sin embargo, el político y el legislador no tienen en cuenta otra cosa que el Estado en todos sus trabajos; y el gobierno no es más que cierta organización impuesta a todos los miembros del Estado. Pero siendo el Estado, así como cualquier otro sistema completo y formado de muchas partes, un agregado de elementos, es absolutamente imprescindible indagar ante todo qué es el ciudadano, puesto que los ciudadanos en más o menos número son los elementos mismos del Estado. Y así sepamos en primer lugar a quién puede darse el nombre de ciudadano y qué es lo que quiere decir, es un punto de mucha controversia, en el que no existen muchas opiniones que apunten a los mismo, teniéndose por ciudadano en la democracia uno que muchas veces no lo es en un Estado oligárquico. Descartaremos de la discusión a aquellos ciudadanos, que lo son sólo en virtud de un título accidental, como los que se declaran ciudadanos por medio de un decreto.

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