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Amor: Qué es?


Enviado por   •  31 de Agosto de 2014  •  Práctica o problema  •  3.702 Palabras (15 Páginas)  •  154 Visitas

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Una de las palabras que frecuentemente encontramos en la Biblia es la palabra “amor”. Dada la importancia que le da la Palabra de Dios a esta palabra dedicaremos este y el próximo tema para examinarla más detalladamente.

Amor: Qué es?

Antes de poder hablar sobre el amor, tenemos que asegurarnos de que entendemos lo que es. Por tal motivo, tenemos que estudiar la Palabra de Dios para ver cómo define esta palabra. Y es eso exactamente lo que ahora vamos a hacer empezando en Gálatas 5.

1. Amor: un producto de la nueva naturaleza.

Gálatas 5 es un capítulo que compara muy ampliamente la vieja naturaleza (llamada carne en Gálatas 5), y la nueva naturaleza (llamada “espíritu” en el mismo capítulo) y el conflicto que hay entre ellas. Ahora, en cuanto a los términos “vieja naturaleza” y “nueva naturaleza”, se emplean para describir el estado de un hombre antes y después de creer, respectivamente. Antes de que alguien se convierta en cristiano, esto es, antes de que confiese con su boca al Señor Jesús y crea en su corazón que Dios le levantó de los muertos (Romanos 10:9), es descrito como “muerto en delitos y pecados” (Efesios 2:1). Cualquier obra que haga una persona no-salva, ante Dios, es considerado muerto en pecados y delitos. Puede que parezca amable o que haga obras de caridad, que haga demostraciones por la paz, por lo animales, por el medio ambiente; pero desde el punto de vista de Dios esta muerto en pecados y delitos, está arruinado, es alguien “ajeno de la vida de Dios” (Efesios 4:18) exactamente como Adán era después de la caída. Algunos de los términos que la Biblia usa para describir a este hombre de naturaleza arruinada son: “viejo hombre” (Efesio 4:22), Colosenses 3:9), “carne” (Gálatas 5:13-26, Romanos 8:1-13), “hombre natural” (1 de Corintios 2:14), “cuerpo de muerte” (Romanos 7:24). El término “vieja naturaleza” será usado a lo largo de este estudio.

Afortunadamente, esta naturaleza arruinada no es la única posibilidad para el hombre. El hombre no esta condenado eternamente a permanecer muerto en sus pecados y delitos. Esta situación puede cambiar al confesar con la boca al Señor Jesús y creyendo con el corazón que Dios lo levantó de los muertos. Como en Romanos 10:9 dice:

Romanos 10:9

“que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, SERÁS SALVO.”

Cuando alguien confiesa con la boca al Señor Jesús y cree con el corazón que Dios le levantó de los muertos, es nacido de nuevo1 y como resultado recibe la nueva naturaleza. Desde el punto de vista de Dios, esa persona ya no está muerta en sus pecados y delitos, sino que es salva (Romanos 10:9), santa y justa ante Él (Romanos 3:21-28, 1 de Corintios 1:30), tiene al espíritu santo el cual también puede operar (1 de Corintios 12:8-10) y se convierte en hijo de Dios (Gálatas 3:26); solo por mencionar algunas de las cosas que uno obtiene como resultado del nuevo nacimiento. Todas esas cosas que el hombre tiene debido al nuevo nacimiento constituyen la nueva naturaleza, o usando la terminología de la Biblia, “el nuevo hombre” (Efesios 4:24), o “espíritu2” (Gálatas 5:5-25). Sin embargo, el hecho de que después de que uno cree recibe la nueva naturaleza no quiere decir que la naturaleza vieja desaparezca automáticamente, sino que después del nuevo nacimiento, un hijo de Dios tiene ambas naturalezas, la nueva y la vieja y el hecho de que las dos sean opuestas una de la otra crea conflicto entre ellas. Como en Gálatas 5:16-17 dice:

Gálatas 5:16-17

“Digo, pues: Andad en (en griego: por, mediante) el Espíritu, [la nueva naturaleza] y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.”

La vieja naturaleza o la carne esta en contra de la nueva naturaleza o el espíritu. Para vencer en este conflicto lo que se necesita no es tratar de arreglar la naturaleza vieja, sino caminar directamente con la nueva naturaleza. Como el pasaje dice: “Andad mediante el espíritu Y [COMO RESULTADO] no satisfagáis los deseos de la carne”. La forma de no satisfacer los deseos de la carne no es guardando una lista de qué hacer y qué no, sino caminando por la nueva naturaleza, esto es, poniéndonos y utilizando todas las cosas que la Palabra de Dios dice que somos y que podemos hacer. Al hacerlo, las obras de la carne, la vieja naturaleza, serán eliminadas.

El resultado de caminar por la nueva naturaleza, por el espíritu, viene en Gálatas 5:19-23 junto con los resultados del andar mediante las obras de la vieja naturaleza, la carne:

Gálatas 5:19-23

“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

La primera categoría de actos o actitudes son obras de la carne, esto es, obras que son la manifestación de la vieja naturaleza. En cambio, la segunda categoría consiste en “los frutos del espíritu”, esto es, el producto de andar por el espíritu, mediante la nueva naturaleza. Repetimos, este producto no viene de arreglar la naturaleza vieja, sino caminando con la naturaleza nueva, esto es, poniéndonos y utilizando todas las cosas que la Palabra de Dios dice que somos y que podemos hacer. Como podemos ver en el pasaje anterior, el amor pertenece al fruto de la naturaleza nueva. Por lo tanto, amor no es una cualidad que se encuentra en el viejo hombre, puesto que es fruto del NUEVO hombre, la nueva naturaleza. Con la nueva naturaleza obtuvimos la capacidad de amar, tener gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe mansedumbre, templanza. Al ponernos esta nueva naturaleza, todo esto se produce como fruto en nuestras vidas. El amor, como se define en la Biblia, es producto de la nueva naturaleza y no se puede producir sino solamente por aquellos que tienen esa naturaleza (esto es, la gente que ha confesado con su boca al Señor Jesús y que Dios lo levantó de los muertos), Y también caminando en ella.

2. 1 de

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