3 capitulos de el libro el gesto y la palabra de Andre Leroi-Gourhan
Enviado por Miguel Angel Vargas Montaño • 11 de Marzo de 2022 • Reseña • 1.173 Palabras (5 Páginas) • 336 Visitas
Reseña capítulo 3 del libro el gesto y la palabra de Andre Leroi-Gourhan
Laura Camila Bolaños Galindo, Leider José Canole Velázquez, Juan Sebastian Chacón González, Juan Sebastian Martínez Domínguez y Andrés Felipe Sánchez Pacheco
Seminario de Filosofía e Historia de la Ciencia II
Docente a cargo: Nohora Aydee Ramírez Sánchez
Universidad El Bosque
Facultad y programa de Medicina
28 de febrero de 2022
Título: El gesto y la palabra[pic 1]
Autor: Andre Leroi-Gourhan
La búsqueda del origen o del inicio de nuestra especie con rasgos que denotan evolución a lo largo del tiempo, ha enmarcado la investigación paleontológica. Múltiples especies engrosan el camino desde la nuestra hasta lo que parece ser aquella con la que inicio todo un recorrido de cambios fisiológicos y conductuales que respondieron a la adaptabilidad frente al mundo variable y que a su vez permiten comprender la complejidad de la humanización desde el australantropo, pasando por el arcantropo y paleantropo, y llegando finalmente al homo sapiens. Para ilustrar esto, el capítulo proporciona criterios claves, algunos con sus respectivos gráficos, que se identifican en cada especie y en la relación evolutiva que se presenta entre ellos. Dichos parámetros se resumen en la disposición particular del pie, huesos inferiores, por una adaptación pélvica, liberación del miembro anterior, curvatura de la columna, estructura craneal y dental, y por último el equilibrio y posición de la cabeza. Sin embargo, a partir de estas características morfológicas, se cruza más allá para identificar aspectos tales como la motricidad, lenguaje, habitad, la inteligencia, e incluso llegando al punto de hablar de cultos. El texto llega a ser bastante claro en su intención, repetir una historia que se cuenta gracias al antropomorfismo, y para ello va estableciendo la relación anatómica-conductual que no sólo trasciende, sino que también de forma indirecta consigue, retomar una conversación, evolución en nuestros tiempos.
Del australantropo se nos habla mucho, se ubican a finales del terciario e inicios del cuaternario en África, poseedores de cualidades más cercanas a lo que se considera el antepasado ideal. Caminaban erguidos, tenían un brazo normal, alimentación parcialmente carnívora, la pelvis y fémur no difieren en nada fundamental con respecto a la de los hombres, teniendo la pelvis como función sostener de abajo arriba, y siendo por ende necesario que haya posición bípeda para esto, suponiendo un pie con palma acostumbrada a sostenerse en pie. Y el cráneo se asemeja también, la única variación destacable la encontramos en el tamaño del cerebro, muy pequeño, hay un desarrollo de los premolares y molares, e incisivos y caninos más débiles, una caja cerebral pequeña como la de un gorila, pero la nuca bien redondeada, con el agujero occipital abierto hacia abajo como la del hombre. Se le atribuyen actividades útiles como la utilización de guijarros, pero a pesar de que fisiológicamente se dice que tiene una humanidad realizada, está por debajo de ser lo que se cataloga como mínimo pensante.
De los Arcantropos, que se llegaron a considerar orígenes en algún tiempo, se pueden resumir en que los pitecántropos que tenían un fémur muy similar al actual, los Sinantropos y su conocimiento sobre el fuego, y los Atlantropos y su utilería elaborada son considerados parte de la historia intermediaria evolutiva, pero están también lejos de ser el origen, muy adelante del australantropo. Su papel en la paleontología se relega a la muestra evolutiva como parte del largo proceso. Sus fósiles fueron encontrados en diversos lugares como Java, Europa, China, África del norte y África oriental. Su aspecto físico era parecido al de los hombres por estatura y postura, pero su cráneo tenía un aspecto diferente al de nosotros, al igual que su cerebro.
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