Qué es la filosofía.

¿Qué es la filosofía?

La filosofía vuelve loco a quien intenta definirla.

La filosofía es un sentir constante. El odio, el amor, la paz interior, el miedo, el asombro, la muerte, el futuro y ese sinfín de emociones que todo ser humano tiene en algún momento de su vida, es filosofía.

Muchas de las personas a las que les he preguntado qué es filosofía me dicen que es una ciencia. Pero esa palabra no me gusta en lo absoluto. ‘‘Ciencia’’ es una término que le quita lo bello a la filosofía y a todo en general. ¿Por qué? Porque la ciencia es una creación del hombre. ‘‘El hombre’’, este ser que se ha olvidado de las cosas simples de la vida. De cómo ser humilde, cómo abrazar, cómo jugar, cómo escuchar y sobre todo, de cómo disfrutar de la naturaleza y de sí mismo (incluyéndome por supuesto). Y lo gracioso y triste es que, la filosofía es exactamente eso, todo lo que el ser humano ya no es o ya no le importa ser.

Se trata de percibir e interpretar lo que la naturaleza intenta comunicar, lo cual es algo un poco complicado para el ser humano porque éste está acostumbrado a sólo escucharse a sí mismo pero no de una manera sentimental sino más bien ‘‘productiva’’. ¿A qué me refiero con esto? A que al hombre lo que más le importa en estos momentos son las cosas vanas y materiales, un buen trabajo, tecnología, dinero, medios de comunicación. Y no estoy diciendo que sea malo, por supuesto que no. A mí me encanta el dinero, con él se pueden hacer muchas cosas como alimentarte, ir de viaje, vivir cómodamente, etc. Mi punto aquí es que la mayoría de las veces malgastamos todo; el dinero, el tiempo, nuestras emociones y es lo que la filosofía busca recuperar. Ese sentimiento de asombro y calidez que alguna vez se tuvo acerca de la vida, del pensar, del ser.

Quizá le parezca que el texto no tiene sentido, porque a mí me lo parece. Pero es la explicación o definición más cercana que le puedo encontrar. Es muy difícil poner toda una existencia en dos hojas de papel, además de, la variedad de cosas que desconozco y que siempre voy a desconocer porque sólo soy un ser al que le falta conocer más para poder dar una mejor definición.

A veces pienso que las personas que ignoran lo mucho que hay que aprender son más felices, ellos no se atormentan o vuelven locos, ellos simplemente viven. Pero por otra lado, se están perdiendo de mucho, de algo que podría hacerlos todavía más felices o mejor aún, libres. Libres del odio, de la amargura, de la esclavitud espiritual a la que nosotros mismos no hemos sometido.

Encontrar tu alma gemela, el amor a primera vista, las hadas, los unicornios, la habilidad de volar, leer la mente, leer las cartas, conocer el futuro; cosas que la razón no me permite probar pero que sé que existen porque lo siento. Es lo único malo de la razón, te pone un límite. Por eso creo que la filosofía no debería definirse sino disfrutarse y vivirse.

La filosofía está en todo y es todo. Siempre te está hablándote, observándote, guiándote.  Está en ese doctor que atendió tu dolor estomacal, en el abogado que te defendió cuando te acusaron de cometer un crimen que no cometiste, está en el enfermo que pide y pide que llegue la muerte, en el político que roba tu dinero a diario, en el baterista de la calle ocho que sólo usa botes y latas pero aun así logra penetrar tu alma. Está en lo que comprendemos y lo que no, y es ahí donde radica su magia y su belleza.

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