Ser optimista

OPTIMISMO EN UN MINUTO

El filósofo estoico Epícteto, el psicólogo Albert Ellis y el psiquiatra Aaron Beck, iniciadores de las terapias cognitivas, y el profesor Martin Seligman, principal exponente de la Psicología Positiva, comparten el mérito de haber descifrado las claves del pensamiento positivo, facilitando que lo puedas incorporar a tu vida.

Sus enseñanzas son sencillas. Una vez las practiques repercutirán favorablemente en tu bienestar emocional. A continuación te muestro algunas de sus ideas, las cuales continuaré elaborando posteriormente.

1. Hay cosas que están bajo tu control y otras que no lo están. Para ser feliz, debes aprender a diferenciar entre ambas y enfocarte en las cosas que están bajo tu control.

2. Los eventos externos, las actuaciones de los demás y su modo de pensar no están bajo tu control.

3. Lo que sí está bajo tu control son tus pensamientos y actitudes. Puedes escoger la actitud, positiva o negativa, con la que vas a enfrentar los eventos externos y las actuaciones de los demás.

4. Cómo te sientes es consecuencia directa de tus pensamientos. Tu forma de pensar moldea tus emociones. Por ejemplo, si piensas que no vales mucho y que los demás son mejores que tú, te vas a sentir inferior. Si por el contrario, piensas que todos los seres humanos valen lo mismo y que nadie está por encima de los demás, te sentirás a gusto contigo mismo.

5. Lo que te hace sentir mal no son los eventos externos y lo que te hacen los demás, sino lo que te dices a ti mismo acerca de esos eventos y actuaciones. Mira un ejemplo:

    A. Evento: Sacas mala nota en un examen

Te dices a ti mismo: "Soy pésimo estudiante, siempre me pasa lo mismo, soy un fracaso sin remedio"

Consecuencia: Desmoralización paralizante

    B. Evento: Sacas mala nota en un examen

Te dices a ti mismo: "Puedo mejorar, la próxima vez me prepararé con más tiempo, voy a salir adelante"

Consecuencia: Esperanza y buen ánimo

En este ejemplo, el evento externo es el mismo, sin embargo, las consecuencias son muy diferentes. La diferencia radica en lo que te dijiste a ti mismo, tu actitud, ¡algo sobre lo que tienes control total!

6. Lo anterior significa que es muy importante que vigiles tu diálogo interno, las cosas que te dices a ti mismo a lo largo del día. Lo que te digas a ti mismo va a determinar en gran medida si te sientes bien o no, si eres feliz o no.

7. Veamos entonces varias cosas que están bajo tu control y que puedes hacer ahora mismo para sentirte mejor y actuar de forma más efectiva:

• Tener una actitud positiva frente a los eventos externos.
• Confiar en ti mismo.
• Tener esperanza en que las cosas pueden mejorar.
• Comprender que no eres perfecto y que puedes cometer errores. No tienes  que flagelarte cada vez que te equivoques.
• Saber que puedes aprender de tus errores.
• Esforzarte en hacer las cosas lo mejor que puedas, independientemente de lo que piensen los demás.
• Tratar bien a los demás.
• Aprender destrezas de comunicación, de las cuales una de las más importantes es saber escuchar.
• Interesarte en el prójimo.
• Dar gracias por las cosas que tienes, en vez de quejarte por las que no tienes.
• Ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío.
• Poner en práctica estos principios inmediatamente.

¡Éxito!

EL ARTE DE CONVERSAR

 "No hay conversación que no valga la pena, siempre y cuando sepas qué escuchar... las preguntas son el soplo de vida de una conversación."

James Nathan Miller

Conversar, además de ser una actividad entretenida y placentera, te permite estrechar los lazos con las personas que te rodean, incluyendo tus amistades y seres queridos. En el ámbito de la relación de pareja, por ejemplo, separar diariamente un rato para conversar es una de las mejores formas de mantener la pareja unida. A continuación te presento algunas destrezas que te ayudarán a dominar el arte de la conversación, de forma que puedas maximizar sus beneficios.

• Muestra interés

El primer requisito para que puedas sostener una conversación grata y amena es que te intereses genuinamente en la persona con la que estás hablando. No olvides que el mayor beneficio que puedes derivar de una conversación es afianzar tus vínculos con los demás. Dale Carnegie, autor del clásico Cómo ganar amigos e influir sobre las personas, nos dijo que puedes hacer más amistades en dos semanas interesándote en los demás que las que puedes hacer en dos años pretendiendo que los demás se interesen en ti. Por eso, es fundamental que te enfoques en la otra persona, que indagues sutilmente qué temas le apasionan, cuáles son sus intereses e inquietudes, qué pensamientos, ideas y sentimientos desea compartir contigo. Haciendo preguntas oportunas demuestras tu interés y mantienes la conversación fluida.

• Presta completa atención

Evita distracciones y concéntrate en lo que te están diciendo. Demuestra, mediante tu lenguaje corporal, que estás prestando atención. Cuando inicies un diálogo, echa a un lado cualquier otra cosa que estés haciendo,  inclínate ligeramente hacia la persona, mírala amigablemente a los ojos, asiente con la cabeza cuando estés de acuerdo con algo y sonríe cuando sea apropiado. Cuando la persona con la que hablas se percata que ha capturado tu atención, se siente halagada, percibe que la estás tomando en consideración y que estás receptivo a sus pensamientos, ideas y emociones, lo que crea un clima muy propicio para una comunicación profunda y enriquecedora. Además, al absorberte por completo en la conversación, te olvidas de ti mismo y te desconectas de cualquier preocupación o ansiedad que pueda rondar tu mente, lo que resulta muy gratificante.

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